Raquel fue al control del médico y mediante el ecosonograma, éste supo que el embarazo se trataba de una niña.
Ella estaba muy feliz por la grata noticia, pero observó la desilusión en la cara de Jean Paul; lo atribuyó a que para la mayoría de los hombres es un deseo oculto que su primer hijo sea un niño.
De allí en adelante, notó un cambio de actitud en él; ya no venía a la mansión con la misma asiduidad; siempre argumentando que tenía reuniones y juntas de consejos empresariales, mientras ella sólo tenía acceso a conversar en persona con la servidumbre; con su familia y amigas, era solamente por el móvil en videoconferencias. Todo el tiempo estaba encerrada en la enorme mansión, sus salidas para el centro de la provincia se limitaban a las citas médicas para el control de su embarazo, que afortunadamente marchaba perfecto, como era de esperarse.
El chofer obedecía al pie de la letra las órdenes de Jean Paul; si la llevaba a un lugar, no se podía salir del itinerario; si ella en forma espontánea le pedía que la llevara al hogar de sus padres, se limitaba a decirle que eso no estaba en lo pautado para ese día por el señor; mucho menos pedirle que la llevara a visitar a cualquiera de sus amigas.
Por otro lado, Jean Paul no la tocaba para nada cuando iba a pernoctar a la mansión, ella se decía internamente que tal vez porque su imagen no era nada seductora debido al embarazo y a él no le apetecía.
Editado: 05.10.2021