Falsa perfección

Capitulo 08

Hace seis meses

Me fijo en los papeles en mi escritorio, confirman  mis sospechas.

Muevo el vino en mi copa. 

Lo rojo del líquido me llama a beberlo, lo acerco a mis labios y me dejo cautivar por el olor.

Es una lastima que no lo pueda beber…

Me fijo en mi despacho, el tamaño es decente aunque es muy pequeño para mi gusto.

Es de estilo victoriano,y bonito… aunque no se adapta completamente a lo que estoy acostumbrada.

Me gusta lo costoso. Y esto ni siquiera lo aparenta.

Alguien toca la puerta.

-Es hora- murmuro para mi.

Me acerco al espejo y me fijo en mi aspecto.

Me encanta.

Un vestido completamente rojo resalta mis espectaculares curvas, mi maquillaje, mis tacones todo en mi es… mortal.

Guardo el arma en mi bolso Chanel, mi nuevo juguete. 

Estoy de suerte hoy podría jugar un rato con ella.

Me fijo en mi rostro, unos ojos gélidos me devuelven la mirada y sonrió complacida antes de ponerme mi antifaz.

Escucho el sonido de mis tacos contra la madera del suelo,el aire frío me recibe al salir de mi pequeña cueva.

Subo a mi ferrari y me dirijo a donde será la fiesta…

Tomó los papeles que dejé desperdigados hace unas horas y comienzo a leerlos más a fondo, el viaje pasó rápido.

Al llegar a la mansión me doy cuenta que probablemente debería comenzar a celebrar mis reuniones en lugares un poco más discretos.

Esto es muy llamativo, incluso para mi.

Al ingresar al lugar es inevitable sonreir, todo es tan… pretencioso que me encanta.

Hombres de más de treinta años- con algunas excepciones, aunque muy pocas la verdad- haciendo gala de sus millones, sus autos y sus trajes. Algunos incluso tienen a una joven mujer colgada de sus brazos mientras ellos las presumen como un trofeo.

No las juzgo, es difícil resistirse a los lujos y placeres que el dinero puede proporcionar.

Ellas saben las consecuencias, entonces está bien.

Uno de mis soldados me indica que mi invitado acaba de llegar así que me dirijo a mi despacho para recibirlo como se debe.

Tengo que esquivar a muchos cerdos que se me acercan con la mirada puesta en mi cuerpo, en este mundo había tenido que aprender a ser más tolerante.

No puedo matar a todo aquel que me desagrade, es contraproducente a la hora de negociar con potenciales nuevos socios.

Camino con paso decidido y el mentón en alto hasta llegar a mi despacho, nadie se me acerca.

Los hombres huyen al menor signo de seguridad en una mujer, se lo que valgo y eso me hace difícil de controlar.

Me dirijo a mi lugar  esperando a mi invitado.

A los pocos segundos alguien toca mi puerta y le indico ingresar.

Mi invitado se queda descolocado unos segundos ante mi presencia.

-¿Ocurre algo?- preguntó con la voz dulce y una sonrisa inocente.

-Si, no… Disculpe.

-Una mujer- le cortó- Apuesto que no esperabas que sea una mujer.

Él me brinda una sonrisa nerviosa.

Al principio de todo esto me molestaba que no creyeran que la persona encargada de los negocios sea yo, una mujer; muchos me desprecian al creerme débil. 

Tuve que esforzarme el doble, pero ahora me respetan el doble.

Además, debo confesar que ahora me viene muy bien que siempre que escuchen de Tiburón blanco piensen en un hombre, con el tiempo me di cuenta de la gran ventaja que me otorga.

Me acerco a él y le doy un abrazo, normalmente esto es algo que no haría pero hoy, es una ocasión especial.

El hombre aquí, perdón, mi invitado ni siquiera nota lo que acabo de hacer.Me alejo de él con mis manos en la espalda.

-Disculpa mi descortesía, puedes quitarte el antifaz si así lo prefieres, toma asiento ¿Quieres algo de beber? Tengo un vino exquisito...-

Por un instante pensé en quitarme el antifaz, pero quiero alargar un poco más el juego que implica conocer mi identidad.

Mi invitado se quita el antifaz dejando su rostro al descubierto y toma asiento, tal y como se lo indique.

Es un idiota.

-Estoy bien así, muchas gracias. ¿Puedo saber a qué se debe la invitación?

-Un hombre directo, eso es bueno. Matt-

Pronunció su nombre muy lentamente, saboreando el momento, quisiera alargar más la situación pero tengo asuntos importantes los cuales atender. 

Su rostro palidece al instante, aunque debo aplaudir su inutil intento de cubrir su identidad.

-No se de que me está hablando, mi nombres es Antonny -

Se levanta de su asiento y se dirige a la puerta, pero está cerrada.

Entonces busca su arma en la parte trasera de su pantalón.

-¿Buscas esto?

Le muestro la pistola de 9 milímetros que tengo en mi mano.

Se muestra sorprendido.

-Lo mejor que puedes hacer es tomar asiento, hablemos.

Piensa unos segundos y toma asiento.

Yo  me dirijo delante de donde él está sentado.

Me siento en la mesa con mis piernas en su dirección.

Dejó su arma en mi escritorio y en su lugar tomó mi nuevo juguete del bolso.

Un hermoso revolver calibre 48 de color dorado con unos diseños exquisitos.

-¿Quién eres?- Preguntó Matt

-No estás en posición de hacer preguntas cariño- digo con una sonrisa.

Nos quedamos en silencio unos minutos hasta que él decide romper el silencio, está irritado… y tiene miedo, sabe de lo que soy capaz. Lo ha escuchado.

-¿Vale la pena? Matar inocentes por dinero manchado de sangre, eso solo te hace un mostruo, ¿El dinero no lo compra todo, sabes?- 

Mi paciencia comienza a menguar, borro mi sonrisa.

-¿Inocentes? Por favor, todo a los que he matado se lo merecían, hago el trabajo que los tuyos deberían hacer. ¿El dinero? ¿No lo compra todo acaso? por favor, me lo preguntas a mi cuando tu deberias saber la respuesta aún mejor que yo.-



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En el texto hay: traicion, romance, mentiras y mafia

Editado: 10.03.2021

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