En la noche, recostada sobre su cama de lino fino, con una cobija de lana que le daba calor a cualquiera, con un pijama de seda color rosa pastel con bordado en la falda, su cabello suelto para que le diera comodidad y unas suaves almohadas.
Eileen meditaba con una sonrisa todo lo que había provocado y cómo podía mover a Bennett con un solo dedo; tenía una sonrisa de satisfacción, una alegría inmensa al saber que mañana por la mañana ejecutarán al líder que la rechazó.
«Mañana lo veré colgado con una soga en el cuello o tal vez con la guillotina traspasando su carne y cortando su cabeza, dedo dormir bien y tener una buena actuación para mañana, una de preocupación y de tragedia, miedo, ira e impotencia, tantas cosas para mañana. Pensar esto me da demasiado sueño»
Bostezo y se acomodó en la cama acurrucándose en las cobijas cerró sus ojos dejando que todo su cansancio se acumulara y saliera de su cuerpo con un ligero sueño.
La puerta de su habitación fue abierta y el ruido la despertó, abrió un poco sus ojos y una figura masculina se acercaba a ella con lentitud, sus pasos no sonaban, eran como los de un fantasma, se levantó de la cama, sentándose en ella sin quitarle los ojos de encima.
Bennett tomó una silla y se sentó a su lado observando con preocupación a la chica, y ella le devolvió la mirada.
Su mano temblaba y la cobija se arrugaba con cada apretón, sujetó la mano de Eileen, su calor la calmaron, su mejilla fue acariciada, cerrando los ojos y echándose para atrás, su mano fue besada, y agarrada con fuerza por el emperador, sonrió nerviosa y sus mejillas se ruborizan.
—Debes estar asustada por todo lo que pasó, creo que será mejor que no presencies la ejecución —Bennett tenía una mirada profunda con el ceño doblado y un leve rubor en sus mejillas
Eileen no podía creer lo que escuchaba, de verdad quería ver cómo sería ejecutado y así verlo sufrir.
—Su majestad, ¿por qué cree eso? Puedo soportarlo, además yo soy la vistima, ¿hay algún problema con mi presencia en la ejecución? —Su voz fue torpe como sus palabras, si había una razón para no asistir y eso era la presentación de una mujer en una ejecución
No había mucho problema con la presencia y presentación de las mujeres en el tema de la ejecución, podían asistir, ver cómo era castigado el delincuente, pero este juicio Bennett lo planteo solo para hombres, para dejarles en la claro porque no debían meterse con una mujer de su majestad y que llegaría hacer si esta es abusada o agredida.
Sobándose la cabeza y cerrando los ojos, respondió las dudas de su pequeña amante
—Se dice víctima Eileen, y no es que no quiera que estés en la ejecución, pero hice este juicio con el fin de que los hombres de este palacio entiendan el castigo que deben pagar si se acercan a una mujer del emperador. No quiero que estés por tu bien, entiende —Explico
Ella se desilusionó de inmediato, bajó la cabeza y su cabello cubrió su rostro.
—Usted, me asegurara que él estará muerto —Mencionó con los ojos aguados y con una voz ligera y suave
Bennett se levantó de la silla y la pegó contra su pecho, sobaba su cabeza y su espalda fue rodeada por los brazos de la mujer.
Eileen podía escuchar los latidos de su corazón, sonrió al sentirlo tan cerca y su sonrisa se agrandó cuando los labios de Bennett tocaron su coronilla.
Se separaron, y él solo pudo sonreír al ver su cara tierna y llena de bondad que la pintaba como la mujer perfecta.
—No te preocupes por nada, descansa y encárgate de agradecerle a la emperatriz mañana —Comentó ganándose una mirada de confusión de parte de la chica
—¿Por qué tendría que agradecerle? —Inquirió sin dejar su cara de ternura
—Fue ella quien pagó al reverendo, ¿lo olvidas?
Su sonrisa se desvaneció y su voz rondo por su cabeza pronunciando las palabras "llamaré a un reverendo para que ore por usted esta noche y su alma no caía en desgracia" las imágenes de esa mañana y de los labios de la emperatriz pronunciando esas palabras fueron como un balde de agua fría recorrer sus nervios y poner su piel de gallina. Aun así, por más sentimiento que tuviera lo dejo pasar sonriendo y haciendo una buena cara.
—La emperatriz, es realmente buena —Contestó sonriendo, con la más grande hipocresía que pudiera sentir en ese momento
No le gustó mucho que fuera a verlo un revendo, aun así, el perdón y una misa pequeña no le hará daño, además que el agradecimiento fue lo más hipócrita, Alysa nunca lo habría hecho sino fuera por Bennett.
***
Llegó la hora prevista y el guardia esperaba a Alysa en la puerta de su oficina, miraba de lado a lado para asegurarse que no llegara nadie.
La perilla de la puerta se movió y eso alertó al guardia dándole así la indicación de que estaba lista, al salir estaba completamente encapuchada, con la cabeza baja, una biblia en su mano derecha y una camándula la cual estaba hecha de piedras de distintos colores y con símbolos de los dos dioses que gobernaban los cielos.
El color blanco representa la paz y su símbolo es un círculo con una "N" que en su representación es una balanza de justicia.
El color rojo representa la fuerza de los hombres y su símbolo es una estrella con una línea por la mitad.
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Editado: 24.01.2024