Viernes, 24 de diciembre de 2021
Esa mañana el doctor Glok se presentó en la sala de reuniones especialmente arreglado. Llevaba el pelo empapado en su colonia habitual y bien peinado hacia atrás.
—Buenos días —saludó en un tono animado—. Después de nuestra primera semana de trabajo aquí, creo que es el momento de que empecemos a intercambiar impresiones.
¿Tiene alguno de ustedes una idea, por muy peregrina que sea, de cómo diseñar un Farmachip? Admito cualquier sugerencia.
Durante unos segundos, Margarita miró suplicante a Ernest y a Ellen. Luego levantó la mano con timidez. Había intentado que fuesen ellos los que expusiesen la idea, pero al final le había tocado a ella.
—¡Qué sorpresa! —aplaudió sonoramente el doctor Glok, mientras la miraba con curiosidad—. Acérquese a la pizarra, por favor.
Margarita se encontraba tan nerviosa, sola frente a la pizarra, que pensó que las piernas le iban a fallar. Con el corazón latiéndole deprisa, cogió un par de lápices digitales de colores diferentes y dibujó en la pizarra primero una bola y la pintó toda de azul. Después dibujó un grupo de bolas y las pintó todas de rojo.
—Ernest, Ellen y yo hemos trabajado durante estos días en una teoría que probablemente es una insensatez. Creemos que hay que diseñar dos tipos diferentes de Farmachip. Uno, al que a partir este momento le voy a llamar <<Farmachip testigo>>, y que lo representa esta bola azul, y otro, al que voy a llamar
<<Farmachip actuante>> y que lo representan estas bolas rojas. La idea consiste en introducir en el torrente circulatorio un Farmachip testigo, afín a la célula sobre la que se quiere actuar, y varios Farmachips actuantes. El Farmachip testigo deberá adherirse a la membrana celular y emitir una señal nerviosa, capaz de activar los receptores de acetil colina. Como consecuencia esto se permitirá la entrada de sodio en el interior de la célula provocando así su despolarización. La apertura de los canales de calcio la aprovecharán los Farmachips actuantes para penetrar en dentro de la célula. En resumen: el Farmachip testigo y el Farmachip actuante deberán diseñarse bajo una serie de premisas:
>>Primero: El Farmachip testigo deberá tener un vínculo con la célula donde queramos ejercer una acción. Lo primero que tenemos que hacer, por lo tanto, es diseñar el vínculo.
>>Segundo: El Farmachip testigo tendrá que poder ser controlado desde un ordenador exterior y, además, ser capaz de atraer a los Farmachips actuantes.
>>Tercero: Los Farmachips actuantes, una vez en el interior de la célula marcada, deberán actuar como si fuesen un virus e integrarse en la cadena de ADN celular. Para ello, deberán penetrar en el núcleo de la célula, antes de que comience la interfase, para poder intervenir en la replicación. Deberemos diseñar, por lo tanto, un vínculo secundario que permita al Farmachip actuante llevar una de las cadenas de nucleótidos idéntica a la de la célula marcada y la otra propia, que es con la que controlaremos finalmente la célula.
Dicho esto, Margarita dejó los lapiceros digitales en la bandeja de la pizarra electrónica y regresó a su asiento con el corazón latiéndole a toda velocidad. Ernest, la siguió con la mirada y, cuando se sentó, los dos se miraron de una manera especial.
Emilio Glok empezó a aplaudir sonoramente y enseguida el resto del grupo se sumó a él.
—Solo llevamos una semana aquí y ya hay en el ambiente una posibilidad. ¡Muy interesante! ¡Muy interesante! —repetía una y otra vez el doctor Glok— ¿Qué opinan el resto de ustedes de la propuesta del equipo de biología?
Nadie contestó nada. Los rostros de la mayoría expresaban desconcierto, cosa que no era de extrañar.
Después de unos minutos de silencio, Rudolf se levantó y se dirigió a la pizarra. Margarita lo miró sorprendida y vio cómo Emilio le enviaba a Olga una mirada de complicidad.
—Cindy y yo también tenemos una teoría. Si aceptamos como punto de partida la propuesta de Margarita, vamos a contar con un Farmachip testigo para cada tipo de célula a tratar y unos Farmachips actuantes para ejercer una acción en la célula marcada. ¿Te he entendido bien, Margarita?
—Sí —asintió ella— con una voz suave.
—Pues bien, Cindy y yo hemos pensado en un sistema que permita desplazar las nanopartículas por el torrente circulatorio. Creemos que podría ser una vesícula esférica, similar a un liposoma, en la que el núcleo sea el nanobot o nanochip. Lo que nos falta por determinar es si nos interesa que la vesícula conste de partes hidrosolubles y liposolubles o si, por el contrario, solo nos interesa que sea hidrosoluble o liposoluble.
—¡Increíble! —le interrumpió Emilio Glok. Estaba tan eufórico que no paraba de removerse en su asiento—. Creo que tenemos un interesante punto de partida y les reconozco que me han sorprendido. No esperaba que ideasen una teoría tan rápido. Bueno, ¿qué opinan? Digan algo —preguntó dirigiéndose a todo el grupo.
—Tendremos que pensarlo con calma —contestó Paul con cara hosca—. A mí todo esto me parece irreal, fantasioso. Si tenemos que imaginar y trabajar en una ficción yo, por mi parte, les seguiré el rollo. Pero de momento, me reservo la opinión, puesto que no la tengo.