fascinación

La imaginación de Natalia

Natalia se sentía muy a gusto en su recién estrenado trabajo; pero su corazón no lograba restablecerse de las heridas ocasionadas por Vincenzo; a pesar del tiempo transcurrido, a pesar de haberse sentido burlada, traicionada y humillada, ella sentía o creía que aún lo amaba; sin embargo, seguía actuando como si no tuviera un dolor profundo de un desengaño amoroso; nada la hacía aparecer como una persona amargada.

Se preguntaba con curiosidad qué pena de amor tendría Octavio Vieira que siempre lucía tan malhumorado,

-Habrá sufrido un desengaño amoroso como yo, tal vez por eso es tan irónico y se burla tanto de los demás, pareciera que destila mucho rencor acumulado en su corazón. Tal vez necesite de alguien que le demuestre que no todos somos malas personas, que también hay gente noble.

Comentaba este asunto con Charlotte por el móvil.

- ¿Por qué te interesas tanto en saber lo que acontece en las interioridades de ese tal Octavio?

-Porque siento que tiene una gran pena de amor y la esconde tras su máscara irónica, burlona y despectiva.

-Tal vez tengas razón, pero no es tu asunto, no te metas en profundidades. Concluyó Charlotte como consejo.

Esas palabras cayeron en saco roto, pues ya Natalia se había fijado la meta de apoyar a Octavio Vieira para que restañara las supuestas heridas de amor según su mente calenturienta.

La oportunidad llegó un día en que después de la salida del trabajo, se reunieron varios compañeros en una disco para la celebración del cumpleaños de uno de ellos.

Natalia se dispuso a buscar conversación a Octavio para indagar acerca de su supuesto sufrimiento.

Después que él se había servido unos cuantos tragos, Natalia pensó que era el momento de hurgar en el alma de este joven que debía haber sido herido igual que ella.

- ¿Alguna vez has sufrido por un amor?

Octavio la miró como quien ve a un extraterrestre y rompió a reír estruendosamente.

Natalia no se conformó con esa reacción y se adelantó a confesar sus sentimientos; pues a mí sí me dejaron; el amor de mi vida; ha pasado tanto tiempo desde que me dejó sin darme una explicación que ya mis brazos se cansaron de esperarlo. Él se marchó y por más que intento, no he podido olvidarlo.

-Creo que te has equivocado de guion melodramático, eso no me pasa ni me pasará a mí jamás, porque no creo en el amor desinteresado. Mi filosofía consiste en que nadie da nada a cambio de nada, fue la respuesta prepotente del joven ante el interrogatorio al que lo sometía Natalia. 

Ella sintió vergüenza, por andar metiéndose en lo que no le importaba de la vida de los demás, pero también intuía que a ese chico lo atormentaba algo que no era sano que tuviera como una espina de amargura enterrada en el alma, así que se trazó una meta. 

-Redimirlo, pero te has vuelto más loca ahora que ya salimos de la universidad, acuérdate del sabio dicho popular de ir por lana y salir trasquilado, fueron las palabras de Charlotte cuando Natalia le comunicó sus planes. 

-Es que ese chico me inspira como una ternura, lo veo e intuyo que tiene un sufrimiento, sólo que no sé a qué se debe ese tormento, y me gustaría ayudarlo a que sane esas heridas que le agobian, no sé, pero él tiene que ser muy tierno, recuperar lo que debe haber sido en su infancia. 




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