Sofía 7:00 am
Lamento no haberte respondido el día de ayer. Tenía bastante sueño y me quedé dormida.
Obed 7:05
Parecía que estabas evitando mis llamadas, pero no te preocupes, no te quiero presionar.
Sofía 7:15
Nada de eso, Obed. El día de hoy te haré una llamada.
Valeria sabía que era imposible entablar una videollamada con Obed; sería el fin de dicha relación, pero tenía que sacarse un truco de la manga para salvarse de aquella prueba. En su interior, crecía un enorme miedo a ser rechazada, ya que se sentía bastante insegura de su aspecto físico. Es totalmente distinta a Sofía, la chica del perfil falso. Su cabello lacio era totalmente castaño, y además le brillaba por todos los productos de cuidado que utilizaba. Además, sus ojos eran oscuros, todo lo contrario, a los ojos verdosos de Sofía.
—Él prefiere a las chicas de melena ondulada. Mis ojos son más oscuros a los de ella, no tengo oportunidad. Jamás seré como ella. Si Obed me descubre, seguramente me rechazaría —se decía a sí misma con gran desilusión.
Por fin había encontrado a una persona que la hacía sentir bien y, sobre todo, alguien que se preocupaba por ella. No quería dejarlo ir.
Mientras revisaba las fotos de Obed en su laptop, recibió otro mensaje de Rafael, quien se mostraba insistente en conocerla. Era el tercer mensaje que había ignorado por completo, pero parecía ser que no se daba por vencido tan fácil. Típico de Rafael.
—¿Otra vez tú? —musitó enfurecida—. No puedo creer que le hagas esto a Romina.
El enojo que sentía se podía observar en sus ojos, y no iba a permitir que nadie se burlara de su mejor amiga. Por lo tanto, se tomó un tiempo para diseñar un plan que fuera lo suficientemente bueno para darle su merecido. Después de varios minutos de reflexión, una idea iluminó su mente, aunque no era la mejor de todas, estaba dispuesta a hacerlo.
Rafael 15:09
Hola bonita.
Rafael 15:45
¿Cómo estás?
Rafael 16:30
Sofía, realmente estoy interesado en conocerte. Espero que me puedas dar una oportunidad.
Sofía 17:00
Hola
Rafael 17:01
Hola Sofía, pensé que jamás me responderías. Eres hermosa, tal vez no sea el primero en decírtelo, pero lo eres.
Sofía 17:06
Gracias.
Rafael 17:06
¿Aceptarías salir conmigo? Quizá voy demasiado rápido, pero me gustas mucho.
Sofía 17:10
¿En serio?
Rafael 17:10
Lo digo en serio.
Sofía 17:20
Cuéntame, ¿eres soltero? ¿Sin compromisos?
Rafael 17:21
Sí, totalmente soltero. Disponible para ti.
Cuando Valeria leyó ese último mensaje, le dio mucho coraje; se había atrevido a negar a Romina. Intentó guardar la compostura y decidió continuar con su plan.
Sofía 17:30
Perfecto.
Rafael 17:31
Entonces, ¿te gustaría salir conmigo?
Sofía 17:35
Me encantaría.
Rafael 17:40
¿Te parece la próxima semana?
Sofía 17:41
No estaría mal.
El plan de Valeria era bastante arriesgado, pero estaba dispuesta a confrontarlo sin temor a las consecuencias. Por lo mientras, tenía que enganchar a Rafael. Estaba tan concentrada en su objetivo que no se dio cuenta de que Romina había entrado sigilosamente a su habitación.
—¿Con quién tanto hablas? —gritó Romina entre carcajadas.
Valeria pegó un brinco del susto e inmediatamente cerró su laptop. No quería que su plan fuera descubierto, por ahora.
—Romina, se toca antes de entrar —respondió Valeria.
—Perdón, pero la puerta estaba abierta. No exageres.
—Me asustaste.
—Perdóname, pero aún no has respondido mi pregunta. ¿Con quién tanto hablabas? ¿Un nuevo pretendiente? —inquirió Romina.
—No, bueno, algo parecido —respondió nerviosa.
—¿No me lo presentas? —decía mientras intentaba abrir la laptop.
—¡No! —grito Valeria, bastante asustada.
Romina se quedó callada por unos instantes sin comprender el comportamiento de su amiga.
—Lo lamento. Estoy entrometiéndome en tus asuntos.
—No, para nada. Simplemente es un chico que conocí por internet, pero seguramente será algo pasajero como los anteriores.
—Está bien —musitó Romina—. ¿Y el perfil de Sofía? ¿Ya lo eliminaste?
—Aún no. No he tenido tiempo para hacerlo.
—Pensé que ya lo habías eliminado, digo, ya no hay motivos para tenerlo activo. ¿O sí? —dijo pensativa—. Pero está bien, nos vemos más tarde, saldré a cenar con Rafael.
—Romina...
—¿Qué pasa, Valeria? Te noto muy extraña, ¿sucede algo?
—Nada. Espero que te diviertas en tu cita.
—Gracias —respondió mientras abandonaba la habitación. Romina se quedó parada frente a la puerta por un instante, pensativa sobre el comportamiento de su amiga. Además, Romina se había comportado bastante curiosa con la conversación de Valeria, ya que cuando entró a la habitación logró reconocer la foto de Rafael. Por un instante pensó que su mejor amiga hablaba con su novio, pero inmediatamente eliminó esa idea de su cabeza. Era absurdo pensar eso de Valeria; no sería capaz de hacer algo así. Entonces se dio la vuelta y caminó hacia su habitación para terminar su rutina de maquillaje.
Por otro lado, Valeria se sentía bastante mal por engañar a su amiga; sabía que se estaba metiendo en una situación bastante complicada. Lo que menos quería era que su amistad se terminara por un malentendido, pero hasta cierto punto sabía que todo lo estaba haciendo por el bienestar de su amiga.