[Documento c1P M30s – Reformatorio]

Miércoles 30 de septiembre – Distrito Nueve –Sector Norte.

Era pleno día y las calles de la ciudad se encontraban completamente en silencio, de hecho, para ser una gran metrópolis ni siquiera podían verse personas en las calles. Todo estaba totalmente desértico en el sector norte del distrito.

Pero esto tenía su explicación, el día de ayer un feroz choque se produjo entre dos grupos de las profundidades de la ciudad. Uno de ellos se las arregló para burlar las defensas del Reformatorio para Usuarios de Habilidades Estrella e ingresar, para hacer esto, esa persona debía ser alrededor de capacidad 2 y tenía que estar acompañada de un buen y entrenado grupo.; sumado a eso, otro grupo fue enviado a detenerlos y no completaron del todo bien su trabajo.

Como resultado una gran cantidad de convictos del reformatorio aprovecharon el conflicto para escapar, todos estos tipos dementes con desarrollados y peligrosos poderes estaban sueltos ahora mismo y los altos mandos de la ciudad decidieron cerrar este sector del distrito para evitar que se escaparan a otros distritos. Además, nos enviaron a mí y al chico crepúsculo a controlar la situación.

Ambos pertenecíamos al ranking de capacidades uno y eso significaba que sin duda la ciudad quería contener este conflicto de manera inmediata, mi compañero ostentaba el séptimo puesto en el ranking, mientras que yo el sexto. Él es Isaac, el psionico más poderosos de todos y uno de los tres líderes de una organización conocida como “El Culto a la Ciencia”; y yo soy Iván Romanov también conocido simplemente como AMC, el acrónimo del nombre de mi habilidad estrella artificial.

Me encontraba sentado sobre el techo de un auto y vestía el uniforme de mi escuela: una camisa blanca, una corbata negra de rayas blancas, un chaleco amarillo abotonado y una campera y pantalones negros junto a unos zapatos. Así es, me habían sacado en medio de mis clases para traerme a este lugar, aunque no tenía ningún problema con eso.

En medio de la calle se encontraba parado otro chico más alto que yo y vestía una túnica blanca con un par de getas (chancletas de madera) en los pies - ¿Encontraste algo? – me pregunto al mismo tiempo que giraba su cabeza para todos lados en búsqueda de alguno de los convictos.

Me parecía cuanto menos peculiar que hiciera ese gesto con su cabeza ya que él es ciego, una venda de tela cubre sus ojos y rodea su cabeza. Aunque para alguien que no lo supiera su habilidad estrella le permitía “ver” aunque no de la forma convencional.

-Dame un momento –conteste para ponerme a trabajar. Alrededor de mi cabeza se encontraba un anillo metálico y después que presione un botón varios cables aparecieron como por arte de magia, estos estaban conectados al activador de mi cabeza y caían hasta el suelo donde lo atravesaban como si fueran intangibles.

La Ciudad Auroa era la mayor metrópolis científica y tecnológica de todo el mundo, su desarrollo y avances en tecnología eran tal que les permitía a sus habitantes desarrollar poderes sobrenaturales conocidos como habilidades estrella. Aun así, existe un muy pequeño porcentaje de personas que después de pasar por la Iniciativa Estrella Fugaz para obtener poderes no lograban conseguirlos, este era mi caso, y es por esto que participaba de un experimento llamado “Suplementación” cuyo objetivo era justamente darles poderes a aquellos que no los tenían. Así logre desarrollar mi control mental clasificado como de capacidad uno.

Concentré mi mente y realicé los cálculos necesarios para acceder a la Linea Majino, una hipotética línea imaginaria que servía para explicar cómo funcionan los poderes psicológicos. Utilizándola comencé a buscar rastros de pensamientos de algunos convictos, podía sentir las mentes de personas encerradas en sus casas: algunas preocupadas por lo sucedido mientras que otras no tanto. Pero en eso logre sentir un pensamiento distinto, una mente perturbada que solo repetía una cosa <Escapar, debo escapar y alejarme lo más posible de ese lugar de pesadilla. No regresare a ese reformatorio> continúe concentrándome para obtener las ubicaciones exactas de esa persona y una vez que lo hice abrí mis ojos.

-Se encuentra a 500 metros al sur de nosotros, en el callejón a la derecha –le informe a mi compañero.

-Excelente –contesto él y acto seguido utilizando su habilidad estrella desapareció por un instante.

Dejé salir un suspiro –Con uno menos todavía nos faltan alrededor de 31 personas más –hasta que Isaac volviera decidí continuar con mi búsqueda así que volví a concentrarme. Podía sentir cientos de pensamientos en todas direcciones, pero debía concentrarme en aquellos que fueran sospechosos, que estuvieran agitados y ansiosos, preocupados y asustados de regresar a sus celdas.

Repentinamente logre encontrar una mente, esta tenía varias de las emociones que buscaba, pero no encajaba con la preocupación de no querer regresar al reformatorio. De todas formas, abrí mis ojos para ponerme de pie y de un pequeño salto mis pies pisaron el asfalto de la vereda –No estoy seguro si se trata de un convicto o no, pero iré a investigar. Si en verdad se trata de uno será otro menos para tachar de la lista.

Sin perder tiempo comencé a caminar por la vereda de las abandonadas calles, yo aceptaba que mis cualidades físicas rozaban lo negativo, no tenía para nada una buena condición física. Aunque esa falta de fuerza bruta era compensada con un poder mental absoluto, todos los seres humanos eran menos que marionetas para mí, yo podía leerlos, modificarlos y controlarlos a mis caprichos por lo que no tenía nada de qué preocuparme.

Después de caminar unas pocas cuadras fue que lo encontré, delante de mí se encontraba un tipo que parecía estar buscando desesperadamente algo, esa persona estaba caminando en frente de un laboratorio el cual observaba preocupado, ansioso y con recelo.