— Hola Eve, ¿cómo estás?
— Hola Eder, ¿muy bien y tú?
Tarde en contestarle, moría de nervios y no sabía por qué
— Muy bien, oye Eve, ¿tienes algo que hacer esta noche?
— mmmm, nada
— ¿Quieres ir a cenar conmigo esta noche?
Sentía que el corazón se saldría de mi pecho
— ¡Claro! ¿A qué hora, Donde? Le avisaré a mamá
La tranquilidad regreso a mí, de verdad no entendía por qué estaba nervioso; pero eso ya no importaba, ella respondió que sí, así que ya solo tenía que arreglarme para salir.
— A un lugar donde venden Kebab, son tacos árabes, está en Naucalpan, pero abren tarde, te parece que vayamos como a las 9:00 pm?
— Suena genial, si me parece bien a las 9:00
— Entonces nos vemos a las
9:00
Wow, no era lo mismo decir vamos al cine con los amigos, que vamos a cenar solo tú y yo, al menos eso es lo que creo que pasará, ya en una ocasión su hermano no quería ir con nosotros al cine, él quería ir con sus amigos a otro lado y su mamá lo mandó con nosotros, no quería que hoy su mamá lo mandara a cuidar a Eve.
Llegó la hora acordada y baje por ella a su casa, nos subimos al auto y nos fuimos platicando todo el camino; para mí buena suerte solo íbamos ella y yo.
Llegamos al lugar donde quería cenar, pero aún no estaba abierto, así que decidimos ir a plaza Satélite por sushi, y me sorprendió saber que ella nunca había probado el sushi.
— Es la primera vez que como sushi
— ¿De verdad, Y te gustó? Yo podría comer sushi todos los días, de hecho lo hice en algún momento
— Hay no, jajaja ni que fuera pizza
— También podría comer pizza todos los días
—¿Y no te hizo daño comer sushi diario?
— Un poco, jajaj fue todo un mes entero, antes de ir a la preparatoria compraba sushi y en el camino lo iba comiendo
Pase unos minutos tratando de enseñarle a comer con palitos chinos pero se desesperó muy rápido, así que le pedí al mesero un aditamento para poder usarlos.
Como siempre pasamos horas platicando Hasta que llegó el momento de regresar a casa, salimos del restaurante y fuimos a pagar el estacionamiento.
— Oye Eve, tienes $12 pesos que me prestes, la máquina no da cambio
— ¡hay no! Traigo un billete de 100
Fuimos al auto a buscar cambio, para nuestra buena suerte, había $12 pesos en el auto, así que pagamos y salimos de ahí.
El regreso estuvo muy tranquilo, veníamos cantando, teníamos casi los mismos gustos musicales, claro al ser un poco más grande que ella me gustaban algunos grupos que a ella se le hacían para gente mayor.
— Eder, esa canción es de las Flans?
— Si
— ¿De verdad te gustan?
— Si ¿por qué?
— Jajaja eso solo le gusta a gente de más de 40 jajaja
— Y sigues haciéndome sentir viejo
Llegamos a casa y nos despedimos en la puerta, me agradeció la velada y nos metimos a nuestras casas.
— ¿Sigues despierto?
— Eso creo jajaja
— Que bien, oye gracias, siempre conozco algo nuevo contigo, nunca es aburrido cuando estamos juntos
—Eve, no tienes que agradecer, me encanta estar contigo, siempre la pasamos muy bien
— Está bien, pero la próxima invito yo
— ¡Claro, debe haber una próxima, y muchas más ehh!
— Mi hermano me reclamo por no llevarlo
— ¿Que le contestaste?
— Que me invitaste a mí, no a nosotros
— Jajaja en otra ocasión lo invitamos
— Me parece bien, descansa Eder, pasa excelente noche
— Igualmente Eve descansa—
8 días después de esa salida me llamo para invitarme al cine, veríamos Sinsajo
— Pero no he visto más que la primera de los juegos del hambre
— Están en Netflix, tienes toda la mañana para verlas, así verías todas en un solo día
— Tienes razón, ¿te veo afuera a las 7:00?
— Si, por que la función es a las 7:45
Llegó la hora acordada y salí a buscarla, pero cuál fue mi sorpresa, su hermano salió con ella; espera un segundo, la verdad en ese entonces su hermano no me caía bien y obvio sería incómodo poder platicar cómo siempre si su hermano estaba ahí, pero bueno, al final estaría pasando tiempo con ella.
Subimos al auto, ese día mí papá nos prestó uno de sus autos, el cual tenía sunroof. En cuanto su hermano se percató de eso, me preguntó si podía ir asomando la cabeza, a lo cual contesté que no, que era peligroso, y el insistía, hasta que decidí cerrarlo y decirle que se sentará en su lugar.
Mientras eso pasaba, Eve moría de vergüenza, no podía creer la escena de niño de 5 años que su hermano había montado.
— ¿Terminaste de ver las otras películas?
— Claro, de hecho le dije a mamá que hoy no la ayudaría en nada por que vería las películas
— ¿Y no te dijo nada?
— Me dijo que estaba bien, que así podría entender la que vamos a ver al cine
— Wow, Si yo le digo eso a mi mamá, de inmediato me pone a limpiar algo jajaja
— Jajaja, la mía no
Vimos la película y al salir del cine, paseamos por el centro comercial y como siempre platicábamos de muchas cosas, aunque me reserve un poco ya que su hermano venía con nosotros.
Así hicimos varias salidas, solos, con su hermano, con los chicos de la iglesia etc. Y siempre fueron divertidas, cada salida conocíamos algo nuevo de ambos; quería salir más veces, pero en ese momento andaba desempleado y no tenía el dinero suficiente para poder costear tantas salidas, así que...