Evans

Capítulo 8

Stefan sabía ahora el recuerdo más feliz hasta ahora de Samantha pero no sabía el más triste así que decidió indagar sin preguntar a Samantha.Volvió a buscar en sus recuerdos y lo encontró, así que entró en el y volvió a ver todo como si fuera una película, no podía alterar nada.

En el recuerdo estaban apilando varias maletas encima de un carruaje, y en el otro estaban apilando el resto del equipaje, en ese recuerdo estaban tres chicos, dos que eran gemelos rubios y otro que era castaño.

Samantha entró a una casa de donde estaban sacando las maletas, se escuchó como si algo se hubiera roto y Samantha corrió adentro de la casa, Stefan la siguió y la escena que vio fue dolorosa.

La misma mujer a la cual le había propuesto matrimonio estaba siendo atravesada por una espada por una mujer un poco parecida a Samantha. La mujer estaba enterrando más la espada al cuerpo de la prometida.

Samantha empujó a la mujer con tal fuerza que rompió la pared, alertando a los tres hombres que se encontraban  apilando las maletas, la mujer quiso golpear a Samantha, pero los gemelos tomaron por los hombros a la mujer parecida a Samantha.

—¡Madre!—. Gritó uno de los gemelos rubios—. ¿Qué has hecho?

—Es una vil puta—. Escupía y maldecía la madre al parecer de Samantha y de los chicos mientras forcejeaba—. ¡Hija de Puta!

La madre fue llevada a una de las habitaciones siendo arrastrada por ambos gemelos, dejando a Samantha con su prometida desangrándose en el suelo con una espada en su estómago mientras Samantha repetía consecutivamente.

—Estarás bien, mi amor, te lo prometo.

La prometida sólo la miraba a los ojos y le tocó el rostro con la mano.

—Prométeme algo—. Tosió y trató de seguir hablando- trata de seguir siendo feliz sin mi , por favor.

—Todavía puedo curarte—. Las lágrimas comenzaron a aparecer de manera abrupta—. Puedo hacerlo, déjame hacerlo.

—No, desde hace tiempo se que estoy enferma, lo sé, lo siento como una sensación, pero tú compañía, tus caricias y tus besos me encantan, gracias. Te amo, con todo mi ser- comenzó a toser—. Eres y serás la persona más hermosa de el mundo.

Samantha unió sus labios en un último beso y su prometida susurró un: Te amo.

A mano de su prometida cayó abruptamente al suelo, Samantha tomó su mano y comenzó a llorar sin consuelo, el hombre que no era ninguno de los dos gemelos, la abrazó por la espalda pero ni con eso ella paró de llorar.

Pero Samantha se levantó y se dirigió a la habitación en donde estaba su madre,abrió las puertas y le gritó a su madre.

—¡NUNCA EN TU MALDITA VIDA TE QUIERO VOLVER A VER!—. Tomó un respiro antes de seguir gritando-. ¡ERES UNA MALDITA!

La mujer seguía forcejeando en los brazos de los gemelos pero la soltaron y la mujer escapó de la casa.

El recuerdo terminó y Stefan regresó a la realidad, en donde estaban viajando, al carro y comenzó a llorar sin saber de dónde venían las lágrimas. Samantha lo miró con curiosidad.

— Lo siento-. Dijo Stefan—. Yo no sabía y no debí...

—¿Saber qué cosa?

—Lo siento es que los acompañantes tenemos la habilidad de ver el momento más feliz y triste de alguien—. Se secó las lagrimas—-. Y yo vi  los dos recuerdos de tu mente.

—-En serio, no te preocupes—. Dijo despreocupada Samantha—. Supongo que tienes preguntas para mí,¿verdad?

—¿Cuántos años realmente tienes?

—-Tengo seiscientos años.

—-¿Quién era Rose?

Un silencio incómodo se sintió en el automóvil  y por un momento Stefan supo que no debió haber hecho la pregunta, pero de todos modos lo hizo.

—-Mi difunta prometida.

Stefan observó como al decir esa corta oración, los ojos se  miraron entristecidos, con un poco de melancolía.

—¿Por qué me preguntas por ella?—. Habló Samantha con una duda muy grande.—

—Porque ella aparecía en los dos recuerdos.

—En serio y ¿Cuál es mi recuerdo más feliz hasta ahora?

—Cuando le pediste matrimonio a Rose.

—Tengo una duda muy grande-. Comenzó hablando Samantha cambiando de tema—. ¿Por qué tus ojos son morados?

—Creo que es una historia algo larga pero te  la contaré de todos modos—. Stefan soltó un suspiro, pero la presencia de Samantha por alguna razón le inspiraba confianza.—.Hace 30 años existió una guerra en el mundo de los acompañantes, era una guerra interna y pues, hubieron muertos, guerra destrucción y demás. Pero nueve años después de que inició la guerra, se arreglaron todos dejando así una época de felicidad.

— Esta bien, ¿pero eso donde te deja a ti?

—Lo que sucede es que quienes eran de la familia real, decidieron hacer un baile, con cervezas y cabañas. Mi padre es el gobernante de los acompañantes y yo soy un hijo bastardo producto de ese baile.

—¿Y por qué no te quedaste en el mundo de los acompañantes?

—Toda mi vida me la he pasado escapando, más en el mundo de los acompañantes, el color de mis ojos lo han provocado, ya que sólo la familia directa de el gobernante, posee los ojos color morados y que yo los tenga me provocó muchos problemas.

—Ahora la pregunta de millón—. Dijo Samantha—. ¿Cómo acabaste en manos de Robert Juls?

—Tenia demasiada hambre, el me propuso un trabajo, comida, un lugar en donde dormir, pero todas esas cosas fueron mentiras y me secuestró.

—Y al estar tu débil, no podías defenderte, ¿Verdad?

— Si—. Dijo Stefan-. Pero ahora estoy aquí y es lo que importa.

Entraron finalmente a Vancouver y sé dirigieron a la casa,Samantha bajó toda la ropa de Stefan en su cuarto, no estaban ninguno de los Evans, ni Ezequiel, pero sintió la presencia de Anne.Llegó a su habitación junto a Stefan, dejaron toda la ropa en una pila para después lavarla, Stefan se tumbó en el sofá que estaba en el cuarto y cayó dormido.Samantha escuchó ruido en la cocina, que pensó que a lo mejor Anne estaba preparando algo, decidió inspeccionar y se encontró con Anne bailando al ritmo de una canción de jazz algo rápida.




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