Evolución

La nueva generación

Tres meses habían pasado en el conteo regresivo para el rescate de las colonias. Logramos sacar de cuatro a cinco millones de habitantes, solo faltaba la mixta y ya estábamos en eso. Alexa estaba a punto de dar a luz, por lo que le prohibí salir de la base. Pero lo que menos me podría imaginar era que el destino iba a ser caprichoso esa mañana fría de octubre.

Alex se sentía extraña, ella creía que el niño llegaría pronto, las contracciones comenzaron a ser más notorias. Ese día pretendía quedarme a su lado, no podía dejarla sola. De la nada llegó la noticia de que mi madre había sido capturada cuando trataba de huir de Octavio. Me sentí perdido, mi hijo y esposa eran mi prioridad, sin embargo, mis hermanas aún eran jóvenes y necesitaban a su mamá. Así que decidí salir a rescatarla, prometí regresar lo más rápido posible.

Alexa

Hoy no era un día normal, mi hijo quería nacer lo podía sentir, sin embargo, más mal me hizo sentir que Lee me escondía algo. Él supuso que dormía cuando se despidió de mí diciendo que volvería pronto. ¡Jum! Nunca supo que fui detrás de él y escuché todo sobre su madre y el peligro en el que estaba.

Casi sin poder caminar salí al perímetro y me comuniqué con Muchi, le pedí que me ayudara a buscarla. Este se negaba por mi estado, lloraba advirtiéndome que mi hijo iba a nacer, pero lo ignore y monte sobre él. No paso mucho hasta encontrarnos con el lugar en donde tenían a Su Hee.

Estaba rodeada de militares que se veían listos para atacar, espere a que se retiraran hacia sus posiciones para penetrar nuestra base. Ya había enviado una advertencia con uno de los lobos, así que no me moví. Luego de esperar por un rato y aguantar el dolor a duras penas, la guardia que la tenía vigilada era de cinco soldados. Muchi ataco dándome espacio para rescatarla, lo cual logré hasta que los dolores me hicieron gritar.

—¡Por Gaia Alexa! Tu hijo viene ya, debemos buscar refugio.

Y por pura casualidad, un aullido pincho el viento y Muchi casi se vuelve loco. Con ayuda de Su Hee monte en este y ella detrás, sujetándome, para correr al punto de la llamada. De forma graciosa, la pareja de Muchi también estaba dando a luz. "¡Maldita hiena!" La acompaño en el sentimiento, yo tengo que dar a luz solo a uno y estoy explorando la galaxia, imagínate tener varios.

Muchi preparo una cama con ramas y hojas que trajeron los lobos de la manada y ahí me acostaron. Sun Hee limpiaba mi frente con agua que trajo de un río cercano. Muchi se dividía en dos, pasándole la lengua a su pareja y luego a mí. A pesar del dolor eso me animaba y daba fuerzas, pero quería a Lee. En un momento me fijé que a mi alrededor había otras lobas dando a luz, era como estar en un salón de parto.

Mis gritos se hicieron presente, ante la presión de mi hijo por salir. Mi suegra me reviso y dijo que casi estaba ahí, la dilatación había avanzado. Yo nada más lloraba por Lee y como por arte de magia.

—¡Estoy aquí amor! —No me lo creía, descendiendo de un lobo vino corriendo hasta mí y tomó mi mano. Para luego acariciar mi rostro y besar mi frente—. ¡Loca, no te dije que no salieras!

—No le grites, no es el momento de hacerlo, además le debo mi vida.

Él la miro y luego asintió.

—Tienes razón, gracias, amor. —Besó mi mano esta vez—. Es solo que me he asustado mucho cuando un lobo vino a mi búsqueda y a lo lejos oí tus gritos.

Quiero hablar, pero justo en ese momento mi alarido se junta con el aullido de las lobas. Sin más comienzo a pujar, por instinto sé qué debo hacerlo. Mi suegra está en mis piernas, con la camisa de Lee en las manos y nada más me alienta a que puje, diciendo que ya viene mi pequeño.  Sin embargo, algo está mal, puedo sentirlo y mi suegra también.

—Tranquila, todo va a salir bien Alexa. Respira, es solamente que está algo atravesado.

¡Ja! Nada más eso, nada más complicado, ¿verdad? Justo recuerdo lo que Berin me dijo que únicamente el instinto animal salvará a la próxima generación. Entonces me enfoco en ese lado animal y parecerá una locura, sin embargo, puedo sentir a mi hijo y sé que me entiende de la forma más visceral posible. Lo guio por el camino correcto, de que debe enderezar su cuerpo para salir, todo eso soportando el intenso dolor de sus movimientos en mí.

Luego de mi esposo ayudarme, colocando su cuerpo tras de mí como almohada, logró traer a mi hijo al mundo. Lágrimas corrían por mi rostro, mas, al ver a mi hermoso hijo, pero lo más asombroso fue como tenía sus ojos de par en par abiertos. Cuando lo pusieron en mi pecho, tocaba mi rostro como agradecido y lleno de amor. Estaba como reconociéndome, a veces olvido nuestra genética, nuestro hijo es la próxima generación de humanos nuevos.

A los minutos, Muchi vino con un cachorro en la boca y otros tres lobos igual trajeron los suyos hasta mí. Mi hijo luchó por salir de mis brazos, así que mire a Lee quien lo tomó y ubico cerca de los cachorros, quienes enseguida comenzaron a lamerlo. Si, esos cachorros también estaban avanzados en su desarrollo. Muchi levanto su cabeza y aulló, acto seguido lo siguió la manada. Cuando entendí lo que pasaba sonreí con orgullo.

—¡¿Qué sucede amor?!

—Tranquilo, es solo que estos cuatro lobos ahora pertenecen a Kai, son sus guardianes, principalmente Tulum el hijo de Muchi.




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