Doce
No había ni un solo rastro de la pelota.
Esta desapareció al igual que las manchas de mi uniforme, sin embargo aún había sangre cubriendo las paredes y la puerta principal.
No lo comprendí.
Tenía que golpear esa pelota, o de lo contrario no pasaría la prueba, pero esta había desaparecido…
—¡Ahí está! —...y las cosas no continuaron de mal a peor.
La puerta de la habitación se abrió dando paso a dos personas que con solo verlas me hicieron sentir como si hubiese visto a un fantasma.
Una de ellas era La Sujeto Catorce y el otro…
—¡Sigue vivo! —...era él Sujeto Trece.
¿Acaso era una broma?
¡Por supuesto que no!
¡Yo lo ví morir!
¡Su cabeza había estallado!
Mi mente tenía grabado el momento en que lo ví morir.
No podía ser cierto.
Ambos ingresaron en la habitación. El Sujeto Trece portaba un arma, y permaneció en la entrada vigilando, mientras que La Sujeto Catorce se dirigió a mi.
—¡Doce! —todo esto era demasiado para mi —no puedo creer que estés bien —. Me abrazo, beso mis mejillas y luego volvió a envolverme entre sus brazos—. Sabía que estarías bien.
—¿Qué? —pero no lo comprendía.
Ví al Sujeto Trece morir y ahora estaba vigilando la entrada mientras que La Sujeto Catorce me veía con demasiada preocupación.
—¡Oye Serenity!
—¿Eh? —y todo se puso más extraño.
¿Acaso el Sujeto Trece se atrevió a llamar La Sujeto Catorce por un nombre?
Eso no podía ser verdad.
¡Los nombres estaban prohibidos!
—No tienes que recordármelo, Cole —y ella tampoco parecía preocupada.
¿Qué estaba pasando?
¿Cole?
¿Serenity?
¿Qué era eso?
¿Acaso La Sujeto Catorce estaba violando la regla más crucial de La Zona?
¡No!
¡Ella era leal a la Zona!, ¡Al igual que yo!
Siempre me dijo que moriría antes de fallarle a La Zona.
—¿Doce? —La Sujeto Catorce volvió a dirigirme la mirada— sabía que no te iban a matar.
—¿Matar?
—No te preocupes. Lo importante es que estás bien —entonces me sujetó con más fuerza— tenemos que irnos.
—¿Irnos?
—Sí —continuó el Sujeto Trece— antes de que ellos vuelvan.
—¿Quiénes? —Entonces la puerta se abrió…
—Ellos —…dando paso a diez guardias—. ¡Maldita sea!
Todos iban armados y nos tenían en la mira.
—¡Cole! —y la Sujeto Catorce estaba asustada.
—¡Serenity! —pero el sujeto Trece se veía confiado.
—¿Qué hacemos?
—Tú sabes que hacer.
—¡Qué!
—¡En verdad lo siento! —todo fue tan rápido.
—¡Cole no! —El Sujeto Trece sacó una lata de su pantalón…
—No importa lo que pase —...la cual llevaba un anillo al que él se lo retiró —no dejes de correr. —y la arrojó.
—¡COLE! —desatando una feroz nube blanca
Serenity me arrojó al piso, mientras que el cuarto se cubría por humo blanco.
—¡HUYAN! —al momento que los guardias dispararon.
—¡Doce! —pero Serenity seguía — ¡Vámonos! —sujetando mi mano…
—¿Qué está pasando? —…al momento que comenzamos a correr.
—Lo sabrás muy pronto, por ahora lo importante es correr.
—¿Correr? —pero no lo comprendía.
Ella no podía ser La Sujeto Catorce que yo conocía.
Tiraba de mi mano al momento que me obligaba a correr entre los pasillos.
Intenté hablar pero me decía que no perdiera el tiempo y que dejara de llamarla “Sujeto Catorce”. Ahora prefería usar el nombre de Serenity.
¿Serenity?
“Serenity”
¡Serenity!
Serenity.
La palabra se repitió en mi mente, como una melodía que poco a poco me ayudó a mirar con más claridad el pasado.
Primero veía a Serenity sujetar mi mano y llevarme entre los pasillos, justo como lo vi en esos sueños, hasta dar con el sitio donde ya no tenía más recuerdos.
El callejón sin salida donde fuimos capturados.
Los guardias nos rodearon, le dispararon un tranquilizante a Serenity y se la llevaron después me sujetaron, golpearon mis piernas y me obligaron a arrodillarme. Cuando ya estaba quieto uno de ellos me dirigió un aparato que tenía la forma de un termómetro pistola, solo que con una pantalla un poco más grande.