La cuestión que me carcome es la duda sobre mi sentir
¿acaso me enamoro de todos aquellos que conozco?
¿o simplemente no he conocido el amor?
Porque es cierto, tengo una innata necesidad de rebozar pasión por aquellas personas que logran encender el fuego interior que me mantiene vivo,
tiendo a escribirle poemas en mi mente para consolar mi corazón cuando no escucho su voz,
imagino películas que pasan en mi cabeza para reconfortarme al creer en un futuro a su lado,
veo su cuerpo escultural, rebosante de arte que ninguna pintura podría igualar, que ni el más complejo diseño arquitectónico podría pensar,
y sueño, con su corazón palpitante como el mío, que juntos comparten la melodía más hermosa que la naturaleza puede concebir
Me enamoro, emano pasión y energía,
euforia loca y sentimental que plasmo en escritos de cuando me enamoro,
por el amor,
para el amor,
del amor.
Tengo la hoja en blanco, pienso en cómo hacer justicia al sentimiento que me invade,
a la divinidad que me toca,
así que tomo partes de mi mente para lograr redactar algo que exprese mi pasión,
así que extraigo pequeños pedazos de mi corazón para que se sienta la euforia del momento
las dedico,
no a la persona que me inspira,
si no al sentimiento mismo que me dota de la virtud de destilar amor,
y aquella persona que me trae ese sentimiento,
le doy las gracias,
pues aviva en mi la vida,
me hace sentir pleno y lleno de ganas para esforzarme,
me hace sentir con ganas infinitas de levantarme en las mañanas,
me hace sentir el amor,
y con eso siento que lo tengo todo.