─ Jacob, ¿realmente es necesario que enredes mi cabello?─preguntó Arya molesta mientras lo desenredaba y acomodaba otra vez, el joven por su parte soltó una pequeña carcajada y decidió esta vez solo acariciar la melena de su amiga.
─ ¿Te he dicho que me encanta? ¿Qué diablos haces para qué esté tan suave?
─ Magia negra─respondió con sarcasmo, se recostó sobre el pecho de Turner y dejó que siguiera jugando con su cabello. Estaba exhausta y mentiría si dijera que no se sentía a gusto allí. Jacob había sido la única persona que su madre había aceptado, y de hecho no estaba nada equivocada cuando dijo que era perfecto, como ella. Aunque él escondía mejor sus sentimientos, y demostraba lo contrario a lo que pensaba, eran muy parecidos. Claro que Turner era más agradable y sociable.
─ ¿Qué hay de esa chica? Hoffman, ¿cierto?─interrogó él, mientras tomaba su vaso de la mesa junto al sofá donde estaban recostados, luego de darle un par de sorbos y llegar a la conclusión que la limonada era horrenda a aquella temperatura, devolvió el recipiente a su lugar inicial y observó como Arya poco a poco se volvía a acomodar en su pecho esta vez para dormir. Jacob no tenía ánimos de siesta, así que toco dos veces su hombro con su dedo índice y volvió a repetir su pregunta.
─ ¿Qué hay con ella? ─respondió algo irritada, mientras apartaba la mano del chico lejos de su hombro.
─ Nada, quiero decir, es linda─confesó en tono nervioso, Arya se frotó los ojos y sonrió levemente mientras se sentaba sobre las piernas de Jacob y con una mirada pícara lo acusaba.
─ No es tú tipo, Jacob ─dijo luego de meditarlo unos segundos, dejó de sonreír y comenzó a peinar su cabello rojizo con sus delgados dedos.
─ ¿Y tú sabes cuál es mi tipo?
─ Pues, sí, lo sé─afirmó, se acomodó en frente de él para acortar la distancia─ Te gustan bobas.
─ ¿Lo dices por Liz?─preguntó con indignación─ ¡Ella no era ninguna boba!
─ Sí que lo era─reafirmó Arya más que convencida, comenzó a acercarse al rostro de su amigo, entonces las mejillas de Turner se tornaron de un color rosado que solo veía luego de las clases de tennis que tenía entre semana, ni él sabía muy bien el por qué. Percibía una extraña mezcla de vergüenza y temor ante el corto trecho que separaban sus rostros, tragó saliva e intentó actuar muy confundido por aquella acusación e ignorar el resto─ Si salió contigo no debió ser muy inteligente─manifestó entre carcajadas, Jacob frunció el ceño, hizo un par de muecas raras para contener la risa y empujó a Morton para alejarla de él.
─ Hoy estás graciosita, ¿eh? ─la acusó con falso enojo, intentó acomodarse en el sofá y cubrir sus pómulos con sus prendas. O al menos intentar recuperar la compostura y disfrazar su rostro, hubiese jurado que estaba como un tomate. Desconocía aquel sentimiento y no le había agradado para nada.
─ No es mi culpa que la realidad sea graciosa─habló al cabo de unos segundos, la pelirroja estaba realmente muy divertida con su pequeña broma, y ver a Turner tan incómodo solo le había dado más gracia.
─Y si yo saliera contigo, ¿eso te convertiría en una boba o a mí en un ser muy inteligente y apuesto? ─respondió con una sonrisa juguetona en su rostro, Arya quedó en silencio de repente y solo lo observó con sorpresa, Jacob no solía insinuarle nada, ella de hecho era quien le gustaba encimarse sobre él todo el tiempo. Intentó ocultar su asombro y tomó todo con paciencia, tomó una de las ligas que tenía en su muñeca y enlazó su cabello en una coleta. Contempló lo que había causado en el ambiente con su indiferencia a la pregunta del castaño. Notó como todo había cambiado en comparación al inicio.
Jacob y ella ahora estaban en cada punta del sofá, lo más alejados posible el uno del otro. El silencio decía más de lo que querían oír y se sintieron prisioneros de la vergüenza por la cual habían pasado en pocos minutos de conversación. Ninguno estaba realmente seguro de lo que debía contestar y prefirieron sólo mirar al frente, esperando a que el otro reaccione o termine con la tensión.
─ Arya, ¿crees que Blair es linda? ─habló él al fin, examinó a Morton de arriba a abajo desde donde se encontraba, y decidió que no era una buena idea acercarse por el momento. No hasta que al menos lograran comprender en lo que se habían metido.
─ Sí, lo es ─manifestó, el castaño no estaba seguro si de hecho había analizado la frase, Arya jamás contestaba tan velozmente sus ingenuas preguntas, le gustaba meditarlas más de lo normal.
─ ¿Crees que quiera salir conmigo? ─le consultó a su mejor amiga, ella dirigió su mirada hacia él y le dedicó una pequeña sonrisa de consuelo.
─Tal vez ─musitó, se levantó de su lugar hasta acercarse de nuevo a él y retomar la posición original, la cual hubiese deseado no haber perdido, recostó su cabeza sobre su pecho, y Turner la abrazó con su brazo libre, para seguir acariciando su cabello con su otra mano.