Falsa emperatriz

Seré desterrada

En los próximos años de matrimonio, la familia imperial Sorní ha entregado un gran linaje de miembros de la mesa redonda, pero nunca una emperatriz.

Detrás de ella un secreto que de ser revelado traería consigo un dolor inmortal, el cual mancharía la reputación del imperio Sareney. Lástima que en ese momento todo se estaba yendo al carajo.

En un salón lleno de nobles que juzgan con la mirada.

Ambos emperadores estaban en una situación apretada, su majestad el emperador Bennett Edevane estaba tranquilo en medio de una multitud enfurecida, la tranquilidad en su rostro era envidiable para su esposa quien ese momento estaba sufriendo la peor de las traiciones.

La tensión en aquella sala junto con las miradas puestas en ella, era agobiante y acusantes, un hombre en medio de la multitud daba su declaración.

—La emperatriz Alysa no tiene sangre noble, fue adoptada y criada por la familia imperial, pero ellos engañaron al anterior emperador y la hicieron pasar por la realeza. También es acusada por el intento de asesinato hacia la amante del ahora emperador Bennett, por falsificación y difamación, ante todas estas acusaciones el emperador Bennett es quien ahora tiene la palabra y deberá decidir qué hacer con esta farsante —señaló a la emperatriz

Esas palabras hicieron que los presentes en la sala defendieron el puesto del emperador y el de la emperatriz, pero a su vez se enfocaron en arruinar a su monarca.

—La ley de este imperio y de los demás, exige que debe haber una emperatriz y un emperador, juntos con la sangre de un noble, si no existe, entonces no podría llegar al puesto y la corona pasará a otro que sí cumpla con estas capacitaciones —una duquesa agitaba su abanico con una leve sonrisa en sus labios

—Es bastante exigencia, además quisiera ver qué pasaría si todo lo que dice este hombrees mentira, no hay pruebas, por ende no hay culpables —mencionó un noble

—Exacto, la emperatriz aún puede tener hijos con el emperador, además ¿cuándo han visto que el hijo de una amante obtenga la corona?, mientras la emperatriz le dé un hijo al emperador su puesto aún estará salvado, al igual que este imperio, ¿Por qué creeríamos las palabras de un aparecido? —mencionó el consejero Real

Todos empezaron a dar sus opiniones del tema ignorando rotundamente la palabra del emperador.

Quien estaba aburrido de escucharlos, se masajeó la sien y una vena brotó de su frente, apretó sus dientes y se levantó del trono.

—¡Silencio! ¡yo soy el emperador, así que yo decido qué hacer con la emperatriz!

Alysa estaba muerta de la vergüenza, pero se mantenía en su posición, las personas que estaban a su lado la empezaron a señalar, a juzgar, ningún miembro de su familia se presentó ante este juicio, y lo único que recibió de su suegra fue una cara de decepción.

Entre todas las miradas era la única que le interesaba.

—Solicitó el divorcio y el destierro de la emperatriz Alysa —anuncio

«Destierro»

—¡Espere, esto una locura!, no hay pruebas suficientes para incriminar a la emperatriz, su majestad le pido que recapacite su decisión y piense bien las cosas —gritó un noble esperando que su decisión fuera tomada

Alysa apretó su vestido, la última mirada que le dedico a su marido fue una donde el odio salía a relucir. los demás quedaron boquiabierto, no les importaba que pasara con la emperatriz lo que importaba era el imperio, sin una emperatriz tan buena como ella, el imperio estaría acabado.

—Su majestad, ¿puede mostrarles las pruebas que me incriminan? —declaro Alysa con frialdad

—Sí usted quiere —Bennett mostro documentos escondidos en su chaqueta, entre esos la prueba de paternidad, y un acuerdo entre ambas familias —¿esto es suficiente?

«De dónde los saco» pensó Alysa

Empezó a leer frente a todos, los nobles murmuran mientras muestran fidelidad al emperador al terminar de leer, ellos con descaro abuchearon a la emperatriz nombrando en un coro:

—¡Profana!

Bennett sonreía al escuchar tal desprecio ante su mujer, después de varios minutos los insultos hacia la emperatriz frenaron. Dándole pie a su esposo de continuar hablando, le dirigió la mirada a la emperatriz.

—Teniendo en cuenta esto, quiero que se quede en sus aposentos hasta el día que llegue el momento del divorcio. Por ende, ya no será llamada emperatriz —Bennett tenía el ceño fruncido —, hemos terminado con esto, los invito a que sean testigos de mi divorcio.

Alysa se levantó con el ceño fruncido, manos juntas a la altura de su cadera mientras aquellos que habían dicho ser sus “amigos” susurraban insultos para ella, al mismo tiempo que abrían paso hacia la salida. Dos guardias la escoltaron hasta su habitación quedándose en la puerta.

Sus damas de compañía al verla, hicieron una pequeña reverencia.

—Majestad, pasó algo, se ve estresada y cansada ¿Quiere que preparemos un baño de agua fría para usted? —dijo Catalina, la dama de compañía con la que tenía más confianza

Alysa afirmó con la cabeza, las damas empezaron a preparar todo para su baño, cuando estaba listo desvistieron a la emperatriz dejando sobre su cuerpo una bata, acomodaron su cabello, cepillándolo con un peine de plata.




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