Evans

Capítulo 37

Era de día, y en ese momento Samantha se sintió completa, y continuó con su antigua rutina, abrió la ventana despertando de inmediato a Jonathan quien se sentó en la orilla de la cama y observó a Samantha mirando el cielo.

 

—Sam—. Habló Jonathan mientras se frotaba los ojos—. ¿Por qué siempre miras el sol en la mañana?

— Es una costumbre que siempre he hecho, porque me gusta saber si hoy será un buen o mal día.

—¿Y hoy que será? —. Preguntó Jonathan imitando la filosofía de la mujer mayor que tenía enfrente.

—Un día bueno, pero posiblemente asfixiante para algunos que no se quieran probar la ropa—. Samantha comenzó a hacerle cosquillas a Jonathan despertándolo del todo.

 

Jonathan se reía a carcajadas y Samantha seguía haciéndole cosquillas hasta que vio que Jonathan ya estaba llorando de la risa, que lo dejó.

 

—Arregla una combinación de ropa para ir a comprar un traje de baño y un poco de ropa para la semana—. Jonathan abrió los brazos en señal de que quería un abrazo, que Samantha le dio.

—Gracias por todo Sam—. Dijo Jonathan mientras la abrazaba—. Te quiero mucho.

— Yo también te quiero mucho pequeño—. Samantha frotó con su mano la cabeza de Jonathan mientras seguía abrazado a él—. Pero me tengo que bañar, para que luego tú lo hagas y podamos acabar de comprar ropa antes que los demás, ¿Te parece?

 

Jonathan asintió y abrió la maleta que estaba en el suelo, para empezar buscar una combinación de ropa para ir a comprar ropa con Samantha. Ella tomó una muda de ropa que tenía preparada y se metió con ella con una toalla para bañarse y cambiarse dentro del baño y no molestar a Jonathan quien seguía sentado en la cama mirando al cielo.

Samantha comenzó a ducharse, pero una felicidad que no sabía que tenía en su cuerpo, posiblemente era la felicidad que tenía retenida en su cuerpo y alma. Estaba feliz por lo de ayer, la habitación del hotel tenía un florero el cual llenó con agua, para mantener las flores frescas. Un muy bonito detalle.

El agua caía en el cuerpo antiguo pero conservado de Samantha el que comenzó a sentir sed de sangre, quien no pensó en ese escenario en lo absoluto.

 

"Stefan, ¿Dónde estás?"

"Comprando comida para mí, para Anne, para Sergey, y para Joseph"

"Necesito que consigas sangre para mí"

"¿Ahora?"

"Si, por dios, ayuda"

 

Samantha salió de la ducha, después de hacer su limpieza matutina y salir del baño vestida, vio como Jonathan se metió rápido a meterse a bañar y alguien tocó la puerta de la habitación.

 

—¿Hola? —. Samantha asomó la cabeza por la puerta sin abrirla completamente.

—Hey—. Anne estaba afuera de la habitación vestida con un pantalón de mezclilla rasgado por las rodillas, con una camisa pegada con los hombros descubiertos.

—Wow—. Samantha se sorprendió por como la combinación de ropa que traía combinaba con ella—. Te ves increíble.

—Gracias, tú no te quedas atrás—. Anne miró a Samantha de arriba abajo—. Te ves muy bien con ese vestido.

 

Samantha miraba a Anne que estaba observándola directamente con sus ojos verdes, en ese momento escuchó que Jonathan cerró la regadera y eso indicaba que en unos minutos saldría. Anne de sorpresa le dio un beso en la comisura de los labios y luego le guiñó, luego se alejó hacia su habitación compartida con Dan, Samantha solo se dedicaba en admirar a la bella chica que se iba en ese momento, pero sabía que era suya.

Salió Jonathan del baño, vestido y bañado, con una sonrisa en el rostro, mientras guardaba la ropa con la que había dormido en una de las bolsas que Samantha le había explicado durante el vuelo que tenía que meter la ropa sucia para no mezclarla con la limpia.

 

—¡Ya estoy listo! —. Gritó Jonathan una vez que guardó y ordenó la ropa que estaba sucia.

—Vámonos entonces—. Samantha guardó en una pequeña mochila que ella tenía, su tarjeta de crédito y un poco de dinero en efectivo, unas botellas de agua que había dado Joseph en el avión por si Jonathan tenía calor.

 

Jonathan tomó la mano de Samantha y bajaron hacia el cuarto de Sergey en el cual Samantha sintió la presencia de la mayoría de los que estaban en el vuelo con ella. El cuarto de Sergey era el más grande, en donde había una gran mesa y los ojos de Jonathan brillaron al ver las delicias que estaban en la mesa de Sergey.

 

—Ven Jonathan—. Sergey invitó a Jonathan a comer con ellos—. Come lo que quieras.

—¿Puedo? — Preguntó Jonathan con un brillo en sus ojos por el olor de la comida. — ¿Samantha?

—Claro que sí pequeño. — Samantha le dio un empujón a Jonathan invitándolo a comer y Stefan le dio a Samantha una especie de licuado que contenía sangre. — Gracias Stefan.

 

Samantha se sentó en la mesa en el lugar que había disponible que era a un lado de Dan, en la esquina de la mesa de la habitación más grande del hotel que le había tocado a Sergey, Samantha se tomó la sangre en el vaso de licuados que Stefan le había traído, era aproximadamente un litro de sangre que le serviría por lo menos unos cuatro o tres días.

Todos comieron lo que el servicio para la habitación le ofrecía, nos huevos, filetes de pescado, o de pollo, con bebidas naturales, Tomaron su tiempo para hacer un itinerario según las recomendaciones que Noa le mandó por mensaje, minutos después de haber hablado en la noche.

Lugares en donde comprar ropa, lugares en donde comprar los trajes de baño, lugar en donde almorzar, en donde comprar un helado, en donde ir a beber un trago, en donde pasarla por la noche, muchas recomendaciones y tips acerca de Miami.

 

—Creo que deberíamos ir a comprar ropa hoy. — Joseph traía su celular en la mano. — Para mañana ir a la playa, y posiblemente al otro día ir al acuario.

—Suena una buena idea. — Anne habló mientras veía al pequeño Jonathan mirar a todos. emocionado. — Me gustaría ir a la playa.




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