fascinación

La fiesta oriental

Los padres de Koshibo tenían un negocio de venta de artefactos electrodomésticos; tendrían una celebración y él invitó a Sarah.

Ésta a la vez le preguntó si podía llevar alguna amiga.

-Por supuesto, hasta a dos y tres si así lo deseas; mis padres van a tirar la casa por la ventana para celebrar las buenas ventas del período que termina comercialmente para ellos en esta fecha; pueden venir todas las que quepan en mi coche cuando las pase buscando.

Sarah llegó al hostal muy contenta, de inmediato entusiasmó a Niccole y a Cameron convenciéndolas de ir con ella al agasajo de los padres de Koshibo.

-Tenemos que ir por unos atuendos primorosos porque esos japoneses harán una celebración de primera.

Las chicas entusiasmadas hacían planes imaginarios y fantasiosos con orientales millonarios e imaginando los platillos exóticos que degustaban en esos banquetes las personas originarias del otro lado del mundo.

Seguramente la bebida será saque de arroz y comeremos sushi tempurizado.

Tenemos que resolver los outfits que vamos a lucir para esa ocasión tan especial y original a la cual nunca hemos asistido.

-Georgette es una buena opción para asesorarlas con el estilo que pueden llevar para ese evento; la conozco desde la preparatoria y estoy segura que si van conmigo les hará un gran descuento, adujo Beatrice.

Quedaron de acuerdo en ir con ella al taller de modas de Georgette.

Llegó el ansiado día del banquete oriental, como le decía Beatrice a las chicas.

La emoción de lo desconocido las embargaba al igual que la curiosidad por asomarse a un mundo con un estilo de vida diferente al que solían conocer.

Al entrar al local, quedaron deslumbradas del derroche de lujo, buen gusto y exotiquez del decorado del ambiente.

Toda una fantasía de fábula del oriente.

Sin embargo, la música tenía diversidad entre los clásicos japoneses y la actual juvenil para que los jóvenes bailaran, cada una en ambientes separados; los adultos japoneses en su salón clásico y la música popular en el otro salón.

Las jóvenes se sentaron en una mesa del salón donde estaba la pista de baile occidental.

Koshibo invitó a bailar a Sarah; y un joven de los invitados, muy guapo hizo lo mismo con Niccole.

Cameron no permaneció sola por mucho tiempo; al rato estaba también en la pista disfrutando del buen momento musical.

Degustaron de todos los exquisitos platillos nacionales e internacionales del ágape y de las exóticas bebidas que frecuentemente repartían los mozos.

-Joseph Urquiola es mi nombre; y trabajo en la internacional que distribuye los productos que venden los padres de Koshibo, fueron las palabras de despedida del joven que bailó con Niccole durante el tiempo que estuvieron en el evento; intercambiaron teléfonos y el joven quedó comprometido en concertar una visita al hostal de Beatrice para continuar viendo a Niccole.

-Demasiado buena esa rumba japonesa!

-Disfrutamos de lo lindo!

-Así es que necesitamos unos cuantos amigos, que nos inviten a buenas fiestas!

Eran los comentarios de las chicas narrando a Beatrice, que se había levantado al sentir su regreso al hostal.

-El que bailó con Niccole está de rechupete de lo guapo; es un rubio oji azules con cara de actor norteamericano, pero bello, bello.

-Se llama Joseph y es empleado de una filial, viaja mucho a varios países en representación de la empresa; me repicó a mi móvil para que hablemos en estos días.

-Koshibo no dejó de bailar con Sarah y Joseph igual con Niccole, en cambio, yo bailé con muchos chicos muy simpáticos todos, creían que yo pertenecía a alguna sucursal de la empresa como empleada.

Joseph Urquiola llamó a Niccole para invitarla al cine; estaba interesado en conocerla mejor.

Todas las chicas que residían en el hostal quedaron deslumbradas por lo apuesto del joven.

-Qué bien que te haya tocado como pareja de baile ese caramelo!

Niccole sólo sonreía; Cameron se fue con ellos a disfrutar del filme que Joseph había seleccionado para ver; era muy interesante éste, se trataba de una excursión tipo safari donde en medio de la jungla se quedan sin combustible y mientras esperan que los auxilien los encargados del sitio, las fieras asechando a los integrantes de la comitiva, se los iban comiendo uno por uno porque trataban de buscar agua para tomar pues se les había agotado.

-Mucho suspenso y terror! dijo Niccole.

-Tomaremos algo de camino antes de dejarlas en el hostal para que se les pase el susto.

-Sin embargo, me gustó mucho esa película, era muy emocionante del principio hasta el fin.

Luego de tomar algo en la refresquería, llevó las chicas a su residencia.

-La semana que entra debo irme a Panamá por asuntos de la empresa, así que nos vemos a mi regreso.

Beatrice, siempre atenta con todas las chicas residentes del hostal, las recibió con un delicioso chocolate caliente en la cocina.




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