Ahora lo importante es sobrevivir, y evitar ser muertos nuevamente. …¿Aunque, quién nos asegura que no lo estamos?
Estaba un tanto calmado, no obstante, aún teníamos un problema principal, y era salir del recinto de la escuela. Los gritos de desesperación se oían desde las afueras.
¡Mei!, estaba buscando otra salida de aquel, cuarto que era muy amplio, y un sonido se hoyó en un lugar oscuro. Ella se colocó frente a una diminuta figura que estaba de cuclillas, llorando sin hacer un mínimo ruido. No nos habíamos percatado de ello. Fue como si se hubiera escondido perfectamente que podría pasar desapercibida.
Era una niña de un grado inferior. –
Apenas podía moverse, y la ayudamos a incorporarse. Me acerqué tomando un fierro que estaba allí en un armario. Me adelanté por seguridad, y detrás de mí, Mei. Un ruido de un metal se sintió alrededor. Ante los sucesos no prestamos atención, aunque la reacción por otra persona se podía producir. La sangre continuaba traspasando los límites de aquel sitio. Y una emanación negativa produjo un hedor. La niña se dibujó como una figura grotesca, que podíamos ver desde la sombra que se reflejaba en un foco de luz nimio. La puerta continuaba haciendo ruidos estrambóticos y recibiendo los fluidos. La figura se agrandó. Mei me empujó de repente.
cuanto se corría su velo en el ojo. Fui hacia la niña, y la patee con fuerza para quitarla de aquel lugar. Ella volvió al ataque, y estoqueaba con un arma, intentando apuntar a mi estómago. Era una fiera salvaje, y repleta de odio. Un empujón, me llevó contra una estantería, quedando indefenso. Al no poder responder, estaba en aprietos. Y con un último ataque fallido, ella se desplomó en el suelo. Mei la golpeaba con una botella, partiéndola en su cabeza. La chica se desvaneció totalmente, y la puerta desistió de hacer ruidos.
Asentí, y abrí con cuidado. Algunos estaban luchando, otros yacían agonizando, recibiendo los últimos golpeas de gracia de muerte.
Ella comenzó a perseguirnos. Logrando llegando a la puerta con mi compañera, tropecé con unos de los cuerpos. Al caer, algunos respiraban, o intentaban hacerlo. Mei se colocó frente de mí para protegerme.
Ladee la cabeza, y la desesperación me consumió. Clarice se arremetió contra Mei que no podía reaccionar, e intentó picar en el orificio del ojo de Mei.
¡¡¡Meiii!!! – Volví a gritar. Su aura se contaminaba y su rostro disfrutaba de ello. Clarice fue apagando su vida con algunas risas, y ella se detuvo, y miró
sus manos marcadas y el cuello de Clarice – ¡¡¡Huyamos Mei!!! ¡¡¡Por favor!!! – Le tendí la mano y ella no reaccionaba. Ahora me tocaba a mí ayudarla –
¡¡Vamos!! – Dije, y ella asintió. Al incorporarse, una mano tomaba su pie. Era Clarice. –
#7162 en Otros
#1250 en Acción
#532 en Terror
terror sobrenatural, aventura leyendas y misterios ., misterio asesniatos desapariciones
Editado: 27.09.2023