Noa se levantó temprano y lo primero que hizo fue abrir su computadora para comprobar su correo electrónico por cualquier mensaje que le hubiera llegado durante la madrugada. Observó que sólo había un correo como asunto resultados en mayúsculas como si le estuvieran gritando: LLÁMAME CUANDO PUEDAS, ES URGENTE.
Noa abrió el correo debido al asunto que traía, lo enviaba el correo de una compañera de trabajo de una revista en donde enviaba diversos artículos. Observó que en el mensaje sólo existía un número al que decidió marcar, el cual respondieron al tercer tono.
—Hey—. Nos habló con una voz realmente gruesa, ya que se acababa de despertar—. ¿Por qué tanta urgencia para que te llame?
—Noa fuiste elegida para poder guiar a la sede de la revista.
—¿Cómo? —. Noa no comprendía nada, era demasiado temprano para procesar varias cosas.
— El jefe te ha dado la orden y oportunidad de poder seleccionar cualquier sede que quieras y poder mandar sobre ella.
—¿Es en serio? —. Noa miró hacia la ventana que estaba rapada Por una ventana—. ¿Qué clase de broma mañanera es ésta?
—Ninguna—. La chica casi chilló en el micrófono del teléfono haciendo que Noa se tapara el oído, molesta—. Noa sé que es temprano, pero tienes que dar una respuesta en menos de tres días, así que ponte a pensar.
La chica colgó, dejando a Noa desubicada y feliz por la noticia, podría dejar esa ciudad en donde pensó que uniría su vida con un estúpido patán como su exnovio. Ella era una acompañante que había logrado escapar de su lugar de origen para buscar un estilo de vida mejor. La noticia de su supuesta muerte fue controversial en el mundo de los acompañantes, ya que ella era una de las herederas de la familia real.
Pero esa vida nunca le había gustado para nada. Así que fingió su muerte para que no la buscaran jamás, era un remedio efectivo. Por obvias razones siempre usaba pupilentes de color verde oscuro, ya que era el tipo de pupilentes que lograba ocultar el iris color morado.
Para ganarse la vida había aprendido del mundo de los reportes y chismes, y también a seguir a la gente y aprender a tener y mantener contactos. Esas habían sido las bases de su vida como actual escritora e informante de la gente, también había encontrado gente buena en el mundo, una de ellas era Samantha Evans, quien la salvó en una ocasión de unos vampiros nobles.
Los vampiros nobles querían sobrepasarse con ella, pero Samantha iba pasando por esos rumbos y le dio sus merecidos a los vampiros. Luego de eso formaron un vínculo de amistad que surgió de manera espontánea, tenía aproximadamente dos o tres años que no tenía contacto con ella. Pero ahora había traído a sus hermanos que Noa no conocía, y a varios amigos.
La razón por la que todos los que acompañaban a Samantha habían venido fue por la razón de que en Vancouver las cosas se estaban poniendo demasiado densas.
Le había llegado una noticia por parte de varios testimonios que lo afirmaban un nuevo cargamento de doscientos vampiros nobles y quinientos vampiros lacayos, quienes prácticamente servirían de carne de cañón en el problema que estaba instalándose en la cuidad nevada.
También había recibido fotos y un testimonio anónimo que le informaba de la muerte de uno de los Lobos puros iniciales, Pierre Andreu, y eran demasiadas fotos del cuerpo del lobo que se encontraba en una especie de jaula de metal.
Tenía entendido que un lobo puro era prácticamente imposible de matar, pero con esas fotos, al parecer que no, tendría que preguntar por otros lados de manera meticulosa y cuidadosa acerca del método para matar un lobo puro, y saber si existían víctimas.
Noa observó el reloj que estaba pegado a una de las paredes eran las ocho de la mañana así que decidió ducharse y tomar sus cosas que había preparado para ir a la playa. La relación posiblemente más larga fue con su actual exnovio, tres años con unos pocos días, pero Noa no era una mujer a la que pudieran ocultarse muchas cosas.
Los descubrió cuando llegó temprano, su novio durante los últimos meses de había empezado a comportar raro, Noa había tenido una extraña sensación y ese día llegó más temprano de lo normal. Encontró a su ahora exnovio con una chica con quien era una de las chicas de limpieza que Noa había contratado para facilitar la limpieza de la casa en donde vivirían juntos.
—¡Sal de mi maldita casa! —. Recuerda que gritó Noa al entender la situación.
El chico ni siquiera repuso ni discutió nada y a los cinco minutos salió con dos maletas de ropa en sus manos como si fuera una especie de hotel.
Noa salió vestida del baño con el bikini puesto con un vestido holgado, largo que le cubría las rodillas, con cuello en V, color azul oscuro que combina con su bikini. Tomó la mochila que tenía preparada, tomó sus llaves y se dirigió hacia su pequeño automóvil, colocó en el GPS la dirección del hotel en donde se estaban hospedando Samantha y toda la gente que había decidió traer.
Llegó en un santiamén, ya que tomó un atajo con el que llegó muy rápido y observó que Samantha estaba en la puerta de una camioneta que al parecer habían rentado. En ese momento Noa observó a Stefan y Joseph juntos y recordó los años cuando escapaba de ellos.
—¡¿Stefan y Joseph?!—. Noa casi gritó en dirección en donde estaban los dos hermanos que miraron hacia la voz que mencionó sus nombres y salieron corriendo hacia ella.
¡Noa! —. Joseph gritó y los tres se abrazaron en un amoroso abrazó—. Pensé que algo te había llegado a pasar.
—Están bien—. Noa tocó con cada una de sus manos las mejillas de los hermanos que tenía enfrente suya—. Pensé que ya nos volvería a ver, tenemos mucho de qué hablar, hablaremos en el carro, acompáñenme.
Samantha y Sergey observaron como la rubia se llevó a sus respectivos acompañantes en un carro.