Salió del ascensor y avanzó a pasos rápidos, hasta llegar a la secretaria que al parecer estaba que tecleaba algo.
-Vengo a ver al señor Rodrigo Smith –decía con un gesto desagradable.
-Un momento por favor –agarró el teléfono y asintió –Puede ingresar.
-Gracias, supongo –volteó los ojos y abrió bruscamente las puertas -¿A qué se debe tu llamada? ¿Qué quieres? –soltó con desgana.
-Qué te dije yo acerca de no involucrarte con mis socios, que no te involucres en mis negocios ni en mi vida.
-Wow, los rumores vuelan.
-O accidentalmente lo comentan ¿Qué quieres con Alicia Morrón?
Miró a Rodrigo con una sonrisa ladeada y cambió su rostro mostrando asombro.
-Wow, pero wow, increíble –se acercó y tomó asiento, lo miró fijamente con una sonrisa más ligera y sus dedos tocaban la mesa –Parece como si estuviera envuelta en verdad en un lío bastante turbio, la empresa de mi padre está llena de corrupción, no lo niego ¿Y el tuyo? Parece que cada día vivo en un maldito casino y ahí vivieran los peces realmente grandes –sonrió y golpeó la mesa con sus palmas –Y por si fuera poco, el peor y estúpido apodo es Martin R. –lo miró fijamente y levantó sus cejas -¿Qué me dices Martin? –le provocó y Rodrigo se levantó, rápidamente le sujetó del cuello.
-Parece que no entiendes –amenazó y la soltó –Solo haz lo que tengas que hacer.
-Estás destruyendo a mi padre ¿Qué más quieres?
-¡Deja de verme la cara de estúpido! –gritó y botó las cosas sobre su escritorio –Tus cartas me están dejando en evidencia ¿Crees que puedes jugar conmigo?
-Solo sé que no tengo familia –se levantó de su asiento y se acercó –tampoco tengo un apellido, peor amigos, mucho menos futuro pero sé lo que estoy haciendo y eso me está costando todo.
-Si quieres jugar a eso –la miró fijamente –Lo entro –asintió –Simplemente, yo te atraparé cuando todo esto termine ¿De acuerdo?
-Atrápame si puedes –dijo divertida y empezó a retirarse –Hasta pronto, Rodrigo.
Dio un vistazo a las cosas tiradas y pasó las puertas, se cruzó con una mujer de cabello negro y alta, muy bien vestida y la saludo. Llegó al ascensor y le vio la espalda, era los tacones que la hacían ver alta, tenía una buena figura y algo en ella no cuadraba, al final las puertas se cerraron.
...
Detrás del ventanal comía una gran hamburguesa, sus gafas ocultaban la mayor parte de su rostro, veía a Fabián coqueteando a una chica mientras cargaba su moto, Alison lo tomaba con calma la situación y nuevamente siguió la persecución, siguió a Fabián a una casa de playa y se hospedó cerca de ahí.
-Ya no se escucha mucho de esos horribles casos de jovencitas –comento un señor mientras que Alison ponía ciertas cosas en su maletera de su auto –Hubo un largo tiempo de horror y la policía nunca hacia nada.
-¡La policía jamás haces nada importante! –comentó otro –A personas injustas arrestan y lo último que sale es que están aprovechando su poder, imbéciles.
-Apuesto que la policía es cómplice con ese asesino, tal vez esas jovencitas son parte de una red de abusos, de esas cosas horribles.
-Que inhumano –dijo una señora –Por eso llamo a cada rato a mis hijos, especial a mis niñas, a los varones les digo que no se metan estupideces al cuerpo, espero que me hagan caso o bien les tiro a la calle para que aprendan lo que realmente es vivir.
-Hoy en día la sociedad está perdida, nadie se preocupa, siempre están rodeados de dinero y fuera de eso no importa, malditos ricachones –comentó fastidiado.
Alison soltó una risita y entró a su auto.
Al caer la noche, ella entró a la propiedad silenciosamente, vio a Fabián con la misma chica de la tarde, pero esta vez la chica se encontraba inconsciente sobre un sillón, la desvistió y abusó de ella, mientras que Alison grababa todo, caían sus lágrimas y temblaba su mano, no dejaba de pensar en su amiga Sharon, una simple adolescente.
Cuando todo acabó, dejó a la chica en el mismo lugar pero tapada con unas sábanas y él se sentó frente a ella mientras tomaba. Alison se acercó y deslizó las puertas.
-Vaya, sí que lo disfrutaste, bastardo –dijo detrás de Fabián y lo noqueó con un palo de metal –Pero disfrutarás conmigo más.
Jaló el cuerpo de Fabián hasta su auto y lo ató, entró nuevamente a la casa y rompió todo tipo de evidencia y se acercó a la chica, que al final parecía que gemía y le bajaba el efecto de la droga.
-Hey, hey –llamó Alison y se arrodillo frente a ella.
-¿Quién...? –dijo y gimió de dolor al hacer el más mínimo movimiento –Duele –se extrañó y pareció que recordó -¡¿Dónde está él?! –se asustó y Alison la abrazó –Por favor no me hagas daño –suplicó asustada.
-Tranquila, yo te sacaré de aquí
Pero la chica forcejeaba y Alison trató de calmarla.
-Cálmate por favor, piensa, yo no te haría daño, estoy aquí para ayudarte, más bien, necesito tu ayuda –se alejó y levantó sus manos –Necesito deshacerme de un perro ¿Me ayudad?
La chica se aferró a la sábana, cubriendo su cuerpo y sollozando.
Al rato Alison se dirigía a una chatarrería y apagó las luces.
-Me prometes... -empezó la chica y rompió en llanto –¿No se divulgará ese video?
-Te prometo lo imposible –la miró y negó -¿Qué sucede?
-No es la primera vez –dijo casi en un susurro.
-¿Qué? –se mostró confundida –No te escucho.
-Que no es la primera vez –la miró asustada –Necesito ayuda –suplicó –Por favor, Alison.
-Con tal que me prometas una cosa –ordenó –"Tengo una nueva idea" –pensó Alison.
-Fue un tal Ryan, hace dos años –Alison le prestó atención y frunció el ceño –En una fiesta, en la misma casa de playa.
-Malditos bastardos –guardaron silencio –Pero...
-¿Por qué haces esto? ¿Te sucedió lo mismo o a alguien...? -calló al ver el rostro de Alison -No quise ser entrometida.
-Algo así –admitió y la chica bajó la mirada –Pero se metieron con la persona equivocada, haré lo que esté en mis manos y llevaré al imbécil a la corte, haré que ese monstruo se quede en la cárcel.
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Editado: 22.07.2024