El cafetín de la Facultad era bastante amplio, pero la cantidad de asientos a todas luces resultaba insuficiente a la hora pico en que todos los jóvenes tomaban su desayuno.
Había que colocarse en fila, de pie a esperar por un sitio vacío para sentarse.
Sarah conoció a Koshibo sentada en el cafetín.
-Está ocupado? preguntó Koshibo.
-No, puedes sentarte.
El joven tomó asiento con su servicio de desayuno.
-Te observaba desde la fila y noté tu mirada perdida, estabas viendo, pero tu pensamiento está lejos de aquí.
-Se te enfría tu desayuno.
-Soy Koshibo.
Para cuando terminaron de desayunar Sarah sabía que el compañero de mesa estudiaba varios niveles más avanzado que ella, que tenía un pequeño coche utilitario y un hermano estudiante de medicina.
Al hablarle de sus ancestros orientales, Sarah sólo sonrió y le manifestó en forma jocosa:
- ¡No me digas, no se nota, para nada!
Intercambiaron números de móviles y Koshibo quedó comprometido en llamarla para invitarla al cine.
Sarah vivía en el hostal de la señora Beatrice, mismo lugar al que Nicolle estaba a punto de mudarse.
Niccole empacó lo necesario para una estadía de una semana, se despidió de su familia y se fue al hostal donde permanecería de lunes a viernes.
-Bienvenida, ¿cómo dejaste a tus padres?
-Están tranquilos porque dicen que te conocen de toda la vida.
Niccole se instaló en la habitación que Beatrice le tenía reservada, comenzó a desempacar su equipaje y colocarlo en los sitios adecuados al propósito; colocó los textos y libretas de notas en el espacio de la pequeña estantería destinado a tal fin.
Se dio una ducha y luego se sentó con Beatrice a tomar un refrigerio.
Sarah salió de su habitación para la cocina a tomar un vaso de agua.
-Niccole, qué grata sorpresa!
-Hola Sarah, qué gusto de verte, ya estoy instalada
-Y cómo dejaste a Charlotte y tus padres?
-Todos tranquilos, confían en que es lo mejor para mí, para no perder tanto tiempo en los traslados. La renta es pequeña, la pago con ingresos propios que percibo en mi empleo actual.
Sarah se sentó a conversar con ellas.
-Conocí a un chico japonés estudiante en el cafetín. Me ofreció una invitación al cine; cuando me llame te aviso para que vengas con nosotros.
-Es bueno que salgas a distraerte, así te olvidas de tu episodio con Anthony.
Sarah estaba desayunando en la fuente de soda de la Facultad cuando llegó Koshibo a sentarse a la mesa.
-Buen provecho!
-Gracias!
Conversaron tranquilamente durante su desayuno. Al final, Koshibo repitió su invitación al cinema.
-Te llamaré el viernes.
-Iré con una amiga.
-Está bien!
Koshibo llegó el viernes a buscar a Sarah para cumplir la invitación a ver un filme.
Sarah y Niccole subieron y Koshibo puso el coche en marcha.
- ¿Qué tipo de películas te gustan?
-Mejor te digo las que no me gustan: ni las de guerra, ni de vaqueros, ni deportes, ni históricas ni ciencia ficción en lo posible.
- ¿Entonces cuáles quedan?
-Las comedias románticas.
-Estoy para complacerlas amigas!
A la salida del cinema se fueron a una heladería; casualmente allí estaban Kevin y Mauricio.
Se acercaron a la mesa a saludar
-Sí, venimos del cine le dijo Sarah cuando Mauricio le preguntó.
-Ya nosotros vamos de salida, que disfruten su nieve.
Kevin y Mauricio se despidieron y salieron del lugar.
Luego de disfrutar las nieves y malteadas, abandonaron el sitio y Koshibo las llevó al hostal de Beatrice.
-Gracias por tu invitación, la pasamos muy bien
-Que tengas buenas noches!
Reunidos nuevamente los del grupo musical, Mauricio estaba muy serio y cejijunto.
-Ahora es un japonés, dijo.
-Esa chica se las trae, quiere coleccionar de todas las nacionalidades.
Kevin y Vincenzo se reían de él.
A pesar de todo, Mauricio seguía empeñado en la conquista del cariño de Sarah.
-Para el siguiente ensayo, que vengan de nuevo las chicas.
- Vincenzo, estás comisionado para tal efecto.
Éste acató la orden; en su siguiente cita con Natalia le expresó la invitación a que presenciara el próximo ensayo y acudiera con sus amigas.
Editado: 05.10.2021