Parte Cuatro: Aspecto del Conocimiento [Siete Sellos Místicos]

Necesitábamos que este sujeto, el receptáculo del aspecto del conocimiento, nos ayudara y por ese motivo debía actuar de la forma más respetuosa y gentil posible. Después de que el dijera su nombre, Corintios, me acerque para estrellarle la mano –Es un placer en conocerlo, ya debe saber mi nombre pero me presentare igual. Soy Aleister Ashford –al ser la entidad cósmica que almacena y administra todo el conocimiento del universo imaginaba que lo sabría todo, nuestros nombres, pasado, gustos… incluyendo nuestra situación y motivo de visita.

A pesar de ostentar el título que tenía el parecía muy confundido ante nuestra presencia –Si lograron reunir el Thelema necesario para llegar a este lugar me imagino que no deben ser cualquier cosa ¿Qué los trae de visita al Santuario de la Sapientiae? –pregunto al mismo tiempo que caminaba por el pasillo formado de libreros y todos nosotros lo seguimos por detrás.

<Aun sabiendo todo el conocimiento del universo parece que quieren ponernos a prueba con esa pregunta> pensé caminando a espaldas de este sujeto con ropa de monje y cabello negro con mechones teñidos de rubio que cubrían uno de sus ojos. Lo primero que hice fue codear a Anna en su brazo –Ustedes también preséntense –exigí susurrándole a los otros tres.

-Oh lo siento, es un placer. Mi nombre es Anna.

A cada lado del receptáculo del aspecto del conocimiento flotaba uno de los aspectos –Yo soy Astrea –se presentó la niña de cabello arcoíris a su derecha.

-Y yo soy Ari –agrego el niño de ojos estrellados a su izquierda.

La persona delante de nosotros cargaba uno cinco libros con ambos brazos –Son todos muy bonitos nombres –dijo con una tranquilidad impresionante, debía ser muy difícil para alguien como el mantener en equilibro dentro de su cabeza todo el conocimiento del universo. Aunque en parte eso debe deberse a la ayuda de su aspecto.

Podía ver como parecía resultarle un poco difícil cargar con tantos libros asi que me adelante unos pasos para estar a su lado –Disculpa, si quieres puedo ayudarte a cargar eso –me ofrecí gentilmente –Y también necesitábamos pedirte un gran favor, no sé si podías o tendrías tiempo de ayudarnos con eso.

Con su relajada voz el hablo –No te preocupes joven Ashford, puedo encargarme de llevar estos libros. Todos los seres que adquieren la cualidad de llegar a este lugar son empujados por un motivo fuerte ¿Una perdida insuperable? ¿Una catástrofe inevitable? ¿Una ambición de locura? –el giro su cabeza y solo logre ver su ojo izquierdo ya que el derecho era tapado por un parche blanco–Me gustaría saber que los ha guiado a ustedes a este lugar viajeros, a primera viste no parecen ser agresivos y eso es una buena señal.

-Como esperaba de usted, un total erudito –elogie al receptáculo del conocimiento solo para ganar más posibilidades de obtener su ayuda –Vera, señor receptáculo del conocimiento, lo que sucede es que…

Repentinamente el sujeto con ropas similar a la de un monje se detuvo abruptamente para mirarme con su ojo izquierdo -¿Qué dijiste? Oh creo que te equivocas joven viajero Ashford, yo no soy el receptáculo del conocimiento. Solo soy su discípulo.

Sin poder evitarlo fruncí mi ceño muy molesto -Pero si te pregunte cuando te vi –exigí algo molesto.

-Y yo conteste con mi nombre, nunca afirme tu respuesta.

-Tijiri –intento contener Anna su burla ante mí por todo el esfuerzo inútil de hace un momento.

Muy molesto y sin percatarme de que levante el tono de mi voz volví a hablar -¡¿Entonces quién es el receptáculo del conocimiento?!

Sin previo aviso los cinco libros que cargaba Corintios se desprendieron de sus brazos para flotar por el aire en una fila, siguiéndolos con mi vista me percaté de que estos fueron a parar en una plataforma circular delante de nosotros similar a un pilar. Allí se encontraba un remolino de libros volando a gran velocidad con una persona en su centro

Parado encima del pilar y en el centro del huracán de libros, a los cuales se unieron los otros cinco, estaba parada una persona de cabello castaño que llegaba a cubrir sus orejas y vestía una remera negra con un guardapolvo rojo donde tenía atado un cinturón de cuero con varias pociones de distintos colores –Un placer Aleister, mi nombre es Dante –hablo esa persona dándose vuelta y revelando sus ojos marrones con negro –Veo que conocieron a mi discípulo, yo si soy el receptáculo de Caín, el aspecto del conocimiento.

<Entonces asi se ve un receptáculo que no es de la tierra, ah no me esperaba que también fuera humano>

El pilar donde él se encontraba empezó a descender hasta dejarlo en el suelo a la misma altura que nosotros, pero al acercarse abrió sus ojos en grande y en un segundo paso de estar de pie a arrodillado en el suelo -¡Arrodíllate ahora mismo Corintios! Muestra respeto por favor- ordeno el a lo que su aprendiz obedeció sin dudarlo un segundo.

La última vez que alguien, Raguel, reacciono de esa forma se debía a…Anna y yo giramos la cabeza para observar al niño de ojos estrellados y cabello negro flotando a mi lado –Mi Supremo y Sagrado Ángel Guardián Ailwas, díganos ¿A que debemos su resplandeciente presencia? – aquella persona se puso muy nerviosa y comenzó a sudar bastante - Ehm si disculpe que no lo notara antes es que estaba estem ehh, ah sí, analizando cual sería la siguiente civilización planetaria a la cual debería darle conocimiento.

Ingenuamente el niño que es líder de los aspectos, los seres cósmicos más poderosos del multiverso, observaba con asombro la inmensidad casi infinita de la biblioteca; similar a un niño impresionado por un caramelo –Me encante como mantienes este lugar Dante –el hizo un silencio que por alguna razón fue pesado e incómodo, en especial para el receptáculo del conocimiento –Si no me equivoco este lugar almacena todo el conocimiento del universo, ya sea original o una copia, aun asi….siento que falta un libro. El grimorio draconico ¿Albanum Maleficarum es su nombre si no me equivoco? Espero que no lo hayas perdido, esa es la llave que mantiene el sello de mi hermano.