Extranjera

Prólogo

«Hoy no va a ser un día como otro pensó Jane que estaba recogiendo parte de la sala en la que había trabajado durante todo el día.»

Lizzy acaba de salir del trabajo. Jane la veía a través del cristal. Se la veía feliz al lado del James. Ella nunca había envidiado a la rubia, pero en ese momento lo hacía.

¿Hacía cuando no sentía algo así? Una parte de ella le aterraba volver a sentirlo, por otro lado, estaba deseando hacerlo.

Un estruendo resonó en toda la isla. Jane acercó a la ventana a ver lo que acababa de pasar. Veía la gente correr sin rumbo de un lado para otro.

Otro estruendo, pero esta vez vio como algo colisionaba con uno de los barcos del puerto. Una bomba.

—Los japoneses—se oía gritar.

Se oían chillidos, madres llamando a sus hijos, parejas intentando encontrarse en aquel desastre.

Decidió resguardarse. No supo cómo, pero miró por la ventana y fijo la mirada, vio como una bomba alcanzaba Lizzy, su adorada amiga.

Su cuerpo ya sin vida caía al suelo, Jane no tardo nada en reaccionar y salió como un rayo hasta donde se encontraba la rubia, se agachó y la cogió apoyándola en sus rodillas.

—Lizzy, Lizzy, por favor–suplicó la chica morena mientras lloraba desconsolada— no por favor, vuelve, abre los ojos.

La movió, pero la chica no despertaba, ya no era Lizzy. Lizzy se había ido y la había dejado sola en este mundo.

Miró a su alrededor solo había cadáveres, alguna que otra gente que aun corría de un lado para otro.

Jane se levantó para buscar un sitio para resguardarse, aunque en el fondo sabía que ella tampoco iba a pasar de ese día.

Ese desastre se recordaría para la historia.

Una bomba cayó justo a su lado, pero con la buena suerte de que lo hice en el agua, aun así, hizo que se desubicase y estuviera a punto de caer.

Por un momento Jane sintió que el tiempo se había detenido. Algo extraño pasaba.

Según la teoría de la relatividad propuesta por Albert Einstein a principios de siglo y posteriormente estudiar por Stephen Hawkins la bomba que impactó con el agua provocó un triple efecto: Una gran concentración de masa se formó en aquel lugar y esto hizo que aumentara la densidad del agua y que a su vez hizo que se formara un gran campo gravitatorio que absorbió a Jane, que cayó en ese agujero negro haciéndola desaparecer.

Nada, sólo veía oscuridad a su alrededor, podía oír voces a lo lejos pero no las reconocía, tampoco entendía muy bien lo que decía.

Lo último que Jane se sentía incómoda su cara estaba fría por estar apoyada en la tierra, intentaba abrir los ojos pero la costaba, era como si los párpados la pesaran.

Por fin, después de unos minutos logró abrir los ojos, pero ese no era su hogar. No era ni Pearl Harbor ni tampoco Nueva York donde se encontraba.

Recordaba era que había caído una bomba. La bomba.

De inmediato peso en Lizzy que ahora ya no estaba y no iba a regresar. Se armó de valor y abrió los ojos con dificultad. Levantó la cabeza, al principio el sol la cegó, colocó una mano en su cara para tapar parte de los rayos cuando logró fijar la mirada. Vio a la joven a la que pertenecía esa voz tan dulce que había escuchado antes.

—Bienvenida—la chica pelirroja sonrió como si la conociera de toda la vida.



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En el texto hay: desamor, amor, aventuras

Editado: 27.12.2018

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