Evolución

2. Búsqueda.

Daniel.


La vida muy confusa y más cuando estás solo y eres responsable de muchas personas y cosas. Por años muchas personas sufren acontecimientos irremediables y se sumergen en la tristeza a tal grado que se pueden hundir en una soledad tan oscura y silenciosa que sienten que los más fácil sería dejar este mundo para así ya no afrontar su sufrimiento, pero con el tiempo logran salir de ella, conocen personas que pueden ser puras, sencillas e inocentes en el mundo que logran sacarles una sonrisa, enseñarles a amar, iluminar sus días, son tan inocentes que piensan que no las merecen, pero están equivocadas, porque siempre hay alguien que merece y necesita estar a su lado. Todos merecen ser felices.

Pero en el mundo también hay personas desgraciadas, envidiosas y codiciosas, que solo se aprovecha de la gente para su propio beneficio sin importar el daño que crean en el camino a lo que quieren, sin importarles si gente muere o quedan marcados de por vida.

"Como mi padre..."

Pero las personas como yo tenemos que aprender a defendernos, porque si no has sido engañado es fácil ir por en la vida sin ningún temor a que te usen, pero una vez fuiste usado como vía de ruta por alguien, tu perspectiva de la vida cambia y solo te quedas con con los buenos recuerdos.

Doy dos toques a la puerta y después de un "adelante" paso y me encuentro la misma vista de siempre, un hombre feliz en silla de ruedas comiendo su postre favorito. Panecillos con jalea de guayaba.
Observándolo con calma mientras me siento junto a él.

—¿Alguna novedad hoy? ¿Ya lo encontraron? O al menos ¿una pista?

Quisiera al menos poder decirle con certeza algo para que mantenga las esperanzas, pero ha pasado demasiado tiempo.

—Unos de mis hombres, vieron a una pareja en el mercado libre con Él, trataron de alcanzarlos pero había demasiada gente, cuando llegaron al lugar ya habían desaparecido. Te prometo que lo encontraré. Por ahora disfruta de tus postres, papá.

—Esta bien. Oye, pregúntale a tus hombres si vieron algo distintivo, o si vieron de que nacionalidad eran, es importante saber si pueden cambiar de apariencia.

—Lo haré. Iré al mercado libre en la tarde y volveré para la cena, quieres que te compre algo?

—Puedes ir al local que le arrendó a Abdiel Salvatore y traerme otra caja de estos —dice sonriendo.

Señala sus panecillos y sonrío, por lo menos esos panecillos lo hacen feliz.

—Así lo haré, hasta la cena y... Papá?

—dime

—Te quiero.

Sonríe y abre los brazos, me acercó para despedirme — yo también te quiero hijo.

Y así, en cuanto salgo de casa mi carácter se vuelve frío, serio y profesional.

Porque solo con las personas que amo no estoy a la defensa. Porque ya sufri demasiado y no pienso volver a hacerlo de nuevo.

"¿Algún día encontraré a mi persona pura, sencilla e inocente?.."

...........

La búsqueda en el mercado libre ha sido un fracaso.

Llevo tres horas preguntando a los vendedores si han visto a la persona que buscó, pero no.
El resultado en el mismo: "lo siento, no he visto nada", "chico, por aquí pasan muchas personas al día, no me detengo a verles sus rasgos físicos". Y así se me paso la tarde.

Encontrarlo cada vez es más difícil, sus huellas cada vez son más invisibles y el no encontrar a mi hermano poco a poco le afecta a mi padre, su tristeza es compartida conmigo.

Mi hermano es una pieza fundamental para nuestra pequeña familia. Él es inteligente, demasiado para su edad diría yo, por eso se lo llevaron. Ahora su presencia nos hace falta en la casa, pero no puedo permitirme demostrar vulnerabilidad ante nuestros enemigos.

Alejo todo eso de mi mente y miro la hora en mi reloj, falta una hora para la cena así que me dirijo a realizar su pedido y con ayuda de algunas personas me dirijo a An & A's pero cuanto estoy por llegar una chica tropieza conmigo. Tirando todas sus compras al suelo.

—Lo siento, discúlpeme, no fue mi intención -se agacha y empieza a reunir sus cosas.

—No pasa nada, ten más cuidado —digo ayudándola.

—Soy Samantha —me tiende la mano y veo que me observa embobada. Sé que soy guapo pero ella no disimula su atención. Hay dios.

—Daniel —acepto su mano y habló fríamente— me tengo que ir señorita Samantha. Un gusto.

—Si, si, claro, ehh, adiós Daniel.

Esto no me gusta. Por chicas como ella es que no salgo de fiesta muy seguido. No me gusta que me tomen demasiada confianza si solo nos hemos visto una vez. Después todo sale mal.

Cuando entro en la panadería en busca de los panecillos, lo que me encuentro es algo diferente.

Un hombre aproximadamente de 50 años está gritándole a una de sus empleadas.

—¡¿Cuántas veces pasará lo mismo?! Eh? ¡¿Porque lo hiciste?! ¡responde! ¡¡DIME MALDITA SEA!! —el hombre le grita y después tira varios jarrones, especias, platos, cuchillos, cucharas entre otras cosas, embarrandola con algunos polvos.— ¡¡Ya me tienes harto Ana!!

—¡Ya te dije que yo no lo hice, porque no me crees! ¡¡tú no me viste haciéndolo y aún así me acusas!! —diablos! Su cara se está poniendo roja de la rabia. Se ve que esto es injusticia  por parte del hombre —¡¡Pudo ser un accidente de cualquiera que esté aquí pero no se atreve a contradecirte porque sabe que le puedes hacer lo mismo que a Marbella, pero no quieren perder su trabajo!!

La tienda está casi vacía, los gritos del hombre se escuchan por todo el lugar, todos estamos pendientes a ver que es lo que pasa.

Silencio.

Un silencio sepulcral queda después de la chica se desahoga  y terminan respirando agitados por los gritos.

—¡¿Como te atreves?!

De un momento a otro, el hombre alza la mano con intención de abofetear a la chica. Ella se cubre con sus brazos para recibir en golpe...

No soporto a estos tipos de hombres.

Así que actúo, no dejaré que él golpee a una mujer.




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