Evelyn

- ¡Aléjate de mi novia!

Sentí el empujón por la espalda, iba caminando hacia la universidad con mi amiga Jessica, en ese momento me di la vuelta para ver de quién se trababa, pensé que sería alguno de mis compañeros de la universidad, había algunos que solían ser un poco pesados, pero este no era el caso.

— Aléjate de mi novia imbécil ya sé que quieres con ella 
Me grito un enano de no más de 1.55m de estatura, flaco y con cara de idiota.

Un momento, a este idiota lo conozco, es el novio de Evelyn, Saúl se llama; ya lo había visto en la universidad, estoy seguro que estudia una ingeniería porque en el edificio de administración no lo había visto.

— ¡Escúchame bien idiota! Si yo quisiera andar con tu novia, ya no sería tu novia, sino mía, y te diré algo, a mí no me vengas a amenazar, mejor llega y dispara, porque yo no me ando con tonterías, así que regresa por donde venías y no vuelvas a molestar

Le dije mientras lo sostenía del cuello asfixiándolo contra la reja de la universidad; yo ardía en rabia, cómo era posible que un idiota se atreviera a hacer lo que Saúl acababa de hacer, quien me conoce, sabe que por menos de eso, le hubiera tirado un par de dientes y dejado la cara morada.

— ¿Por qué no le partiste la cara?

Preguntó Jessica

— No lo sé, pero de verdad tengo ganas de hacerlo

Seguimos platicando hasta llegar al salón, pero no podía contener el enojo, tenía ganas de buscarlo a su salón y golpearlo, pero ahí sí sería un problema, porque nadie me creería que estaba contestando una agresión.

— Jess, me voy a mi casa, estoy muy enojado y no puedo concentrarme

— Como crees, yo te llevo, estás muy enojado y ahorita vas a desquitar tu coraje con alguien que no te la debe

— No te preocupes no haré eso

— Te conozco, mejor te llevo

Estaba a punto de contestarle que no, cuando se salió del salón, así que la seguí, sabía que no me dejaría ir solo, así que opte por darle las llaves de mi auto y que me llevará a casa.

— ¡Maldito imbécil! ¿Que se cree? y tampoco sé por qué no le rompí la cara— Grité en el auto camino a casa

— Estuvo bien Eder, así te evitas muchos problemas; hacía mucho no manejaba tu auto, desde que me enseñaste a manejar

Jessica cambiaba el tema para que me pudiera tranquilizar, pero seguía furioso; cuando llegamos a casa nos quedamos afuera del estacionamiento platicando, entonces mi mamá bajo a ver qué pasaba, Jessica le contó lo que sucedió esa tarde.

Entre Jessica y mamá lograron tranquilizarme, y lo último que dije enojado fue:

— Le bajaré a la novia para desquitarme

Pasaron muchos meses después de aquel encuentro con Saúl, y en ese momento no le conté a Evelyn, no quería algún problema con ella, pensé que podría no creer mi versión de la historia.

Cada día, al regresar de la universidad, me encontraba a Evelyn en el camino, siempre me acercaba a ella y le ofrecía llevarla pero la respuesta siempre era la misma.

— No gracias, ahorita llego caminando

— Vamos para el mismo lugar nada me cuesta llevarte


Pero ella siempre me rechazaba.

Pero eso a mí no me importaba, seguía saliendo de la universidad y me la encontraba en el camino, había veces que no le decía nada, solo me gustaba verla caminar, podía distinguirla a lo lejos por su forma de caminar.

Nunca he entendido por que no aceptaba que la llevara, nos hablábamos bien, cada que coincidíamos afuera del edificio platicábamos un par de horas, compartíamos cosas graciosas en Facebook, pero nunca quería subir al auto conmigo.

Pasó el tiempo y llegamos a la segunda semana de diciembre de ese año, mis papás y mi hermana habían viajado lejos y me quedé con mi hermano, fue un poco triste el viernes, me habían dado de baja de la universidad por un problema estúpido con una materia, salí de la universidad ese día y me fui directo a casa; cuando llegué, me encontré a Evelyn y a su hermano en el estacionamiento, tomando fotos a una sección de la reja que estaba caída, no sé qué habría pasado, me acerque, baje de la camioneta y les pregunte:

— ¿Por qué está caída la reja?

— Se robaron el auto de mi papa
Contestó ella

— ¿Apenas ahorita?

— No, en la noche, y cuando salimos mi papá y yo para la universidad el coche ya no estaba

— ¿Enserio? Yo salí en la mañana a la universidad y no vi caída la reja, de haberla visto, hubiera salido por ahí

— Jajaja, te pasas, ¿de verdad no viste la reja? 
Me preguntó

— De verdad que no

En ese momento llegó una persona del seguro, compañero del papá de Evelyn, les hizo algunas preguntas, y luego me preguntó a mí si no había visto algo raro, a lo que conteste que no.

No me había dado cuenta, pero nuevamente, hablar con ella después de un día triste, había cambiado mi día, por un momento pude olvidar lo que pasaba y mi cabeza solo pensaba en ella.

Podría acostumbrarme a que eso pasará más seguido, que ella cambiara mis días, pero tenía que hacer algo, un movimiento certero, algo que la hiciera notar que solo tenía ojos para ella, que me encanta su compañía, su plática, sus ojos, su sonrisa, que me agrada tenerla cerca; pensé en darle un obsequio, un detalle, algo pequeño pero que significará mucho; pero ¿Qué podría ser? Una chica tan hermosa como ella, seguramente ha recibido toda clase de detalles, seguramente algo de lo que se me pudiera ocurrir, ella ya lo habría recibido; tendría que recurrir a algo básico pero que estaba seguro que funcionaría.

Se acercaba San Valentín, sé que suena a cliché, pero un pequeño detalle en ese día, sería lo que necesitaba, y por suerte, mi hermano tenía planeado hacer un pequeño negocio para ese día, y había decidido ayudarle, así que el día 13 de febrero mi hermano llegó con el auto lleno de mercancía, y desde que las vi, sabía que serían perfectas.

Tenía todo planeado, ayudaría a mi hermano, y en la tarde al regresar a casa, buscaría a Evelyn para entregarle...




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