[Parte Extra]

Distrito Nueve – viernes 23 de octubre – 10:23 Am.

Una vez que la luz solar comenzó a entrar por las mamparas del balcón no tuve más opción que despertarme. En el pequeño patio ubicado en el cuarto piso del edificio podían escucharse el canto de algunas aves que se estacionaron ahí, pero rápidamente estas fueron silenciadas por la ciudad que se había despertado mucho antes que yo; el sonido de las personas, de la tecnología, de los autos en las calles. Toda la ciudad ya estaba en pleno funcionamiento desde mucho antes que me levantara, de hecho ¿En algún momento había cesado sus actividades? Yo no creía eso.

Después de abrir mis ojos me senté en el sillón que había utilizado como cama provisional y me rasque un ojo para despertarme –Se supone que esto es un sillón, no puede haber sido tan cómodo dormir ahí –me cuestionaba la diferencia entre una cama y este sofá –Estamos a fines de Octubre por lo que la primavera está en su máximo esplendor –con una de mis manos agarre la sabana que utilice para taparme mientras dormía –No suelo dormir arropado, pero esta sabana en serio fue muy cómoda.

En ese instante una voz me sobresalto repentinamente –Veo que ya despertaste –comento un joven chico entrando a la sala de estar desde un pasillo –Imagínate lo que hubiera sido si hubieras aceptado dormir en la cama de la habitación –comento acercándose a mí, vistiendo simplemente un bóxer con rayas.

-Ya es suficiente con que me dejaran quedarme por un tiempo aquí, no podía aprovecharme de su amabilidad –respondí haciendo la manta a un lado para despojarme de su comodidad y ponerme de pie.

Al escucharme decir eso la expresión del joven de cabello negro y ojos heterocromáticos cambio drásticamente, su sonrisa de recién despierto se volvió en una cara seria –Pero si tu vivías aquí. Esta también es tu casa y todavía están todas tus cosas –explico él de nuevo.

Esta no era la primera vez que me encontraba con el chico que tenía delante, de hecho, me lo tope en muchas otras ocasiones en el pasado. Normalmente sucedía cuando salía a cumplir algún trabajo por encargo junto a los demás miembros del grupo Gemstone, él acompañado de otro tipo más se me aparecían para decirme que me detuviera y me fuera con ellos, aunque en ninguna de esas ocasiones acepte.

Me parecía muy extraño que ellos hicieran esto en un principio por lo que, creo que fue en la tercera vez que me los cruce, les pregunte cual era el motivo por lo que me buscaban. Por sus trajes era obvio que ambos pertenecían a la Fundación Seguridad y Protección encargada de mantener el orden y la ley en la ciudad, me contaron que yo antes era muy cercano a ellos y un miembro de esa organización; aunque en una operación ocurrió un incidente en el cual termine perdiendo la memoria.

En parte eso tenía mucho sentido porque mi recuerdo más lejano era el de despertarme después de haber sido salvado de la muerte por el grupo de tres chicas que después se volverían mis amigas. Aun así, mi yo del pasado murió cuando perdí la memoria y el nuevo yo de ahora había formado un lazo con estas chicas que salvaron mi vida, no iba a dejarlas por un par de desconocidos que me hablaban de un pasado ya olvidado.

Disfrutaba mucho realizar los encargos junto a mi grupo en las profundidades de la ciudad hasta que llego esa trágica noche, hace dos semanas la líder de mi grupo recibió un encargo demasiado jugoso y tentador que ningún miembro del grupo pudo resistir. Teníamos que robarle un maletín a un capacidad uno para volvernos las personas más millonarias y famosas del mundo, planeamos todo con antelación y tomamos muchas precauciones, aunque su título como el segundo capacidad uno de la ciudad no era por nada y dos de mis compañeras…dos de mis amigas murieron esa noche.

Arrastrándome casi moribundo logre salvar a una con el precio de ser yo quien muera, pero fue ahí cuando este chico junto a su compañero intervino y ambos fuimos salvados, aunque ella termino en el reformatorio. Totalmente solo, destruido emocionalmente y sin nada, ellos dos me ofrecieron instalarme en su departamento hasta que pudiera retomar las riendas de mi vida; en un principio me negué, aunque después de vagar por las calles unos días termine por aceptar.

Acabando con el recuerdo de todo lo sucedido quise ignorar las palabras de ese chico de cabello negro por lo que separe mi mirada de él, en su lugar termine viendo un mueble de madera en el cual reposaban varias fotos. Al fin y al cabo, ellos decían la verdad, había varias fotos: En una esos dos compañeros se daban la mano con unos criminales arrestados de fondo, había una foto individual de ellos dos, seguida de otra donde aparecía yo abrazado junto a aquel chico y al lado de su compañero, parecía estar recibiendo un diploma o algo así, y en la última foto estaba otra vez yo, pero un anillo reposaba al lado del marco, mismo anillo que note que este otro chico siempre tenía puesto en uno de su dedo índice.

Permanecí firme –Ya te lo dije, ese fue un antiguo yo. El yo de ahora no recuerda nada de eso –comente observando la palma de mi mano, como si buscara en ella respuestas que no encontraría. Estaba comenzando a incomodarme y no quería tener esta charla otra vez, pero para mi sorpresa en vez de seguir ese chico con una cicatriz horizontal que atravesaba su nariz se dirigió hasta la cocine y escuche como prendía una pava eléctrica.

Me incomodaba mucho verlo pasearse solamente en ropa interior, pero esta era su casa y no podía quejarme después de que me dejaran quedarme, además de que en algunas ocasiones me quedaba perplejo observándolo fijamente y sin pensar en nada.

-¿Qué te gustaría desayunar? –quiso saber él cambiando abruptamente de tema.

Cuando todavía permanecía como parte del grupo Gemstone normalmente era yo el encargado de cumplir y satisfacer todas las necesidades de mis compañeras, por lo tanto, que alguien quisiera servirme se me hacía muy incómodo. Aun después de pasar poco más de 7 días en este lugar todavía no lo podía superar, por lo que rápidamente fui a la cocina también para preparar mi propio desayuno.