Todos fueron reunidos en el patio y mientras acomodaba a mis amigos, mi padre alejo a Kim para que, no viese a la madre de Dael. No estábamos preparados para ese imprevisto, pero logramos acomodarlos. Aunque no pudimos al final, evitar que se encontrasen. Enseguida la madre de Dael trato de irse.
—¡Dael vámonos!
—¿Madre que sucede?
—¡¿Lauren?!
—¡Me voy!
—Por favor, señora Lauren, sé que esto es difícil, pero de verdad necesito que se quede.
—¡¿Cómo me conoces?!
—¡¿Alexa?!
—Dael todo tiene una explicación. No espere que tu mamá se fuese a sumar, esto sucedió por azar del destino.
—Lauren… Esto es serio, necesito que te quedes, es sobre Alin.
—¡¿Luis?!
—¿Hola, cuánto tiempo?
Ambos se abrazaron.
—¿Esta es tu hija?
—Sí, sentémonos y luego hablamos okey.
Todos se sentaron, por supuesto Kim no dejaba de mirarla y Dael miraba entre ellos dos. Tomé un gran respiro y me puse frente a todos. Me aclaré la garganta y apreté mis manos, mi padre se paró a mi lado y puso su brazo en mi hombro.
—Algunos aquí creen que saben de qué va esto, pero en realidad no tienen la menor idea. —En eso entraba la última pieza, el científico que, hacia el análisis de los otros tres, papá lo invito a pasar y sentarse—. En fin, solo quiero decir que mi padre y yo solo somos otra víctima más y no tenemos forma de justificar este desastre. Quiero pedirles que miren hasta el final, sin hablar por favor. Gracias por venir.
Sin más puse el vídeo y mientras avanzaba el vídeo, miraba la cara de cada uno, no sabía que era peor si lo del experimento o que Kim supiese que tenía un hijo. O que su supuesta amiga los haya traicionado a los dos. Pienso que la tercera fue la que aprovecho Lauren para zafarse de su hijo y Kim.
—¡TU MADRE ES UN DEMONIO, UNA ASQUEROSA MENTIROSA!
—No creo que haya sido la única mentirosa mamá. No que mi padre estaba muerto.
—¡¿Muerto?! Eso es lo que le dijiste.
—Tú escogiste a tu familia fue lo mismo que estar muerto.
—Yo no sabía que estabas en estado.
—Y eso lo justifica.
Anjil vino hacia mí y una tristeza me embargo, creí que iba a perder mi nueva amistad, que me golpearía o gritaría.
—Bueno… —Me abrazo—. Lo siento, tú no eres culpable de nada, así que no llores.
—Pero siento que lo soy.
—Claro que no, tú cumpliste con tu parte, nos dijiste la verdad. Pudiste habértelo callado para siempre.
—Gracias, Anjil… No estas molesta.
—Oh sí, claro que sí, disculpa que diga esto, pero esa maldita hija de perra #?!#... de tu madre. —¡Oh wow! Me dolieron los oídos de tantas malas palabras—. Espero que se pudra en el infierno… bien, ahora que me he desahogado, puedes estar tranquila, no diré nada más sobre tu madre.
—Puedes decir lo que quieras.
—No ya lo hice. —Qué cambio de actitud—. Ahora quisiera saber más información sobre esto, como con que animales nos ligó, los resultados de los análisis hechos, esas cosas ya sabes, locas y sin sentido pero que el doctor… —Extendió la r y miro de forma voraz al hombre que se mantenía quieto en la esquina—. Plan, amablemente me explicará, ya que durante años me ha pinchado y analizado sin consentimiento.
El hombre tragó en seco.
—Con gusto le explicaré todo.
—Oh claro que sí. Ale me voy con el calvito, nos vemos el lunes amor.
Besó mi mejilla y se fue junto con el hombre. Luego de observarlos salir mis ojos se encontraron con Lee, este me miro con desdén y salió detrás de Anjil. Mi corazón se arrugó como pasa de dolor, ya entendía por qué mi obsesión con él, mi propia madre me había hecho adicta a él como perro fiel.
Los padres de Dael seguían en caos, vi como este salió corriendo y lo seguí. Ya me dolían los pies de tanto correr, pero no podía dejarlo solo, era mi deber mantenerlo a salvo. Subió por una colina y lo encontré en la cima, llegué arrastrándome prácticamente.
—Eres la mejor escalando supuestamente.
—Si escalando… —Jadeaba—. No corriendo.
Él se río.
—Siempre supe que había algo raro en mí sabes. Tenía demasiado carisma, las mujeres se me pegaban como chicle.
—Todavía se te pegan, creo que mi madre se le fue un poco la mano, en esa parte contigo y con Lee. En más, creo que se lo puso todo a ustedes dos.
Comenzamos a reír.
—Nos oyes hablando sobre tu madre, es como si ella fuera nuestro creador.
—Lo siento, no obstante, si vamos a usar términos, más bien era el anti creador. El cual, metió sus manos, en una creación perfecta de la naturaleza.
—Um… quiero estar molesto, pero debo reconocer que tu madre tenía razón. —Lo miré sin entender—. Los humanos estamos pereciendo, agonizando en espacios pequeños de tierra. La naturaleza quiere exterminarnos y es por eso, por lo que cada vez más nuestras colonias se encogen, por los animales, por los cambios terrestres o por unos jodidos locos que, quieren aniquilarnos de una vez y quedarse solo ellos. —Se viró y me miro—. Es por eso por lo que estoy de acuerdo con ella en que, había que hacer algo, estamos abarrotados en puntos aislados.