Evelyn

— ¡Me gustas!

— Y desde hace tiempo, pero la semana pasada cuando te fuiste al campamento y subieron fotos a Facebook, te vi en una y me di cuenta que de verdad me gustas

— Eso no me lo esperaba, de verdad no tenía idea, pero, Eder, ahorita no estoy buscando nada, conoces mi historia y...

La interrumpí

-—No te preocupes, yo tampoco busco nada, también sabes mi historia, solo quería decirte lo que siento, la verdad sé que si no te lo decía, comenzaría a alejarme de ti y eso no lo quiero

— Ni yo, eres mi amigo y te quiero mucho, y no quisiera que te alejes de mí, la verdad no sé si podamos tener algo tú y yo, o haya otra chica para ti, pero por el momento no puedo corresponderte

— Gracias, la verdad solo necesitaba decírtelo

— Si necesitas que cambie mi manera de ser, adelante dímelo

— No quiero que cambies nada, así como eres te quiero

Nos dimos un abrazo, el momento nos puso emotivos, secamos nuestras lágrimas antes de volver adentro y no volvimos a tocar ese tema hasta mucho tiempo después

Pero algo si cambio a partir de esa confesión, comenzamos a salir más, a vernos más seguido, a compartir más cosas, recuerdo que hasta nos prestamos los libros que terminábamos de leer, nos mandábamos música que acabábamos de conocer.

Incluso con su familia cambió el trato, comenzaron a invitarme a su casa, a desayunar después de la iglesia, incluso me volví amigo de su hermano, pero no solo superficial, de hecho era una amistad fuerte, de esas que hasta puedes llamar hermano a la otra persona.

Recuerdo que un día, platicando con su hermano, le conté que su hermana me gustaba, y él me dijo

— Lo se amigó, me lo contó mi hermana

— ¿Enserio?

— Si, Eve y yo nos contamos todo

— Ok, y ¿qué opinas?

— Siendo sincero, mi hermana no busca nada ahorita, y sabes su historia y el por qué, pero también sé que no eres lo que ella busca, pero está muy cómoda contigo, puede que haya algo más, pero no eres el tipo de chico en el que ella se fija

— Lo entiendo amigo, pero ahorita no busco nada con ella, solo necesitaba decírselo, y si entiendo, no soy el tipo de chico en el que una mujer se fija

— No me refiero al físico, simplemente ve lo feo que es Saúl

— Jajaja eso sí

Y era verdad, de hecho un día Eve me contó que se preguntaba el por qué se fijó en el

Pero cuando yo hacía algún comentario hacia mi físico, por no ser guapo, o por ser gordo, o por ser alto pero no lo suficiente como yo quería, ella se molestaba

— Eder, deja de decir que eres feo, no lo eres

— Pero guapo no soy, y en eso no puedes decir lo contrario

— Si no fueras guapo no tendrías el pegue que tienes

Y la verdad no me di cuenta de eso hasta mucho tiempo después, Eve me gustaba y solo tenía ojos para ella

— ¿Cuál pegue? No soy guapo, y además soy gordo

— En eso no puedo discutir, pero no eres de esos gordos que se ven mal, como el director de inglés de la universidad, el día que estés así, ese día si dejaré que no te sientas guapo

— Ok, ese día jamás llegará, porque el director fácil a de pesar más de 200 kilos

— 220, un día escuché que se lo decía a otro profesor

— Estoy a 100 kilos de llegar a su peso

— Ya cállate, de verdad me molesta que te sientas feo

— Y tampoco soy tan alto

— y sigues con lo mismo, claro que eres alto, y eso te ayuda a no verte como el director de Inglés, además mides casi 1.80 m

— Casi, tú lo has dicho, no es el 1.80 m que quisiera medir

— Eres altísimo, yo apenas mido 1.53 m junto a ti soy una enana y ya deja de hablar que me harás enojar de verdad

— jajaj eso si, por eso debo llevar tu sombrilla cuando caminamos juntos, porque si tú la llevas me picas la cara con ella

Y así era cada que me quejaba de mi físico, de hecho un día si llego a enojarse de verdad

Pero ella tampoco andaba muy bien en temas de gustarse a sí misma, cada que yo le decía, "te ves muy bonita" "eres muy inteligente" "me gusta cómo te ves con esa blusa" etc. no me lo creía; vaya que me hubo cosas que me costó trabajo con ella, la primera fue que aceptara que le abrieran la puerta, que le diera la mano, que la esperara.

Recuerdo que cuando nos llegábamos a tomar una foto, ella no sonreía, y siempre le reclamé

— ¿Por qué no sonríes?

— No me gusta mi sonrisa

— Tienes la sonrisa más bonita de todo el mundo, cómo no te va a gustar

— Solo lo dices porque soy tu amiga

— Claro que no, después de tus ojos, tu sonrisa es lo más bonito que tienes

Llegamos a un punto en que dejamos de discutir por eso, y comenzamos a aceptar los cumplidos que nos hacíamos, claro, en el rostro de ambos se notaba que nos costaba mucho trabajo

También comenzamos a darnos pequeños detalles, desde un "buenos días" y emojis de besos, unas galletas con un post it, algún disco de música etc. Pero hay un regalo que no podré olvidar, de hecho se lo compre sin tener dinero, ella comenzó a ser panderista en la iglesia, pero adivinen que le hacía falta; si, el pandero.

Había un chico su nombre es Chava, que le prestaba cada domingo un pandero, pero había veces que él llegaba tarde y no podía prestarle a tiempo el pandero, y cuando eso pasaba, me ponía a pensar "cómo no tengo dinero para comprarle un pandero" pero en ese momento, el empleo que tenía no me daba un sueldo, solo eran comisiones por venta y no había vendido nada hasta el momento

Un día salí a trabajar, con el deseo de vender y poder tener el dinero suficiente para poder comprar ese pandero, pero poco antes de llegar a la oficina, recibí una llamada, pidiéndome ayuda para realizar una obra de altruismo, a la cual accedí, y decidí acudir al recinto donde esta se llevaría a cabo; después de realizar la obra, la persona que me invitó puso un billete de $500 pesos en mi mano y agradeció el apoyar a la causa, lo cual no me pareció correcto, había acudido sin buscar una retribución, pero al final él me dijo una frase que no olvidaré




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