10. Papá y Su Muñeco de Plástico.

¡Llego el taxi!  

Mamá se fue y nunca más volvió.

Extraño mucho a Mamá, aunque me he acercado bastante a la cosinera.

Para papá ha sido difícil, el acostumbrarse a mi precencia, a mis ruiditos, el uso de mis juguetes.

Paso más tiempo en el jardín con mi amigo conejito y los peces de colores del pequeño riachuelo.

Se han vuelto mis amigos, mis confidentes me siento más seguro en el bosque cerca de mi tumba.

Ha veses duermo sodre ella así me da compañía.

Papá sigue encerrándose en la ofina con el estúpido muñeco de plástico, cables y luces.

Sigue sin entender que yo estoy aquí, que me quede por él  y mamá. Ninguno lo entendie por eso ahora paso tanto tiempo en el bosque.

Un día papá sale a desayunar y lleva ese montón de hojas apenas bebe café y sale hablando solo.

Que si el circuito y que el trasmizor, que el código, que aquí, que allá, ya casi funciona, que va, que no va.

Que le hará tanto al condenado muñeco ya me da curiosidad.

Con curiosidad asomo mi cabecita por la pared. Como para fisgonear.

El condenado muñeco casi se vuelve loco, las luces se prendían de rojo a blanco y azul de rojo de vuelta y así.

Me asuste muchísimo y salí de ahí  con rapidez.

La nana sinto mi escape, mientras papá gritaba funciona, funciona...

Papá contó lo que pasó a la cosinera quien muy satisfecha dijo a papá. 

-Ahora hijito preste atención a lo que tenga que decirte. El se quiere comunicar con usted. Escuchelo..

Nana le contó sodre el sentimiento de huida y que así se había enterado de lo ocurrido.

No había vuelto a la casa despues del susto que me dio ese muñeco.

En el bosque estaba conforme, tranquilo, sereno con conejito y los peces de colores.

Por las noches dormia en mi tumbita, acompañadito.

Una mañana papá salió al jardín saludo al encargado y luego se dirigió a mi.

-Charlie, Charlie, hijo mi amor. Por favor ven a casa. Te extraño pequeñito hace semanas no vas a casa.

Lo seguí a la casa tomando la distancia.

Esta vez si sentía mi presencia.

Mi padre me dijo que si tocaba al muñeco podría comunicarme con él.

Que nesecitaba saber por qué aún estaba aquí.