Mi nombre es Jeremy, Jeremy Hell, solía vivir en Los Ángeles, pero a mis padres se les ocurrió la grandiosa idea de mudarnos a un pueblo alejado de todo y no tengo ni idea de como se llama. Todo comenzó cuando se enteraron que mi hermano menor, Marco, sufría de bullying; mis padres decidieron mudarse a una ciudad mas tranquila y encontraron una buena oferta en este pueblo. Gracias a su decisión de mudarse he perdido amigos y muchas cosas mas que dejo atrás en la ciudad de Los Ángeles. Ahora mismo estamos en el carro dirigiéndonos a esa cuidad.
-¿Cuándo vamos a llegar ?- preguntó Marco.
Marco es bastante impaciente, es bastante curioso y se podría considerar que es un nerd, le encantan los misterios... yo sigo concentrado en mi celular mientras escucho su conversación.
-Ya falta poco Marco, no seas impaciente. - dijo mi papá.
- Solo espero encontrar a alguien como Fredy en esa ciudad por que si no ¡me escapo de regreso a los Ángeles!.- mi hermana dijo en tono muy seguro.
Diana es mi hermana mayor quien todavía no supera sus crisis juveniles, esta por acabar la secundaria y parece alumna de primer año.
-Diana, por favor, dale una oportunidad a Fairyland, tal vez te termine gustando- mi papa siempre a sido muy pasivo al hablarle a mi hermana.
-Me pregunto si Fairyland tendrá mitos... todas las ciudades rurales las tienen.- Marco y sus mitos, ya es de siempre, yo no creo en eso.
- Vas a seguir creyendo en esas niñerías, ja, se nota que no eres consciente de la edad que tienes.- se burló mi hermana haciéndose la madura.
-Ni tú tampoco.- mi voz acaba con la conversación.
Mi hermana ya me estaba comenzando a cansar la verdad, me fastidiaba escuchar su voz burlona y chillona, me puse mis audífonos... me desconecto de la realidad por un instante.
Ya han pasado 40 min. desde que mi Papa dijo que faltaba poco, me estoy comenzando a aburrir dentro del carro. Veo a lo lejos un letrero que decía: " Bienvenidos a Fairyland ". Por fin estábamos por llegar. Iba a tomarle foto al cartel para enviárselo a Fer, pero algo me detuvo... vi algo inusual en ese cartel... en letras chicas y con algo que parecía sangre estaba escrita de forma pequeña algo que no llegue a leer ya que pasamos rápido... esta ciudad me da mala espina. En cuanto llegamos a la casa, mi mama que había estado durmiendo todo este tiempo por fin hablo:
- Vaya, si que esta bonita la casa.
La casa tenía dos pisos, una terraza y un jardín gigante en la parte de adelante. La sala era grande y la cocina era, según mi observación, lujosa; tenía 4 cuartos con baño personal y una piscina en el patio trasero. Una casa muy linda a comparación del precio que habían pagado.
La escuela estaba bastante cerca, es bastante grande, desde afuera se ven los edificios de los salones y los campos de deporte. Por el tamaño supongo que tendrá un biblioteca y un patio de comidas... no se, es solo una suposición.
Todas las casas se ven igual de lujosas que la nuestra, pero dentro de todas sobresale una. Esa no es una casa, es una Mansión, tenía una "K" en el portón de la entrada, debe de ser la casa del alcalde. Vi la mirada de mi hermana, esta planeando cómo llevarse bien con esa gente.
Llegamos por la tarde, a la hora de almuerzo, buscamos un restaurante, encontramos uno a una cuadra, era un restaurante chiquito, el mesero nos analizo con una mirada furtiva, recibió nuestro pedido y se fue.
Terminamos de cenar y regresamos a la casa para desempacar todo, esa tarde nos quedamos todos dentro de la casa, al día siguiente recién iba a conocer a algunas personas, pero juzgando por lo que vi... no creo que sean gente de fiar.
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Editado: 23.09.2020