Éxtasis

13

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Había una chica que día con día regaba con entusiasmo su corazón, un corazón que cada vez palpitaba con más y más fuerza, que florecía después de mucho tiempo.

Pronto llegaría la primavera y sabría que estaría renacido, que su corazón después de tanto sufrir, volvería a estar vivo, que ya no dolería más, que solo le otorgaría felicidad. 

Pero llego un día, un día en el cual el dueño de ese corazón dejo de llamarla, dejo de buscarla, ya no había más “Te amo” “Te extraño”. Dejo de susurrarle poemas al oído y de dedicarle escritos que llevarán su nombre. 

Lo suyo se convirtió en pensamientos donde las sabanas los rodearan y ahí hacer de las suyas, buscando orgasmos, excitación que llevará su nombre, buscaba solo llenar su placer contenido.  Esa nueva faceta del hombre al cual amaba, la detestaba. Prefería un disparo en el pecho que la desilusión que él le causaba. 

Una bala imaginaria que terminó matando su corazón, este dejo de latir, por primera vez en su vida dejo de sentirlo, sabía que estaba ahí, pero ya no había latidos que se lo comprobara. Tal vez él no pedía tanto, solo que le hicieran el amor, pero su inocencia e inmadurez no le hicieron ver que el amor no se hace desnudando el cuerpo de la persona a la que amas, pero claro, que iba a saber si lo único que quería era follar, tener un juego de caricias, ser uno.

Aun así, con tanta desilusión, tristeza y un corazón roto, ella seguía pensando en el. Pero a dejado de hacerlo como esa persona especial a la cual deseaba en su vida, con el que quería despertar cada mañana de su corta o larga existencia. Ya no busca lo poco que él le daba, porque ahora está ocupada curando sus heridas de esa gran caída a la realidad. 

Muchos le decían que terminaría perdiendo, que sería lastimada, que tal vez él no la merecía, pero ella siempre a sido demasiado terca, es de las personas que se la juegan cuando alguien le importa, es de las que se lanzan al vacío sin una razón aparente, sin importarle que la caída valdrá la pena o no. Y es que no le gusta perder, o mejor dicho siempre piensa que saldrá ganando, porque confía demasiado en las personas aún cuando estás la dañen. 

Y no, no se arrepiente de haberlo conocido, de pensar en el cada noche, cada minuto de su existencia, porque él se convirtió en una persona que pasó por su vida y le mostró una lección más, que ya no quedan personas que le apuestan a un amor puro y sincero.




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