La gente es indiscreta, escogen el momento preciso para recordarle su ausencia; los vieron tan enamorados que cometen el error de preguntar por él.
Parece que lo hacen a propósito a veces; no saben, no conocen, no entienden, no aprenden a dejar las vidas pasar.
Y aparece alguna lágrima discreta con tanta pregunta inoportuna.
No quiere que le pregunten por él.
Tiene el alma partida y la mirada perdida desde que él se fue.
Él ya no quiso seguir.
Ella está hecha pedazos persiguiendo sus pasos.