Elena tomó una rutina de que calcular la hora en que llegaba a casa, y por la ventana del departamento me veía estacionar la moto y lo que ella hacía era cerrar la llave de gas de mi departamento, para cuando yo me diera cuenta salir y abrir la llave, un par de veces me enojé y fui a tocar la puerta y hablar para ver qué pasaba, no sabía que era Elena y siempre peleaba con Gaby, bueno al menos las primeras veces.
Gabriela y yo tomamos como excusa para vernos, había veces que salía sin camisa para “abrir la llave del gas” y otras veces que me olvidaba y tenía que salir de la ducha para abrir la llave y bañarme con agua caliente.
Ana se había dado cuenta de eso, y para llevarle videos de lo que yo estaba haciendo, empezó a grabar aquellos acontecimientos y así mostrarle a Danna.
Visité a Danna un par de veces, ella aún no sabía nada de lo que yo estaba que pasaba…
Una noche Gabriela me contó que iba a salir con su novio a un concierto el 24 de marzo del 2017 (el que yo estaba organizando con mis amigos) no la iba a poder ver, cuando empezó el concierto vi cómo ella estaba feliz con su novio, yo decidí retirarme de ahí y mis amigos se quedaron a cargo de todo.
Mientras me encontraba con Alex y Edward viendo lo bien que nos estaba yendo en el evento, una llamada me brindó gran alegría y de inmediato al colgar al ver mi alegría:
Yo había ahorrado por años para poder comprar una casa para mi mamá, con todo lo que ganamos gracias a ese evento, pude hacerlo y fui a ver aquella casa, mientras la recorría, pensaba en todo lo malo y lo bueno que nos había pasado a mamá y a mí.
El dueño de la casa veía mi emoción mientras me mostraba cada habitación, también notó parte de tristeza y decidió preguntar:
Ambos soltamos carcajadas, la plática terminó y quedamos en hacer el contrato la próxima vez que el venga.
Decidí regresar al departamento, alrededor de las 7:30 pm, cuando iba de camino vi un grupo de 4 chicos rodeando a una niña y para mi sorpresa, era Elena, no pensé ni un segundo, detuve mi moto y fui a encararlos, me armé con lo primero que encontré, que fue un palo de madera.
Cuando grité para que la dejaran tranquila, dos de los chicos se lanzaron a atacarme, pero reaccioné golpeando a uno con aquel palo y arrojando al otro sobre una pared, al ver esta acción uno de los chicos corrió y el otro me amenazó con un cuchillo.
Mi enojo y rabia era grande que no me importó aquello, y lo encaré de igual forma, le arrebaté el cuchillo y lo golpeé demasiado, luego que me sentí tranquilo, lo dejé, pero quedó inconsciente.
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Editado: 01.11.2018