Fate's Ashes

Capítulo III

La Mansión del general Ling volvió a ser lo que era. Desde la llegada de Ling Yue hace dos semanas, todos habían contribuido en la reconstrucción del lugar y por fin, los rastros del desastre desaparecieron por completo.

Yue se despertó sintiéndose ansiosa. El día de la ceremonia, para elegir a los 15 humanos, había llegado. Este hecho significaba que iban a tener la oportunidad de aprender sobre el cultivo espiritual, en la montaña Qian Kun, que significaba "Cielo y Tierra", guiados por los dioses. Este lugar, era el punto de unión entre el reino celestial y el reino humano, un sitio sagrado y oculto en el que solo los elegidos podían entrar.

La chica se preparó para la prueba del oráculo con nerviosismo y expectación. Sabía que era una oportunidad única en la vida, y que podía cambiar su destino para siempre. Quería ser elegida y aprender el cultivo espiritual con el reino celestial. Estaba ansiosa por tener la oportunidad de seguir los pasos de su padre y su hermano, y hacerlos sentir orgullosos de ella. Desde pequeña había anhelado poder ser útil para ellos y para el mundo.

Pero también tenía miedo. Miedo de no ser elegida por el oráculo, y que todas sus ilusiones se hicieran añicos. De ser suficiente para ser elegida por el artefacto, y de enfrentarse a un camino desconocido y peligroso. Sin embargo, a lo que más le temía era a lo que el rey demonio podía pedirle a modo de pago.

Ling Yue trató de alejar sus temores, sus inseguridades y concentrarse en su objetivo. Una doncella entró a su habitación y la ayudo a vestirse con la ropa que su madre le había dejado en la habitación. Aunque no estuvo de acuerdo con la decisión de su hija, le dio la oportunidad de ir y hacer la prueba, y eso para la joven era realmente algo significativo.

La chica se miró en el espejo de bronce. No se reconocía a sí misma con aquella ropa tan diferente a la que solía usar. Llevaba un hanfu blanco, con bordados de crisantemos y grullas, que le cubría todo el cuerpo del vestido de forma suave y elegante. Debajo, podía sentir el zhongyi blanco, que le daba una sensación de calidez y seguridad. Y sobre los hombros, la envolvía un pao verde, que le daba un toque de color y elegancia al atuendo. Se preguntó si aquella ropa le traería suerte en la prueba del oráculo de sangre, o si solo era una ilusión.

Cuando su sirvienta termino de peinarla con un bonito semi recogido, luciendo un shengguan rojo, con perlas y plumas que le caían sobre el cabello negro. Se sintió bonita. Distraídamente, dio un vistazo sobre la mesita del tocador y sus ojos se toparon con su muñeca, encontrándose con la marca que Xuan Jin le había dejado.

No podía dejar que nadie la viera.

Rápidamente, se puso la pulsera de jade, un regalo de su abuelo paterno, para ocultar la marca. Durante los últimos días no había podido evitar pensar en la historia que había escuchado en el palacio de sangre. Aunque había luchado contra sus pensamientos y dudas, había estado lejos de sentirse tranquila.

Una vez que estuvo lista, puso su mejor sonrisa, saliendo de su habitación. A los pocos minutos, llego al patio principal, donde la esperaban su familia esperándola para partir. Su padre llevaba una armadura dorada y una capa roja, que representaban su poder y su valor como el General Ling del reino de Cheng. A su lado, su hermano llevaba un hanfu verde de tela delicada, que realzaba la espada plateada que llevaba en su mano, dándole un aspecto maduro. Y finalmente su madre, quien llevaba un hanfu azul con detalles en plateado, que lucia elegante y sobrio. Sin lugar a dudas era la digna esposa del honorable general de la nación.

Yue se acercó a ellos y les saludó con una reverencia, mostrando respeto.

—Padre, Madre, hermano —saludo ella con voz firme —. Estoy lista para la prueba.

Su padre le sonrió con orgullo y le acarició la cabeza.

—Estoy seguro de que lo harás bien, Yue —le aseguro él con cariño —. Eres mi hija, y tienes mi sangre. El oráculo te elegirá, y te convertirás en una gran cultivadora espiritual.

Su hermano le sonrió con confianza y le tomó la mano.

—Estoy seguro de que lo harás bien — dijo él con dulzura —. Eres mi hermana, y tienes mi apoyo. El oráculo te elegirá, y te ayudaré con todo lo que sé sobre el cultivo espiritual.

La muchacha miró a su madre, quien permanecía en silencio. Sabía que no estaba de acuerdo con que ella hiciera la prueba, pero a pesar de eso, estaba lista para apoyar a su hija.

— ¿Madre?— pregunto ella, tomando las manos de su madre con una sonrisa en sus labios.

—Lo harás bien, estaremos ahí para apoyarte con orgullo, sea cual sea el resultado — le aseguro, apretando sus manos.

Al los pocos instantes, la familia Ling comenzó su recorrido hacia el palacio del emperador de Sheng, donde se realizaría la prueba del oráculo. El templo era un edificio majestuoso y sagrado, donde se rendía culto al emperador humano y a los dioses del reino celestial. El edificio estaba sostenido por columnas de mármol, mientras estatuas de oro puro y pinturas en seda, dejaban en evidencia la riqueza de la familia real.

Este día en particular, el lugar estaba lleno de gente: los candidatos a la prueba, los familiares y amigos de los candidatos, los ministros y generales del emperador humano, y los enviados de otros reinos humanos. También iban a estar el emperador celestial y su emperatriz, en conjunto con los principales dioses encargados del cultivo.



#4893 en Fantasía
#10348 en Novela romántica

En el texto hay: fantasía romance xianxia

Editado: 21.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.