Frey analizaba unos documentos con Daisha, notaba su enojo desde que llegó algo que alteró la tranquilidad del duque, no quería preguntar pues temía que sus palabras no fueran las indicadas para ella.
«Desde que llegó a estado así,no creo que hablar sobre el tema sea bueno en estos momentos, aún más, después de la pérdida del heredero. Estaba muy feliz al saber que sería tía y ahora su enojo y su tristeza son las que se apoderaron de su sentimientos» Frey solo podía hacer miradas discretas
No quería que se diera cuenta de su curiosidad, pero por desgracia, fue tal el cariño que le tenía que no permitió que se siguiera sintiendo mal.
Tomó su mano apartándola del documento, observándola a los ojos con el ceño doblado.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué estás enojada? —preguntó
—No estoy enojada
Frey bufo, tenía una sonrisa en los labios con una mirada tierna la cual lo hacía ver adorable y lindo.
No pudo contener esa mirada de cachorro.
—No soy un idiota, y odio que me mientan Daisha, te conozco y se que no estas bien, dime que te pasa —pidió pero ella negó con la cabeza, tratando de fingir una sonrisa
—Nada, estoy bien —fueron sus ojos el reflejo de sus emociones
—No lo estás, no me mientas, soy tu esposo y te conozco, me preocupó porque te amo, así que no me atormentes y dime de una vez que es lo que te pasa —esta vez esa insistencia cambio, su tono de voz fue suave, calmado y tierno, su mirada fue simplemente maravillosa
Amaba que se preocupara por ella y no podía seguir conteniendo la pelea en su interior, no quería empeorar las cosas, pero tampoco quería seguir ocultandolo.
La mirada de su esposo le dio confianza, y en eso se basó.
—Yo… tuve una pequeña pelea con la amante de su majestad el emperador —dijo y desde ese momento ya se estaba empezando a preocupar —esa chica dijo algo que no me agrado para nada y trato de igualarse conmigo, difamo el nombre de su majestad la emperatriz y eso aumentó mi cólera —hizo una pequeña pausa para continuar pero fue detenida por Frey
—¿Qué le hiciste a la amante de Bennett? ¿Qué hizo contra ti y qué dijo sobre la emperatriz? —preguntó rápido
—Yo la abofeteé, intento golpearme y me ofendió con sus palabras, y sobre Alysa, en pocas palabras que era una mala persona y que sus gustos se basaban en la homosexualidad, que por eso Bennett la dejo por ella —explico todo
Frey al igual que ella se sintió indignado, sabía como un noble era capaz de proteger su título, por lo que a sus ojos lo que hizo Daisha estaba bien, fue una acción correcta.
Se notaba algo preocupada, de hecho lo estaba, todo parecía mejor en su mente que haberlo dicho abiertamente.
Frey se levantó del asiento para acercarse a ella, arrodillarse y tomar su mano, la besó con suavidad, dándole más confianza.
—No te preocupes estoy seguro que no pasará nada, el emperador es justo y si llega a pasar algo pondrá por encima a Alysa y entenderá que tus actos fueron indicados —trato de relajarla con sus palabras, pero no estaba logrando mucho
Una sonrisa de parte de la duquesa le dio esa simpleza, esa pequeña entrada de que todo marchaba bien.
—Alteza, levántese, no hay necesidad de llegar a tanto —dijo nerviosa entre risitas
—Por usted soy capaz de hacer hasta el acto más humillante que existe —declaró algo que hizo latir su corazón
Conmovida por las palabras de su esposo, acaricio su rostro con suavidad, deseaba besar esos labios color salmón. Pero se le fue imposible realizar esa acción cuando la puerta de la habitación fue tocada, ambos pasaron a ver el objeto con curiosidad.
Frey se levantó del suelo algo decepcionado, limpiando sus rodillas, luego dejó sus manos en la espalda y no se apartó de Daisha.
—Adelante
La puerta se abrió y entró un sirviente de Bennett.
—Altezas, su majestad el emperador solicita inmediatamente la presencia de la duquesa —anunció el hombre de buen porte
Hicieron un ligero contacto visual, para luego levantarse del asiento e ir con el sirviente.
Giro su rostro un poco para observar a Frey con una ligera sonrisa nerviosa, él reaccionó a ella de la manera más seria posible.
Los dos ya presentian de que se trataba.
«Bennett es un hombre justo, sabrá manejar la situación» pensó Frey tranquilo
Sabía que nada malo podría salir de esa conversación.
***
Todo estaba silencioso en esa oficina, los pasos de Daisha acercándose a Bennett fue lo único que se escuchó en toda la habitación, se sentó con firmeza en una silla de madera con almohadón observando con seriedad al emperador.
No parecía estar feliz, y ya suponía por qué.
La mirada que tenía trataba de intimidarla y por desgracia lo hacía, pero no lo demostraba, mantuvo la compostura en todo momento, hasta que se rompió ese silencio.
—¿Por qué golpeaste a Eileen? ¿Estás consciente de lo que acabas de hacer? Lastimar a una mujer del emperador, espero que te abstengas a las consecuencias
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Editado: 24.01.2024