Han pasado 4 meses desde la invocación de Artoria Pendragon, y el muy infeliz duerme tranquilo en un hospital y despierta solo de vez en cuando, no sabe lo que tuvimos que pasar para salir del radar de El_Melloi y su asistente, pero más en el hospital, suerte que ya lo conocen por su experimentos explosivo por ser un alquimista.
Me dirigía con Ozymandias hacia el hospital pero algo nos intercepto, que bien, solo es nada más Grey, la asistente de El_Melloi, ciertos días atrás le tiene idea a Ozymandias, que en su fachada se llama Ramses II
-Sr. Gale, Sr. Ramses II ¿cómo les va? ¿Van a visitar al Joven Midas? –dijo de forma cortes sin dejar de ver a Ramses
-(Que mujer más problemática…) Obviamente, soy como su asistente en todas los experimentos, ver que ese idiota este bien seria como mi trabajo
-¿Asistente? –dijeron al mismo tiempo Ramses y Grey
Eso me hizo pensar en la mentira que dije y solo agite la cabeza para seguir caminando pasando por un lado junto con Ramses, pero fue más una mala idea, que un escape, ya que despertó más la curiosidad de Grey a Ozymandias
-Una pregunta, Sr. Ramses ¿Cómo termino un mago de Egipto en la ayuda de los experimentos de estos señores?
Rayos, eso nunca me lo esperaba el que tenía esa excusa es Midas pero yo no podía responder tan rápido, este solo se volteo colando una mano en su bolsillo
-Los inútiles, siempre serán inútiles, pero tienen buenos resultados, los estudios de Alexander Midas con la alquimia son interesantes, así que quise mostrar mi ayuda a los novatos
Esa respuesta ni Midas la fuera sacado de esa forma, después de eso está solo se despidió gentilmente de Ramses y seguimos nuestro camino al hospital. Allí dentro era otra escena de intentar una cita con el servant tras otra, enfermeras, doctoras y visitantes se quedaban viendo el cuerpo fornido de Ozymandias y sin pensar la cara de estrella de cine, a mi parecer tienen razón, tanto con sus ojos y color de piel resaltaba en cualquier sitio
-¡MUEVETE, OZYMANDIAS! ¡DEJA TUS ACTOS SEXUALES EN OTRO MOMENTO! –dije en forma de que le diera pena a la chica que le estaba intentando a invitar a salir
-Jajaja Tranquila, ignora al pobre plebeyo, que tal si en otra linda tarde podemos hablar más sin interrupciones
La chica con esa palabras le hicieron ruborar toda la cara que saco su teléfono con dificultad que se le resbalo de las mano, pero Ozymandias lo atrapa y lo coloca con delicadeza en sus manos, dejando anotado en la tapa su número (¡¿Cómo mierda lo hizo?!) despidiéndose de ella con un giño para seguir nuestro camino
-¿Cuándo vas a dejar de usar mi teléfono para seducir?
-¿CELOSO? –dije este con una esbozante sonrisa de superioridad ante mi
Ignore lo que dijo chasqueando la lengua hasta llegar al cuarto de Midas, cuando entramos se encontraba la linda Servant sentada con las manos en sus muslos y con los ojos cerrados, la dulzura de la tranquilidad de la chica que emitía le daba honor a su nombre, finamente su cabello recogido le daba a ver su perfecta piel blanca, cualquier hombre que le ve no dudaría en invitarla a salir
-Se nota que es de la realeza…
Tenía un fino vestido de color rojo carmesí, con encajes dorados y detalles de color blanco, parecía una princesa pero no sé porque llevaba esa vestimenta aunque se le veía bien
-¡FIIIUUU! ¡Que linda! –dijo Ozymandias no muy alto cuando vio a Artoria ¿También iba filtiar con ella?
-¡EJEM! –Aclarar mi garganta hizo que la chica prestara atención a nosotros por unos minutos, el estúpido de mi compañero estaba acostado en su cama aun durmiendo – ¿Cómo sigue la tontería de humano que llamo compañero?
-esta al escucharme solo desvió su mirada volviendo a su posición de hace un momento –Despertó hace unos 20 minutos, pero la sanación de sus heridas lo tiene muy cansado.
-¿Han venido personas a preguntar sobre?
-Hace unos minutos vino una joven llamada Grey, pero al no encontrarlo en estado estable para conversar solo se retiró de forma cortes
Nos quedamos un rato en la habitación, como no sabía mucho de Artoria intente establecer conversación con ella pero se limitaba a responder con la cabeza o con monosílabas, lo cual me irritaba de toda las mujeres cuando estaban así, en ese momento Midas despertaba quitándome un peso de encima
-¡Hola, bella durmiente! ¿Ya tuviste tus sueños…? –no seguí hablando porque con la explicación de mis manos era obvia
-¿Dónde está mi beso de buenos días? –dijo este con una sonrisa
-¡OH! ¡CIERTO! –cuando dijo eso me quite parte de la venda de la mano izquierda apuntándolo con mi mano abierta acumulando mana -¿Con o sin lengua?
Era el mismo chiste de siempre hasta sentir una lanza en mi cuello a una velocidad fugaz, lo cual subí mi mirada con seriedad viendo que era Artoria, subiendo una ceja como mí pidiendo una explicación
-Quita la mano de mi Master…
-Hummm… ¿Amor a primera vista? Que interesante… -dije con un tono serio quitando la mano de Midas viendo a Ozymandias - ¿Me sorprende que puedas defenderme?
En el otro lado se encontraba Ozymandias con mana acumulada en su mano apuntando la cabeza de Artoria con intenciones de hacer daño sin pensar
-Creo que deberías bajar esa lindo juguete y retirar tu arma también, Artoria –dijo Ozymandias muy serio escuchando mi pregunta se limitó a verme –Puede que seas un simple plebeyo, pero a fin de cuentas te necesito vivo.
La tensión estaba al límite en la habitación no retrocedía de la lanza de Artoria, ella tampoco la retiraba y menos Ozymandias disipaba el mana de su mano, un leve movimiento en el vestido de Artoria nos hizo mover, era Midas con cara de miedo viendo a Artoria y al mismo tiempo a todos en la habitación
-¿Podrían dejar de llamar la atención? ¡¿Les recuerdo que si nos descubren todo acaba?! –dijo este muy altero pero no por nervios, si no como un regaño hacia todos
Artoria desapareció su arma, lo que hizo que Ozymandias disipara el mana de su mano, yo me cubría la mano de nuevo, estando sentados todos de nuevo
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Editado: 11.09.2019