fascinación

Cameron se siente enamorada

Cameron disfrutaba de la visita de sus padres que vinieron de improviso por la proximidad de su cumpleaños.

-Serán dos celebraciones juntas, tu cumpleaños y tu mudanza al piso.

-Has estado mucho tiempo aquí sola, tu padre y yo venimos a pasarnos un tiempo contigo.

Luego de desempacar, la madre se acomodó junto a ella en su habitación.

- ¿Qué me cuentas de nuevo hija?

Cameron le hizo confidencias sobre el chico que le gustaba, que había venido varias veces a ver películas con ella y le contó lo de la excursión a la montaña y el paseo a la isla con más detalles de los que le había chateado por el móvil.

-Me agrada ese chico, es ecologista como yo, amante de la naturaleza, le gustan los clásicos del cine, en fin, tenemos muchas cosas en común.

- ¿Y él, crees que sienta lo mismo que tú, te ha pedido que seas su novia?

-Creo que le agrado mucho también, estudio con su hermana Rosemary, pero no nos habíamos tratado a fondo antes.

-Imagino que está esperando a estar más seguro para lanzarse.

Era la conversación entre madre e hija.

Al día siguiente, Cristopher la llamó al móvil.

-Esta noche llevaré una película que estoy seguro que te va a gustar, se trata de la batalla en un fuerte, El Álamo, es un western clásico, protagonizado por uno de los míticos del cine: John Wayne, basada en hechos de la vida real, cuando la guerra de los texanos y los mejicanos.

-Mis padres están de visita, así los conoces.

Todos se sentaron en el living a disfrutar de la película.

Al final, cada uno dio su opinión y comentarios.

Al despedirse, Cameron fue a acompañarlo hasta la puerta.

-Me agradan tus padres.

-Qué bien, estarán conmigo para celebrar mi próximo cumpleaños.

- ¿Estoy invitado?

- ¡Por supuesto!

-No me dejaste terminar la frase: Me agradan tus padres, pero más me agradas tú.

-Ella se sonrojó.

-Eso es precisamente lo que me gusta de ti.

Cameron se sintió como cogida en falta.

Él le puso sus manos en los hombros y la acercó más hacia sí.

Ella permaneció muy quieta hasta que sintió los labios posándose suavemente sobre los suyos.

Luego la tomó por la cintura y la apretó más fuerte contra su pecho.

Cuando la soltó ella no podía pronunciar palabra al despedirse, ella sólo balbuceó un “hasta mañana”.

La mamá le preguntó:

- ¿Acaso viste un fantasma? Estás demudada.

- ¡Me besó mami, me besó, en verdad le gusto!

- ¡Me trajeron buena suerte con su venida!

Cameron se sintió como la dueña del mundo en ese momento.




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