Bennett se despertó desnudo al lado de Eileen, con algunas marcas en su cuello y sus labios hinchados. Miro a la mujer que tenía al lado y estaba profundamente dormida, tomó su ropa y se vistió, peinó su cabello y se aseguró que las marcas de su cuello no fueran notorias.
Salió de la habitación y fue a la oficina, en donde encontró a Alysa leyendo algunos documentos del estado.
—¿Por qué tardaste tanto? —Preguntó, dejando los papeles sobre la mesa
—No fue nada, solo un pequeño percance —Respondió
Se sentó en su escritorio y revisó los papeles económicos, Alysa volvió a lo suyo, se quedaron en silencio revisando y respondiendo lo solicitado, haciendo cheques a las fundaciones, hospitales, orfanatos y asilos. Cheques que estaban representados por Alysa y su familia.
Bennett miro a Alysa que estaba firmando algunos papeles y recordó la carta que habían enviado
—¿Podrías pasarme la carta que enviaron? —Preguntó mientras organizaba unos documentos
—Ya la respondí —Contestó
—¿Por qué la respondiste sin mi consentimiento?
«¿De verdad cree que necesito su consentimiento para responder una carta? Sí hubiera estado interesado la hubiera respondido cuando se la entregue»
—No necesito tu consentimiento para responder cartas.
Bennett golpeó la mesa, haciendo saltar algunas cosas del escritorio que luego cayeron al suelo. Alysa al escuchar el golpe se sobresaltó.
Él se levantó del escritorio y enfrentó a Alysa
—¿Qué fue lo que respondiste? ¿Acaso aceptaste? —Por su expresión estaba furioso, pero eso no le importo
—Sí
—¡¿ACASO ESTAS EN TU SANO JUICIO?! ¿Sabes al menos que pueden hacer esas bestias? ¿Se te olvido que sin mi palabra no puedes hacer y deshacer?
Alysa puso las manos sobre el escritorio, se levantó de este y le frunció el ceño a Bennett.
—Yo soy la emperatriz de este imperio, y como tal puedo hacer y deshacer en este. No necesito tu aprobación para decidir que es mejor para el imperio. Y si no te gusta deberías irte a dar un baño de agua fría a ver si se te quita ese humor que te mandas
El cuello de Bennett quedó al descubierto y Alysa se dio cuenta de las marcas que tenía, empezó a sospechar y temía que se hicieran realidad
—Algunas veces olvidas que está casada
—Y usted que debe respetar ese juramento —Rodeo el escritorio y paso a un lado de Bennett
—¿Qué insinúa?
—Sí tiene una nueva relación amorosa y la está manteniendo en secreto trate de ser más ingenioso —Salió de la oficina
Bennett apretó sus puños, no pensó que fueran tan visibles sus marcas, acaso Alysa ya sabía o solo estaba sospechando y haciendo insinuaciones.
—Maldita sea —Maldijo y golpeó el escritorio de Alysa
Catalina junto otra dama estaban charlando sobre el periódico, lo que habían leído solo eran falsas noticias que periodistas sin dinero se inventan para ganar un poco más. Las personas ingenuas lo creían, pero otras simplemente se reían.
Cuando vieron llegar a Alysa, hicieron una pequeña reverencia.
—Su majestad, ¿Quiere un poco de té?
—Sí, gracias
Se masajeó la sien y soltó un suspiro, Catalina a su lado estaba angustiada, no faltaba mucho para que los chismes corrieran, le sirvieron su té y bebió un poco para dejarlo nuevamente en la mesa.
—Ustedes saben algo de la nueva —Preguntó dirigiéndose a sus damas de compañía
—¿La nueva? Se refiere a la mujer que trajo su majestad el emperador —Una de ellas habló y Catalina suspiro
—Sí, ella
—Ah, bueno he escuchado algunos rumores
Alysa arqueo un ceja y Catalina solo podía observar y callar, había algo que ella sabía; sin embargo, si le soltaba la noticia a la emperatriz tal vez sería complicado
—¿Qué tipo de rumores?
—No hace falta preocuparse por eso su majestad, después de todo de qué nos sirve —Hablo un poco nerviosa
—Catalina sabes algo —La miró con frialdad
Catalina estaba tensa, odiaba mentirle a Alysa, pero de no hacerlo estaría en problemas. Podía mentirle a Bennett, pero no a ella
—Majestad, el emperador está buscando una amante y según los rumores que escuche, la chica que tenía en sus brazos es su amante.
—¿Qué? —Estaba confundida y sintió algo en su pecho, se llevó la mano a este y bajó la cabeza —Eso no es verdad ¿cierto?
Catalina se acercó a ella y la tomó por el hombro, la miró con lástima y pronunció las palabras más dolorosas para Alysa.
—Es cierto, su majestad el emperador me mandó a limpiar a la chica después de que la viéramos en sus brazos y hoy en la tarde me pidió ser su dama de compañía.
Alysa estaba en shock, sus sospechas eran ciertas. Soltó un suspiro y miró a Catalina de forma fría.
—¿Aceptaste?
—No, su majestad
***
En la noche mientras cenaban, las palabras de sus damas la atormentaban.
No estaba segura si decirle sobre lo que había escuchado o callar para no empezar una nueva discusión; sin embargo, su corazón fue necio y cruzando los brazos con una mirada fría y seria, se dirigió a Bennett haciendo un sonido seco con la garganta para llamar su atención.
—¿La chica que trajo se quedará aquí durante largo rato? —Preguntó haciendo contacto visual
—No sé —Respondió
—Dígame, piensa hacer algo con ella o puedo encargarme
Sus palabras hicieron que Bennett levantara la cabeza curioso, pero al mismo tiempo con sospecha
—No es asunto suyo, yo la traje por eso es mi responsabilidad —Habló con claridad volviendo al plato de comida dando por entendido que la conversación debía quedarse allí
No le agradaba la idea de que terminará así la conversación, por eso llamó su atención con su voz diciendo:
—No se supone que la estructura de todo matrimonio debe ser la confianza —Comentó bebiendo vino
—Tenemos esa confianza, ¿no es así? —Contestó temperamental
—No, usted trata de mentirme con algo que yo sé, acaso es tan difícil para un hombre decir con orgullo que tiene dos mujeres, porque si es el caso creo que usted es el único que trata de esconder algo que es visible —Habló basándose en los rumores dichos por sus damas ya que algo en su interior le decía que confiara en ellas
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Editado: 24.01.2024