Felicity: Una Niña Maravillosa

La presentación

Entramos por una enorme puerta de madera, aquel lugar era enorme y en cada pared se podía observar distintas fotos de los antiguos monarcas.

Enormes sillones de piel de animales se mostraban alrededor de una gran chimenea y en el suelo la piel de un gran oso negro se mantenía como una alfombra.

-Pasa Yeltzin, toma asiento- me señaló el rey

Subí a uno de los grandes sillones con dificultad, eran tan grandes que mis pies quedaban colgando.

-¿Tienes hambre?-me preguntó el Rey

-No… comí algo con Peé

-Eso no debió ser una comida… tráiganle algo de comer y de beber a la reina- le ordenó a dos mujeres que se encontraban en la sala

-De verdad no es necesario.

-¿Cómo fue que llegaste aquí Yeltzin?, ¿Qué fue lo que ocurrió?

-Disculpe su majestad pero yo no soy Yeltzin, me llamo Felicity y no sé cómo llegué a este lugar.

-Mira, sé que esto es muy extraño pero estoy seguro de que eres tú… tu padre era mi tío abuelo. Yo soy tu tío, Yeltzin.

-¿Cómo te llamas?- pregunté

-Soy Dalkar y ella es mi esposa Armeris, durante años hemos esperado tu regreso. ¿Ves esa foto que está ahí?- Señaló una enorme foto que estaba arriba de la chimenea, en ella se encontraba una mujer y un hombre con un bebé en brazos.

La piel se me congeló al mirar que aquel bebé era idéntico a mí cuando era pequeña, los mismos ojos, la misma nariz, el cabello ondulado y claro.

-Esa eres tú junto a tus padres… El rey Balzar y la reina Xoxnet.

-¿Cómo fue que llegaste aquí?

-Yo… yo no lo sé, me encontré aquel libro tirado y cuando lo leí fue que llegué a este lugar, no recuerdo cómo fue o cómo pasó.

-¿Libro?

-Sí, este libro. Saqué el libro y se lo mostré al Rey

-Esto es imposible, este libro no pudo haber llegado a tus manos, ese libro se encuentra resguardado en la biblioteca del castillo- respondió sorprendido

-Ni siquiera pude leerlo, apenas lo abrí y todo se tornó confuso, ¿Qué tiene este libro?

-Este libro fue escrito hace años, nunca supimos quién lo escribió pero narra una profecía o como lo quieras ver. La profecía de que la reina regresaría a su lugar de nacimiento, que la luna estaría fuera hasta que las dos pudieran reencontrarse y al fin la reina Xoxnet pudiera descansar en paz.

-Creo que nos estamos apresurados, amor- respondió la esposa del rey- Quizás esta niña hurtó el libro

-Eso es una tontería Armeris… nadie puede entrar al castillo y mucho menos a la biblioteca del reino.

-Estoy muy confundida, me contaron la historia del brujo malvado, ¿por qué él no es el actual rey?

-El rey murió hace años… en algún momento la vida tenía que cobrarle todo el daño que le hizo a nuestra familia. Y de un día para otro su cuerpo fue encontrado en su alcoba. El único familiar directo de tus padres era yo así que tomé el reino.

Pero ahora que has vuelto tú eres la reina legítima y al momento en que tú cumplas 17 años podrás al fin tomar tu reino.

-¿Qué?, yo no sé ser una reina

-Se te enseñará a serlo

-Dalkar, es solo una niña no es momento de hablar cosas que aún no pasarán

-Ella tiene que saberlo, tiene que saber cuál es su lugar en este reino.

-Su majestad- entró a la sala aquel hombre del enorme caballo

¿Qué ocurre Hesmish?- volteó a mirarlo el Rey

-El reino está un poco más calmado… la gente se encuentra emocionada y no para de celebrar la llegada de la niña.

-Así debe de ser, el día de mañana presentaremos a Yeltzin ante todo el reino.

-Si me deja dar una opinión su majestad, creo que es un poco precipitado.

-Patrañas, lo haremos así, ella es la verdadera Yeltzin no cabe duda. Ahora si nos permites estamos hablando de algo importante.

-Por supuesto, con permiso- contestó mirándome fijamente a los ojos

-¿Quién es ese hombre?-pregunté

-Es familiar de mi esposa y guardia del reino.

-Quiero que Peé esté conmigo…

-¿Quién es Peé?-

-El cuidador del bosque, quien me trajo al reino. Quiero que esté presente mañana conmigo.

-Guardias- gritó el rey

-Dígame su majestad- llegó otro hombre un poco más delgado y bajo de estatura

-Quiero que me traigas al cuidador del reino, dile a las costureras que necesito le hagan un vestido a Yeltzin para mañana y a la criatura le hagan una vestimenta formal.

-Claro que sí señor- el hombre salió apresurado de la sala de estar

-Sin más por el momento ve con  Armeris a que preparen tu vestido.

El rey se hincó ante mí y me miró a los ojos



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En el texto hay: fantasia, magia, amistad

Editado: 19.07.2021

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