Capítulo 3.

Jacinda despierta desorientada, junto a ella se encuentra Cassian con un poco de jugo y una pastilla.

ꟷToma, no sé si te dará dolor de cabeza, pero vamos a prevenirlo. Tomate también todo el jugo.

Ella no negó solo hizo lo que le pidieron, al parecer Cassian tenía razón el dolor de cabeza apareció poco después afortunadamente después de un tiempo desapareció, pero ella seguía cansada.

Cassian se dedicó el resto de la mañana a recoger los regalos que dejaban en la entrada de la casa, como era tradición en el clan las parejas recién vinculadas disfrutaban de una a dos semanas de aislamiento; una especie de luna miel; desde pequeños habían sido enseñados con la importancia que tenía procrear, debido a la preservación del clan. Así que se les daba su espacio y tiempo para acoplarse a su nueva vida.

Regresando a dentro Cassian, Jacinda se encontraba en su habitación al parecer durmiendo, él solo se sentó en el sofá a mirar un poco de tv, esta iba a ser una semana larga.

***

Tamara en sus “clases” con Nidia, se encontraba aprendiendo a manejar la niebla que protege al clan. Pero sus pensamientos están en Jacinda... con Cassian, estaba cansada, ella había tenido sentimientos por Cassian desde la pubertad, pero cuando fue evidente que no se transformaría, fue degradada y despreciada, simplemente paso a ser la hermana de la única respira-fuego del clan; ella no odia a su hermana, solo anhela lo que ella tiene, la única cosa que ella quería y no podía obtener, ahora era un draki importante dentro de la comunidad, una parte esencial d esta, se encontraba entrenando co una de las draki más antigua y aun así... ella no tenía a Cassian.

Ella nunca odiaría a su hermana, finalmente nadie tenía la culpa de los genes que había heredado, pero se sentía decepcionada, cansada de toda esta situación.

 —Vamos Tam, concéntrate.

Dijo Nidia, ella se concentró más canalizando todas sus emociones esparciendo la niebla por el territorio del clan.

—Muy bien hecho. No dejes que tus emociones y sentimientos nublen tu juicio, ya verás que ya llegara alguien para ti.

Tamara no dijo nada, Nidia entro a la casa, ella se quedó un poco más afuera. Si tal vez alguien más estaba destinado a ella, pero de momento todo esto... dolía.

***

El resto del día Jacinda se sintió enjaulada, quería ir a ver a su hermana hacer las cosas bien con ella, pero no podía, la “luna de miel” impuesta por el clan, impedía que saliera de la casa y Cassian no había presionado el tema, le daría tiempo para hacer lo “correcto”, pero tiempo no era lo que Jacinda quería. Encerrada en su habitación no podía hacer mucho, se la pasaba pensando en la palmera, la nota de su madre; pensar en eso le afligía, pero también era lo único que la mantenía entretenida en otra cosa, hasta que llegó el momento de la comida que tenía que ayudar a Cassian.

Tocan la puerta de la habitación de Jacinda, ella se despabila y va abrir, era Cassian, ¿Quién más podría ser?

—Ya está lista la cena.

Jacinda impresionada salió de su habitación, no esperaba que Cassian cocinara, camino hasta la cocina y se dejó caer en una de las sillas, se sentía miserable se supone que ahora está iba a ser su vida, su mente divagaba mientras picaba su comida, Cassian solo la observaba.

—¿Quieres salir?

Jacinda vuelve a impresionarse, por segunda vez en el día Cassian hace algo que se supone que no debería hacer o que no haría en un día normal.

—¿Salir? ¿Cómo? ¿Ya se acabó nuestro confinamiento?

—No, pero podríamos salir, cuando nadie más este mirando.

—¿Cómo piensas hacer eso? Prácticamente estamos vigilados todo el tiempo, digo olvidaste que nos traen regalos para nuestra hermosa luna de miel.

Cassian le dio una sonrisa de medio lado mientras Jacinda se sentía enojada y desilusionada, era nuevo para ellos esta conexión. Cassian sentía que Jacinda podía ver a través de su armadura, ahora no solo veía a través de el sino que también sentía, ella era la única en todo el clan que podría entender lo que sentía.

—Tengo mis métodos, confía en mi ahora que estamos…

—No te atrevas a mencionarlo. —Le interrumpió Jacinda.

Se hizo un silencio incomodo, Cassian suspira, Jacinda se concentra en su comida, no sabía mal pero no es tampoco como si le interesara; pero necesitaba un respiro, un soplo de aire fresco.

—Está bien, sí, quiero salir un rato.

Cassian, se esforzó mucho para controlar sus emociones, pero aun así Jacinda percibió su felicidad, no sabía si enfurecerse o sentirse igual que él.

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En frente de la casa esta Corbin, el primo de Cassian, quien miro hacia la puerta en frente de la casa de Jacinda; ahora que estaba emparejada con su primo se supone que esta fuera de su alcance pero no lo creía, no iba aceptarlo tan fácilmente, Cassian era el niño bonito, el príncipe, quien heredaría el cargo de su padre como jefe del clan; pero para Corbin solo era un cobarde, débil incapaz de hacer lo necesario por el clan, él estaba al tanto de algunos secretos de Cassian y sabía que en cualquier momento iba a arruinarlo todo e iba a estar ahí, aprovecharía el momento para arrebatarle  todo, se daría cuenta el clan entero de quien era Corbin.

—Corbin, ya vamos a cenar.

Le dice su madre, Jabel, viendo que no le hacía mucho caso.

—Vamos Corbin pon la mesa inmediatamente no te voy a estar esperando.

Corbin miro sobre su hombro a su mamá. Había cosas que no entendía de su madre, ciertamente no le interesaba entenderla, su interés estaba justo en frente de su casa, de momento lo dejaría estar, pero pronto, pronto haría que todos lo notarán.

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A media noche Cassian y Jacinda se encontraban listos para salir, él le había dicho a ella que usaran ropa negra para camuflarse en la noche, aun permanecía el toque de queda en el clan así que tenían oportunidad de no ser vistos, solo debían tener cuidado de ser vistos por la guardia; y mas que nada no debían ser vistos por Corbin.