Francisco Joaquín tomó la decisión de alejarse de Raiza escurriéndose astutamente con la esperanza de que las palabras de Charlotte fueran ciertas; empezó a acompañar a Niccole a la fuente de soda de la facultad donde estudiaban ambos; no la dejaba sola ni a sol ni a sombra.
Ella empezó a creer lo que le había dicho la hermana y se convenció que el joven era sincero y estaba realmente interesado en ella.
Una tarde de sábado, estaban Francisco y Niccole en el living hasta que llegó el momento de marcharse. Ella le acompañó hasta el hall de entrada para despedirle.
De improviso, vino el acercamiento, sintió el abrazo suave y no pudo ni quiso rechazarlo. Era lo que había deseado desde hacía algún tiempo. Sus labios se acercaron simultáneamente y el amor contenido hizo lo demás.
Fue un beso muy dulce, el primero para Niccole; tal como lo había imaginado en su fantasía desde que leía historias románticas de héroes legendarios que marchaban a la guerra dejando atrás un amor y cuando regresaban, la amada había esperado porque ambos no habían podido olvidarse a pesar de la distancia y el tiempo transcurrido.
Editado: 05.10.2021