Después del episodio de levitación de Ezequiel, tanto Jaime como Stefan se retiraron del estacionamiento del hospital dejando a Samantha con Ezequiel hablando y perdonándose mutuamente.
—Perdón por decirte viuda cobarde—. Comenzó a decir Ezequiel una vez que dejó de flotar por el conjuro de Jaime.
—Perdón por decirte huérfano débil—. Samanta respondió mientras tomaba la mano de Ezequiel y la apretaba amistosamente—. Espero que todo quede perdonado.
Ezequiel jaló el brazo de Samantha y la envolvió en un cómodo abrazo después se quedaron ahí por lo menos unos 3 minutos abrazados mientras Ezequiel comenzó diciendo:
—Tengo tengo miedo, sencillamente—. Ezequiel seguía aún hablando después de haber cortado el cómodo abrazo—. Tengo miedo porque ve lo que le pudieron hacer a Anne, y ella es poderosa. Ahora imagínate lo que me pudieron haber hecho a mí.
—Los protegeré—. Agregó Samantha—. Porque no tengo nada más que hacer.
Eso fue lo que hizo que Ezequiel le propinó a un puñetazo amistoso en el hombro mientras reía y la risa la acompañó junto con Samanta quién de repente escuchó la voz de su acompañante en su mente avisándole que por fin Anne había despertado y estaba esperándolos en su cuarto acostada en una camilla.
—A lo mejor Anne ya está despierta y terminó su operación—. Sugirió Samanta al tiempo que se levantaba del pavimento del estacionamiento del segundo piso en donde se encontraban—. Creo que lo mejor sería bajar a revisar ya hemos estado aquí un buen rato desde que pasó que empezaste a levitar.
—Bueno, vamos a verla—. Jaime se paró unos segundos después mientras le daba unas palmadas en la espalda—. Quiero invitarte una copa a un bar cercano, para disculparme y contar nuestras penas, ¿Qué te parecería eso?
—Estaría excelente—. Respondió Samantha-. Si Anne está bien,vamos.
Los dos se dirigieron a la sala en donde estaba Anne hablando con Stefan y Jaime, y los ojos de Anne soltaron de emoción al ver a Samantha pero decidió ocultarlo un poco.
—Bueno ahora que están todos tendré que decir que pasó en la operación. El objeto que tenías incrustado que no dejaba sanarte de manera correcta Anne—. El doctor Rogers vió a Anne por un momento—. Era de plata, con un mecanismo muy simple que desprendía plata líquida, que se llevó tu torrente sanguíneo, depositándolo en tu corazón. Pero ahora ya estás bien.
—Está bien-respondió Anne—. ¿Puedo irme a casa?
—Dadas las circunstancias, ya puedes irte—. Respondió Rogers con una sonrisa—. Cuídenla chicos.
El doctor Rogers se salió de la habitación para dejar privacidad a Anne y a la gente que había venido a verla.
—Hey Anne—.Habló Ezequiel mientras se sentaba y sostenía la mano de Anne—. Iré a un bar con Samantha un rato. Regresaremos a lo mejor un poco más tarde.
—Ya veo—. Habló Anne con un toque de cansancio—. Me quedaré con Stefan ese caso.
Se subió al carro con Jaime, Stefan en el copiloto iba Samanta y de conductor estaba Ezequiel. Mientras conducían algunas veces Samanta miraba por el retrovisor para ver a Anne quién le sonreían y hacían que Samanta se sonrojara levemente.
Llegaron a la casa rápidamente ya que no había tráfico en la zona,en ese momento, Jaime por su parte se despidió y dijo que iría caminando hasta llegar a la cafetería ya que tenía que hablar con su abuela respecto a lo que había pasado en el estacionamiento y que le explicará qué era lo que está ocurriendo.
Los demás se despidieron de Jaime mientras ayudaban cuidadosamente a subir a Anne a la casa Ezequiel y Samanta se comenzaron a vestir para ir rápidamente al bar y dejaron Anne cuidado de Stefan.
Samanta optó por vestirse con un vestido color azul eléctrico con unos zapatos sin tacón del mismo color, con un abrigo color azul oscuro. Por su parte Ezequiel tenía un pantalón pegado color café claro y con una camisa manga larga de mezclilla y un abrigo formal color vino.
Antes de que los dos salieran de la casa, ambos se dirigieron a la habitación de Anne en dónde se encontraba Anne con Stefan platicando tranquilamente. Al verlos Estefan y Anne dejaron de platicar.
Después de un rato empezaron a hablar Samanta junto con Ezequiel quines es unieron a la plática y platicaron los cuatros sin preocupaciones. Salieron Stefan y Ezequiel de la habitación después de un rato de platicar por que tenías que ir al bar y Samantha se quedó callada viéndola, recargando su codo izquierdo en una mesa de noche que se encontraba en la habitación y cruzando su pierna derecha.
Anne sólo vió los ojos de Samantha tornándose un poco oscuros, pero era una mirada cariñosa la que le daba. Luego Samantha le guiñó a Anne, haciéndola ruborizarse.
—Espero que lo que hablamos hoy, no se te olvide Anne—. Samantha se levantó tomándole la mano a Anne y apretando levemente sus dedos.
Samantha salió de la habitación para alcanzar a Ezequiel, pero con una sonrisa, se subieron al carro y se dirigieron al bar en donde estaba iluminado había bastante movimiento.
—¿Sueles venir a este lugar?—. Preguntó Samantha con una sonrisa—. ¿Es un buen lugar?
—Es uno de los mejores bares a los que puedes venir.
Entraron ambos al lugar el cual ya estaba prendido y tenía gente bailando en cada lugar en cada rincón, así como personas abrazándose,bebiendo, besándose y gente ligando dentro del lugar. Ezequiel y Samanta se desplazaron a una de las zonas más relajadas del bar, el bar era muy grande en su extensión.
Cuando se dirigieron hacia la zona más silenciosa existiendo el bar Samanta sintió la presencia de un lobo puro que no era Ezequiel, sino que era un lobo puro pero con menor poder.
Empezó a buscar alrededor de quién podría tratarse de esa presencia y observó que aún más al fondo de donde ellos se encontraban estaban dos hombres hablando los dos eran hombres con trajes costosos y se encontraban con un niño un niño pequeño que tenía al menos 4 años.