Dudando sobre sus actos y pensando en la reacción de Alysa dejó la carta debajo de la puerta. Por la mañana al despertar, Bennett se estaba vistiendo para atender su imperio junto con la mujer que había desposado. Antes de salir Eileen le dio un beso.
—Amo como te ves en los trajes —Sonrío
Ella solo llevaba puesta una bata de seda fina la cual solo la cubría hasta cierta parte de las rodillas. Bennett la abrazó y acarició su mejilla con suavidad
—Eres la luz que ilumina mis días —Mencionó con un leve rubor en sus mejillas
El corazón de Eileen latió fuerte y pensó que ella ya estaba en el corazón de su amado. Ya que ellos tenían por lo menos un año de realización a escondidas, y casi llegan a tener un hijo.
Antes de salir de la habitación se percató de la carta, la tomó, y la leyó. Eileen a su lado estaba aprendiendo a leer y a escribir hace ya unos meses por lo que podía distinguir qué era lo que decía. Leía como una niña de seis años, pero entiendo de qué se trataba, deprimiendose terriblemente.
Bennett salió de la habitación de Eileen a buscar a Alysa. Ella ya estaba en la oficina, su consejero le estaba diciendo su horario y ella le decía "posponlo" o "acéptalo". La decisión de ambos era importante.
Cuando Bennett llegó, le pidió al consejero que se marchara. Él observó a Alysa y asintió con la cabeza; se fue dejándolos solos.
Ella se levantó de su asiento y lo observó con cuidado, ya sabía que pasaba, y pensó que sus palabras tendrían otro choque entre ellos.
—Alysa, discúlpame por ser un tonto —la abrazo fuerte y acariciaba su espalda
Suspiro, reaccionó al abrazo y se sintió cálido ante su tacto.
—Me alegra que haya tomado en cuenta mis palabras, su majestad; permita que todo esto se realice con sabiduría —Dijo separándose un poco de él
—Lo haré, porque me lo pides —Sus ojos brillaron y había una pequeña chispa de cariño, en su actuar podía sentir el afecto que le tenía
—Gracias, por aceptar mi solicitud —Sonrío
***
Adrián se estaba cambiando, tendrían la segunda reunión con los emperadores y quería lucir bien.
Tenía puesto un traje violeta oscuro, con decorado violeta claro, un chaleco del mismo color de sus pantalones, negro, le gustaba usar joyas y utilizo un arete dorado. Su broche lo había guardado y lo cambió por otro que se lo puso como accesorio del cuello. Su cabello lo dejó de lado. Le gustaba vestirse solo y eso lo hacía cada vez que tenía la oportunidad.
Salió junto con Marcus, y, para su sorpresa llamó la atención de las muchachas que trabajaban en el palacio.
Esta vez la audiencia era con un acompañante, por eso la presencia de Marcus. Ambos estaban preparados y pelearían hasta conseguir lo que deseaban.
Estando en el salón, cada uno se sentó y empezaron con la reunión. Se les fueron entregados formatos en los que estaban los reinos de sus alianzas, todos los conocían y para su sorpresa había dos con los que estaban próximos a alianzas.
«Había escuchado que uno de los imperios saldría de la alianza que tenían con Melione, y buscaban protección de parte de mi reino. Aún no sé por qué la decisión de los reyes, pero dudo encontrarla con ellos»
—Como verá nuestra alianza es muy grande y me preguntaba si estaba dispuesto aceptarla —Comentó Bennett, para después beber un poco de agua en una copa
—Son buenos imperios y no me molestaría tener una amistad, después de todo mi principal objetivo es tener a aliados igual de fuertes que yo —Tenía una mirada seria, pero con una pequeña sonrisa en sus labios
Esa era la respuesta que tal vez él y Alysa necesitarán, una buena unión. Escogerían la matrimonial, pero por ciertas razones no se podía lograr.
—Sus Majestades, su majestad el rey Adrián, tiene como aliados a los imperios del sur oeste y del oeste. Hablamos con ellos antes de enviar la carta de solicitud. Y nos comentaron que están de acuerdo con una alianza con Melione. Manifestaron que, si se completa, estarían al son de todos.
Ellos asintieron con la cabeza y analizaron sus perspectivas. Anduvieron durante tres horas discutiendo; para al final recapacitar. Se escogieron dos entrevistas más y sus fechas vendrían después de un banquete y la celebración de fundación del imperio, y el cumpleaños de Bennett.
***
Alysa caminaba por los jardines del palacio, llevaba consigo el libro "bestias divinas", quería enseñarlo a Adrián, por lo que no faltaría poco para que se encontrarán. Se sentó en una banca bajo un árbol frondoso y cuando menos se lo imaginó llegó su invitado.
—Su majestad —Hizo una pequeña reverencia, pero él la detuvo
—Su majestad, sería mucho pedirle algunas cosas. Por favor considéralo como una solicitud de un amigo —Rogó
—Sí está en mis manos, lo aceptaré —Exclamó
—Podría dejar de llamarme "su majestad" cuando estemos solos, también dejar de tratarme como lo hacen los demás —La cara de Adrian demostraba cansancio
Lo miré confundida, pero aceptó su pedido, no era tan complicado. Aun así Alysa quería lo mismo, que los nobles la dejaran de tratar como una de ellos o se sientan menos por ser superior.
—Sus majes… —Antes de continuar recordó —Adrián su solicitud es aceptada, pero a cambio deberá hacer algo por mí también —Sonrío
—De acuerdo su majestad, ¿qué desea de mi parte? —Hizo una reverencia
—Quiero que no me trate como una noble, solo como una amiga. No quiero títulos, no quiero reverencias, solo quiero la parte humana que todos tenemos. Y si no lo cumple, entonces será mi última orden para usted —Dijo bromeando y con pequeñas carcajadas
—Sus deseos son órdenes. Alysa Edevane —Contestó
Se sentó a su lado y prometieron no tratarse como nobles, solo querían ser personas normales. Por una vez en sus vidas pensaron que tendrían a ese amigo que no los trataría como si fueran dioses.
—Ese es el libro del que me estaba hablando —Señaló
—Sí, ¿quieres leer? —Preguntó con una sonrisa
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Editado: 24.01.2024