Después de haber tenido largos días de vacaciones, Alison regresó a su oficina y estaba en plena reunión cuando un Ryan desesperado y compulsivo interrumpía la reunión.
-¡Disculpe señorita, no pude impedirlo! –exclamó la secretaria.
-¡Hablaré ahora contigo Alison! -gritó.
-Llamaré a seguridad.
-No es necesario, disculpen por este horrible presente, les agradecería que me otorguen un poco de paciencia y espacio, por favor –pidió y todos salieron.
Al asegurar que todos salieron, ella agarró su celular y tecleó algo, él no espero y la empujó, dejando caer su celular.
-¿Qué mierda hiciste? ¡Que le hiciste a Fabián!
-A mí ni me interesa tu grupito de orgía –tosió al sentir más presión –Ve-vete... -la empujó y ella volvió a toser, al final se rio –Eres un salvaje, Ryan.
-¡Publicaré tú video! ¡Serás toda una puta en internet y tu carrera se truncará!
-Uy, mira como lloro y tiemblo –dijo sarcástica –Pero cómo lo harás, ya no tienes ese video, lo tengo yo.
-Loca de mierda, yo lo tengo ¿Qué tonterías hablas?
-Adivina cómo lo conseguí –le miró fijamente.
-Tú... tú fuiste quién entró a mi casa -le miró con horror –Eso es algo ilegal, Alison, juro que te mataré y acabará lo más pronto posible.
-Yo solo recuperé y luché lo que es mío pero si me entero o descubro ese video rondando por el internet, te enviaré algo especial.
-Eso sí sonó amenaza, Alison ¿Una mujer qué es lo que podría hacer? En serio estás loca ¿Qué me harás? ¿Golpearme con tus manos débiles? ¿Golpear mi auto o insultarme? Típico de mujeres locas como tú.
Se acercó con un gesto de burla pero con sus labios lo hacía un reproche de bebé, estando cerca deslizó sus manos desde su torso hasta su parte íntima de Ryan.
-Mmmm, me trae recuerdos –susurró –Recuerdo el día de la desilusión y de lo poco que he disfrutado –se rio por lo bajo y este se enojó y la empujó, estrellándola contra la mesa, se doblegó de dolor -¿Por qué Ryan? Yo te amaba –sonó dolida y al final le mostró una sonrisa.
-¡Deja tus malditos juegos! –se acercó y le agarró de su ropa -¡Aléjate de mis amigos, aléjate de mi vida y olvídate de todo! –le gritó en la cara.
-Te enviaré un recuerdo de cada uno, no te preocupes, así no los extrañarás –le sonrió muy cínicamente y nuevamente le tiró hacia un lado, chocó contra los ventanales y escuchó gritos -¡Auxilio! ¡Seguridad! –gritó horrorizada y Ryan se acercó determinado.
-No me importa matarte aquí y ahora –se puso encima de ella y levantó su puño, listo para golpearla, sin embargo, entraron los de seguridad y tomaron a Ryan -¡Suéltenme! ¡Suéltenme! –gritó muy enojado y lo sacaron entre gritos.
Al mismo tiempo entraron el grupo de anterior de negociantes y auxiliaron a Alison.
-¡Señorita Alison! –exclamaban cada uno de ellos.
-Yo-yo... -lloraba.
-¡Abran camino! ¡Hay que llevarla ahora mismo! –ordenó uno y entre varios levantaron a Alison –Tranquila señorita Smith, muy pronto la van a atender.
La llevaron entre quejidos hasta una habitación especialmente para emergencias.
...
Le sirvió un vaso de vodka con tres pedazos de hielo y junto a esto un pañuelo lleno de hielo.
-Muchas gracias –dijo Alison, tomó un sorbo de su vaso y agarró el pañuelo llevándolo a su cabeza, dio un pequeño salto –Mierda...
-¿Qué le dijeron? ¿Son graves los golpes?
-Nada lo que se interponga en mi camino, Richard –dijo muy seria y quejó de dolor -¡Mierda! –exclamó con cierto enojo y dolor, bajó el pañuelo hacia su costilla -¿Y qué me informa usted?
-El padre de Ryan, está preparando un juicio especialmente para el sospechoso tras la muerte de su amigo, entre sus sospechosos estás tú junto con pocas e irrelevantes evidencias...
-¿Eso es todo? ¿El poder supremo de sus envidiables abogados? Que estúpido –vaciló.
-Ocultó bien sus pistas, pero nada es oculto, la estarán vigilando...
-Eso está violando mi derecho de espacio personal.
-Lo sé y estoy moviéndolo todo para usted, tranquila, transitará sin la menor preocupación –ella asintió y nuevamente cambió el lugar de su pañuelo –Gracias.
-¿Mandará a todos esos bastardos a la cárcel, verdad? –preguntó con repugnancia y ella volteó a ver una foto de una chica muy sonriente, otra junto con el policía
-No lo dude, aunque ni merecen ir a la cárcel –respondió con simpleza –No lo arrastraré al infierno, eso sí lo garantizo, ellos pagaron lo más mínimo –quedaron callados y el policía se sirvió lo mismo de Alison.
-Por sea acaso ¿Ya averiguó y localizó a algún traficante o hacker? Cualquiera de los dos estará bien.
-¡Ah sí! –dejó su vaso y se levantó enseguida –Casi me olvido.
-Para la próxima no lo haga, por favor.
Regresó con un folder de manila y le entregó.
-Encontré a ambos, gracias por la espera –ella dio vistazo a cada página –No fue fácil, ahí también se encuentra cada detalle de lo que usted ordenó.
-¿Le preguntó por el intercambio?
-Usted dijo que se encargaría.
-Ah sí, claro, mil disculpas –sacudió su cabeza levemente –Okey, no perderé tiempo, pensé que iba a demorar... como un año.
-Lo sé, quería entregarlo cuanto antes.
-Disculpe por el comentario –carraspeó –Gracias, de esto me encargo yo, sigue con tu trabajo.
-Será un placer, Alison –ambos asintieron.
...
El fuego lo consumía, las fotos se arrugaban y se hacían cenizas. Roxana lo miraba desafiante al fuego, quería ganarlo y afrentarlo.
No escuchó la puerta ni la voz de Axel.
-Roxana, ya llegué –avisó.
Axel vio una luz proviniendo de la sala y se acercó curioso, se topó con Roxana sentada de espaldas, en el sillón cerca de la chimenea.
-Ay no Roxana ¿Qué te pasó? –habló y se acercó lentamente.
Mientras ella se sumergía a lo más profundo y oscuro de sus pensamientos.
-¡Si quieres estudiar y vivir cómodamente, más te vale hacer lo que te diga! ¡Entrarás a ese lugar, obedecerás a la dueña, estarás en una habitación y no hablarás!
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Editado: 22.07.2024