Far Love: El Mejor Amigo de mi Hermano Mayor

Capítulo 1

Parte 1: Un Nuevo Comienzo

 

Hoy es un día que marcará un nuevo comienzo en nuestras vidas. Nos estamos mudando de Estados Unidos a la encantadora ciudad de Greenfield, una ciudad con un aire europeo que parece haber sido arrancada de un cuento de hadas. Mi madre, Eun-Ji Lee Kim, es una exitosa empresaria coreana que dirige la renombrada compañía "Eleganza Moda". Mi padre, Marcus David Jones Williams, de ascendencia afroamericana y nacido en Europa, trabaja en la empresa "Tech-Jones", líder en tecnología. Y luego está mi hermano mayor, Henry, un chico apuesto, atlético y mujeriego que siempre encuentra una fiesta antes que un libro. La relación entre él y yo es complicada. Nos amamos, pero siempre ha habido rivalidad entre nosotros.

El bullicio de la mudanza llena la casa mientras empacamos los últimos objetos en cajas. Mi madre, una mujer elegante de cabello oscuro, verifica una lista en su mano, asegurándose de que nada quede atrás. Su sonrisa refleja una mezcla de emoción y preocupación por el viaje que se avecina.

—Hana, cariño, asegúrate de que no olvidemos nada importante —dice, su voz materna llena de ternura.

—No te preocupes, mamá. Tengo todo bajo control —respondo, tratando de ocultar mi emoción detrás de una expresión serena.

Mi hermano, conocido como Henry, siempre bromea conmigo y me molesta de manera cariñosa. Sus ojos traviesos brillan mientras se acerca.

—Hana, ¿crees que podrás sobrevivir sin tu guapo hermano mayor durante todo el viaje? —me pregunta con una sonrisa traviesa.

—Oh, Henry, creo que el espejo te mintió —respondo con una risa, para luego darle un jalón a su cabello.

—¡Mocosa! —exclamó para luego sobar su brazo.

—Jeong-Henry Jones Lee, no molestes a tu hermana— madre siempre al rescate.

Finalmente, llega el momento de abordar el carro que nos llevará al aeropuerto. Los asientos están llenos de cajas y maletas, y la emoción se siente en el aire mientras todos nos acomodamos. El motor arranca, y la casa que ha sido nuestro hogar durante tanto tiempo se aleja lentamente.

El viaje al aeropuerto es largo pero emocionante. La conversación fluye entre nosotros mientras compartimos historias y risas. Mi mente se llena de expectación por lo que nos depara en Greenfield, una ciudad completamente nueva para nosotros.

Finalmente, llegamos a Greenfield un sábado soleado. La ciudad nos da la bienvenida con sus calles arboladas y edificios con encanto europeo. Desde la ventanilla del carro, mis ojos se agrandan mientras observo el paisaje que se despliega ante nosotros. El sol acaricia las fachadas de los edificios de ladrillo, pintando destellos dorados en cada esquina. Los árboles a lo largo de las aceras mecen sus hojas en una danza tranquila, como si nos estuvieran saludando.

—¡Guau, esto es increíble! —exclamo, sin poder contener mi emoción.

Mi madre, sentada a mi lado en el asiento trasero, asiente con una sonrisa.

—Es una ciudad hermosa, Hana. Estoy segura de que te encantará vivir aquí.

Henry, mi hermano mayor, que se encuentra en el asiento delantero, se vuelve hacia mí y lanza una mirada juguetona.

—¿Qué dices, hermanita? ¿Lista para conquistar Greenfield?

—¡Absolutamente! —respondo con entusiasmo—. Pero no sé si Greenfield esté lista para nosotros.

Henry ríe a carcajadas, y su risa llena el carro mientras continúa con su juego de hermano mayor molesto.

Pasamos el fin de semana arreglando nuestra nueva casa, y cada rincón parece ser más impresionante que el anterior. La residencia moderna combina a la perfección elementos clásicos, y no puedo evitar sentir que estamos viviendo en un castillo moderno.

—¡Esto es asombroso! —exclamo mientras recorro los pasillos.

Mi madre, con una expresión orgullosa, me sigue y me muestra la cocina con un diseño impecable.

—Y mira esto, Hana. Dos cocinas en una casa. Tendrás espacio para preparar todas tus deliciosas recetas.

Mi mente se llena de ideas para mi nueva habitación. Imagino cómo decoraré las paredes, qué colores elegiré para las sábanas y cómo personalizaré cada rincón para que refleje mi estilo.

—Voy a tener la habitación más genial de todas —le digo a mi familia con una sonrisa traviesa.

Después de horas de trabajo agotador, finalmente logramos poner orden en cada rincón de nuestra nueva casa. Mis padres y Henry están agotados, pero sus sonrisas reflejan una satisfacción palpable.

—Buen trabajo, equipo —dice mi madre, levantando una caja de cartón vacía como si fuera un trofeo.

Henry y yo compartimos una mirada cómplice y una sonrisa burlona. Siempre hemos sido un equipo peculiar, él con su estilo despreocupado y yo, la soñadora meticulosa.

—Sí, pero no estoy segura de quién tenía la peor parte. ¿Cargar cajas pesadas o escuchar las bromas interminables de Henry sobre las mudanzas? —bromeo mientras me froto el cansancio de los hombros.

Henry rueda los ojos de manera dramática.




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