«Altair»
Estamos en el décimo piso del hotel, nuestro cuarto es el 1208 y tiene una vista espectacular desde el balcón, se ven todas las luces de la ciudad y justamente en este momento, a mitad de la noche, se vuelve algo mágico. Por lo general nunca he tenido tiempo de detenerme a ver algo, siempre las cosas han sido fugaces, cada que llegaba a un lugar tardaba más tiempo en instalarme que en tener que partir de nuevo; he visitado bastantes países, pero jamás vi sus maravillas, tenía que conformarme con las pequeñas cosas, como su gente y muchas veces la comida, pero en este momento creo que me merezco cinco minutos de paz, cinco minutos para contemplar lo que tengo delante de mí, como si no hubiera nada pendiente, si no tuviera algo mejor en que entretener la cabeza.
—Hermoso ¿No? — La voz de Tamir me hace salir de mi ensoñación. Se acerca a mí lado y se recarga sobre el barandal, esta tan absorto como yo viendo la hermosa vista. —En el infierno no hay nada así y en el cielo menos, solo la tierra tiene ese encanto, solo los humanos pueden disfrutar de las maravillas que la naturaleza les ofrece y que sus propias manos han creado, no valoran su tiempo aquí, no disfrutan nada de lo que tienen, lo ven tan cotidiano, tan normal, que cuando llegamos al cielo o al infierno la tierra se vuelve un paraíso, un territorio deseado no solo por las almas que viven aquí, si no por su belleza.
—Por eso tantas guerras entre el cielo y el infierno. ¿No han intentado mejorar el infierno? Volverlo más lindo, más habitable.
—Todo lo que cultivas se pudre o se congela, el clima es extremo y los días son muy oscuros, lo cual no es tan malo una vez que te acostumbras, pero no se compara con esto— levanta su mano señalándome la ciudad iluminada a nuestros pies. —En el caso de los ángeles, tienen el mismo problema, los excesos son malos, son molestos, tanto para el éxito como el fracaso, allá arriba todo florece solo con verlo, todo es blanco, todo está lleno de vida, al principio está bien, pero después de un rato se vuelve molesto, ahora vive toda la eternidad ahí y te volverás loco, por eso es que también buscan la guerra con nosotros, creo que es una forma en la que ambas partes encuentran el fin a la monotonía y si llegas a morir puedes tener la oportunidad de regresar a la tierra como humano.
—Vaya forma de entretenerse— Suspiro y me recargo en el barandal, veo las estrellas, su brillo está opacado por las luces de la ciudad. —Pelearse por la tierra y por los humanos.
—La tierra es nuestra manzana de la discordia— volteo hacia él y me guiña un ojo de manera pícara. —Así como tú lo eres para Tony y para mí, no me sorprendería que en un par de días terminemos golpeándonos, si no es que antes.
—¿Perdón? — Volteo completamente hacia él, me siento confundida, sé de su interés en mí, pero claramente Tony no piensa igual. Mi ignorancia parece darle mucha gracia a Tamir, se yergue y me ve fijamente.
—Cariño, claramente Tony no está aquí solamente porque quiere ser tu guardián, ¡vamos! ¿Me dirás que no ves cómo te mira?
—Creo que estás muy equivocado, las cosas no son así, Tony sigue prendado de su anterior pareja, eso hasta tu hermana lo sabe— decido regresar al interior de la habitación dando a entender que el tema está cerrado, pero Tamir parece no haber entendido.
—Jajajajajaja mi hermana, siempre tan romántica. Las cosas no son así cariño, él está interesado en ti, se le ve en la mirada, claramente le atraes, conozco a los de mi especie, no sé si está tan interesado en ti como yo, pero lo está— intento parecer molesta a su comentario, pero sinceramente las mariposas empiezan a revolotear en mi estómago sin control y tengo ganas de sonreír, sin embargo me contengo.
—Ves cosas donde no, además no es como que esté interesada en este momento en tener una relación sentimental, mi último novio me apuñalo como diez veces, aun no lo supero del todo— le guiño un ojo ante su mirada de sorpresa, supongo que eso no lo veía venir.
—A eso le llamo una relación tóxica— se cruza de brazos y se sienta en el colchón recapitulando mis palabras. —Yo jamás te haría algo así— lo veo con ternura y escepticismo.
—Claro que no, tú lo único que deseas es llevarme a la cama, lo cual también se me hace de mal gusto, tu orgullo como incubo por no decir “hombre” te hacen aferrarte más a las mujeres que te dicen “No” ¿cierto?
—¡Vaya! No sabía que eras psicóloga de demonios— su sarcasmo es molesto, pongo los ojos en blanco y me siento en el asiento del tocador, frente a él.
—¡Vamos! ¿Cuántas te han dicho que no? De seguro ninguna y ahora que yo te lo digo, mírate, aquí estas.
—¡Claro que me han dicho que no! No eres única ¿sabes? Hay más mujeres con fuerza de voluntad aparte de ti cariño.
—Deja de decirme “cariño”…
—Mira CARIÑO la cosa contigo es que hay algo en ti que me atrae, no sé, no me preguntes, simplemente me gustas, me agradas y verte pelear fue sorprendente, creo que jamás había visto una mujer tan aguerrida, que no se deja dominar ni vencer. Y Tengo muy bien entendido que por lo menos tu si le tienes interés a Tony, si no, esa noche que intenté tenerte me hubieras golpeado, me hubieras alejado, ¡vamos! Por mucha fuerza que yo tenga tú no estás manca y tienes magia corriendo por tus venas, dentro de ti querías que pasara, yo sé de esas cosas, ¿se te olvida que soy un incubo?
Editado: 04.10.2020