Me encantaría decir que despertaba como en los libros, pero ¿saben?, esa vaina no es real. Me despertaron los gritos de mi mama, como todas las mañanas, era el último día de clases pero la vieja estaba como si fuera el primero, puse mi cara debajo de la almohada intentado no escuchar y seguir durmiendo, se quedo callada unos minutos después, no supe si estaba planeando algo, o si al fin se había rendido y me dejaría dormir, sonreí creyendo que sería la segunda opción, cuando estaba por caer en los brazos de Morfeo, algo helado me cayó encima, me levante ahogando un grito, mire a mi mama mordiéndose el labio y haciéndose la arrecha, esta si tiene bolas, me moja y para rematar no sabe si morirse de la risa o si poner cara de pez muerto, y me mojo mi cobija de las princesas, la mire con mi mejor cara de “QUE ACABAS DE HACER JOSEFINA ANTONIETA MARTINEZ BOREATA” y dije de manera calmada (con los dientes rechinando y sin separar mucho los labios)
-¿No podías moverme? O no sé, ¿Chantajearme con ir a visitar a la tia Emilda si no me despertaba? ¿Tenias que mojar todo? IN.CLU.YEN.DO.ME- en ese momento mi adorada madre se empezó a reír, yo creo que tengo payasos en la cara chamo, la deje riéndose, y me fui a bañar, ya después sacaría el colchon y lavaría mis sabanas y mi cobija. Me cepille los dientes, me bañe con un tobito porque no había agua, cuando termine el agua que había para bañarme, me pare frente a un espejo que había arriba del lavamos, me mire la cara, medio me gusto lo que veía, mi cabello rubio caía sobre mis hombros, mi metro sesenta y siete me hacía sentir segura, mis ojos eran de un gris, casi azulado, como la luna, mis labios era rosaditos como la colita de un cerdito, y en mi nariz, cachetes y hombros se esparcían con delicadeza algunas pecas, no tenía tanta cara de muerto como otros días, hasta me atrevía a decir que me veía bien, me peine el cabello, y salí del baño.
-Pero mira que la fea durmiente esta despierta, esto sí que es un milagro de los dioses del Olimpo- Dijo el niño que un día recogimos de la basura, bueno no fue así pero eso le digo yo, el es dos años mayor que yo, tiene 19 años, mide un metro ochenta, es pelinegro, tiene los ojos marrones, y es horrendo, fin con el
-Reynol, te la jeta, o te meto un coñazo, ¿no te has visto en un espejo?- dije con fastidio, hoy no ha sido mi día y este pejelagarto viene a joderme más todavía –No he ni desayunado como para ver tu asquerosa cara, es demasiado temprano, vete a fregar caño, chao. Dije caminando a mi cuarto toda molesta, andaba de mal genio, me despertaron mojándome con agua fría, mi mama se había reído de mí, no había agua como siempre en la cuadra, mi hermano como siempre burlándose de mí, nada mas falta que me digan que Niall tiene novia, esa si no la aguantaría, uy no, ni pensarlo. Cuando llegue a mi cuarto me encontré con un vestido en mi cama, era de color morado, habían unos tacones en la mesita de noche, yo me quede loca porque eso no era mío, y llame a mi mama
-MAAAAAMAAAAAAAA, AQUÍ SE METIERON Y ME DEJARON ESTA VAINA AQUI, CREO QUE REYNOL SE LO ROBO A LA VECINA ESA QUE PARECE PUTA, METELE UN COÑAZO- Mi hermano llego antes que mi mama, para ver de que lo acusaba y al entrar en el cuarto quedo con la palabra en el aire al ver el vestido, y los tacones, estaba casi que botando baba cuando mi mama llego
-¿De qué hablas? ¿de eso?, oh, el vestido y los tacones, yo lo puse ahí, te tengo una sorpresa, hoy no iras a clases…- Después de eso deje de escucharla, HOY NO VOY A CLASES PERRAAAAAAS, ULTIMO DIA, DEL ULTIMO AÑO Y NO IRE A CLASES, ME SALVE DE VER POR ULTIMA VEZ A ESOS HIJOS DE SNOW, ya me calmo, relaje mis pensamientos y me di cuenta que ya estaba sola en el cuarto, mi mama grito desde afuera que me pusiera el vestido que me arreglara que blah blah, no escuche mucho tampoco de eso, por primera vez en mi vida le hice caso respecto a mi ropa y me puse el bendito vestido pero no los “tacones” prefiero llamarlos artefactos del demonio creados para hacer sufrir a las mujeres jóvenes, en vez de eso, me puse mis hermosas converse, me amarre el cabello en una coleta y salí de mi habitación a buscar mi desayuno, no sabía dónde estaba mi teléfono así que no tenía ni idea de que hora era. Salí dando saltitos a la sala en busca de mi mama, iba hacia allá porque escuche murmuros y supuse que estaba allá al llegar me encontré con que no estaba sola, en mi sala había una mujer que yo nunca había visto en mi vida, tenía un vestido de color salmón que le llegaba hasta las rodillas también había un señor pero el tenia puesto un traje y había
-Mama- Dije tímidamente no se a donde coños se había ido mi hiperactividad, pero no estaba y yo parecía niña de cinco años que acaba de hacer una travesura, en mi sala habían tres personas desconocidas, bueno, personas desconocidas para mi, parecía ser una familia . Mi mama sonrió hasta que se dio cuenta de la presencia de mis converse