Narra Taylor
Un pitido, dos pitidos, tres pitidos… al quinto pitido no lo soporte más, así que saque mi brazo de entre las sabanas para darle un fuerte manotazo a mi despertador, y así poder continuar con mi sueño, pero lamentablemente la luz del sol que entra por la ventada, golpea mi rostro haciendo que abra mis ojos con fastidio.
“Ya que, tendré que levantarme”
Me incorporo quedando sentada en mi cama, tallando mis ojos para que mi vista deje de estar borrosa, miro a mi alrededor observando lo poco que poseo en mi habitación, miro el televisor encendido, miro mi computadora a un lado de mi cama, miro el despertador tirado en el suelo apuntando que son las ocho y treinta… ¿¡ocho y treinta!? Es súper tarde. “Ese idiota me va a despedir”, salto de la cama y me encamino al baño para iniciar con mi aseo personal lo más rápido posible, al termina abro el armario buscando algo con lo que me pueda ver presentable, pero como no tenía tiempo para ser perfeccionista con mi atuendo y peinado, opto por unos pantalones negros ajustados y una sudadera blanca combinado todo con mis converse negros, comienzo a peinar mi cabello para que no se vea tan desordenado.
Tomo mi bolso echándole un ojo a su contenido para asegurarme de que todo este dentro de este, tomo mi computadora y la introduzco dentro para luego salir corriendo a tomar el autobús.
_ ¡espere!- grito al autobús para que se detenga y me deje subir- ¡alto!- gracias al cielo, este se detiene y abre sus puertas dejándome pasar y tomar asiento antes de continuar con su recorrido. Estando sentada, siento que mi celular está vibrando dentro de mi bolsillo, lo saco viendo que se trata de una llamada entrante de mi jefe- demonios..- tomo la llamada- Hola…
_ ¡sabes acaso la hora que es! - interrumpe mi dialogo con un grito que creo destrozo mis tímpanos.
_ Si, lo sé, señor disculpe de verdad, anoche dormí tarde organizando su hora…
_ ¡no te pedí explicaciones, Narrow!- oky, si me vuelve a interrumpir, o a llamarme por mi apellido, lo mato- será mejor que te apresures en llegar, o te despido- en eso corta la llamada, dejándome con las ganas de decirle un par de cosas. Dejo caer mi cabeza hacia atrás soltando un pequeño chillido provocando la mirada de los pasajeros sentados cerca de mí.
“perfecta la vida que me conseguí”
El autobús se detiene en la entrada del edificio en donde trabajo siendo secretaria de un idiota, entro al lugar y tomo el ascensor pidiéndole al guardia encargado de presionar los botones que presione el número veintitrés, esperando allí dentro recibo un mensaje de mi jefe disiento:
_ “Apresúrate”.
Mierda, mierda, mierda… apenas se abrieron las puertas del ascensor, salgo disparada hacia la oficina del idiota, abro las puertas y lo veo sentado detrás de su escritorio viéndome con completa ira en sus ojos. Ya sé lo que viene.
_ ¡que es lo que ocurre contigo!,- se levanta de su asiento acercándose a mí- se supone que como mi secretaria debes estar aquí antes que yo, ¡cómo es posible que llegues incluso más tarde que una mula!...
_ ¿Mula?- dejo salir de mi boca, procesando que este tarado me llamo mula- ¿en serio me llamo mula?
_ Si, mula, caracol, babosa, pereza, y cualquier animal lento se queda corto con usted- dice quedando frente mío- dígame, ¿qué más fracasada puede ser?- listo, estalló la bomba.
_ escúcheme, no voy a permitir que me hable así.- lo apunto con mi dedo acusador- no se lo voy a permitir, ni a usted ni a nadie, ¿me oyó?
_ ¿y qué vas a hacer?, yo soy tu jefe, y tú a mí no me puedes hablar de esa manera, mientras yo, pues yo puedo hacer contigo lo que me venga en gana- eso ultimo lo dice tocando mi frente con sus dedos, empujándola hacia atrás, y no lo soporte más. La oficina se llenó de eco con el sonido de la fuerte bofetada que le otorgue a su rostro, haciendo que este girara y quedara de un color rosado.
_ ¡a mí me respetas, imbécil! No permitiré que me toques de esa manera, no lo vuelva a hacer, es más no lo volverá hacer porque me voy, renuncio, esto se acabó, no pienso seguir aguantando sus idioteces- acomodo mi cabello recién desordenado por la fuerza que use para darle esa bofetada, y salgo de ese lugar con mi orgullo por los aires, escuchando detrás sus maldiciones hacia mí.
Tomo el ascensor con las miradas de las personas que se encontraban cerca de donde sucedió la escena más feliz de mi vida, y al mismo tiempo la más triste de ella, pero no lo hago notar, simplemente entro al ascensor con la frente en alto y al llegar al piso de abajo y salir de ese lugar, suelto todo el aire que no sabía que tenía contenido, tomo mi celular y busco el número de mi mejor amigo para así marcarle. Necesito apoyo…
***
_ entonces… te despidieron- miro a saimon de manera insultante, dándole a entender que no me pareció gracioso su comentario.
_ No, te dije que renuncie, no distorsionar las cosas- el me mira tomando de su jugo por un pitillo. Estábamos en nuestra cafetería preferida, conversando sobre lo sucedido hace unas horas.
_ y ahora ¿estas triste… porque renunciaste?- aunque no quisiera admitirlo, era cierto. Suelto un suspiro, decayendo ante la realidad.
_ sabes lo que me costó conseguir un empleo desde que me fugue de casa, y haber renunciado al único trabajo que conseguí a duras penas, y tener que pasar por el proceso de conseguir un nuevo empleo- paso mis manos por mi rostro llegando a mis cabellos para halarlos- tan solo pensarlo me molesta y entristece al mismo tiempo.
_ amiga, cálmate si- coloca su mano derecha en mi hombro- recuerda que antes no me tenías a mí- con su mano libre se apunta a si mismo con su dedo pulgar- te ayudare a conseguir trabajo, uno mejor que ese de secretaria que tenías- me regala una sonrisa radiante.
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Editado: 30.07.2021