Fictober 2020 (drarry)

Fantasma

Harry sujeta su miembro bajo el agua y lo hace sintiendo la culpa y el auto desprecio golpearlo. La sensación placentera lo llena de golpe así como el alivio lo inunda. El agua llena de sales aromatizantes no hace si no enfatizar esa sensación de placer que lo recorre, así como el agua hirviente que lo traga y relaja sus músculos. Empuja la mano porque no puede evitarlo, lleva deseando eso, llevada anhelando desde que salió del campo de Quidditch y vio a Malfoy montarse en su escoba. 

Su cabello largo recogido en una coleta ajustada y tirante,el largo y fino cabello casi plateado meneandose a su pasó despreocupado y cadente. Harry gime y aprieta los ojos porque ya estuvo bien, ya no puede y carga esa erección desde que se metió en las duchas y se mojó con agua helada. 

Gime y recuesta la espalda en la amplia e increíble tina de los preceptos. Estira las piernas, siente como sus músculos vuelven a protestar pero de sus labios solo un sonido placentero brota. 

Ron le dijo que fuera a darse un chapuzón, que estaba cansado, Hermione lo miró perspicaz pues ella sabía que no estaba lo suficientemente casado para que eso fuera un problema. Ginny, ella fie la que lo miró con diversión. Sabía, su amiga sabía que mal aquejaba a Harry, que problema lo tenía sentado remilgadamente en su sala común y con un almohadón entre las piernas. Ella le vio las mejillas ligeramente coloradas ante el recuerdo insistente y persistente del maldito que con pantalones blancos ajustados, trasero duro, firme y abultado se subió a su escoba lanzandole una sonrisa lasciva. 

Harry no pudo decirles a todos que ya se había bañado y que no era es tipo de cansancio lo que lo tenía tenso y malhumorado. Resignado Harry se dejó convencer, pero desnudarse no ayudó a la causa, meterse dentro de esa tina gigante con agua cálida y vapor rodeándolo menos. 

Antes de poder controlarse su mente empezó a fantasear con aquello que debía ser más que prohibido, a desear aquello que era sumamente ridículo y estúpido. Su mano se apuró sola, la idea de que sea estúpidamente prohibido desear así de descaradamente a un Mortifago confeso y condenado a libertad a prueba solo hacía palpitar su miembro.

Su cuerpo se arqueó, apretó más los ojos, dejó que su mano cogiera impulso, que sus caderas se mecieran. El agua se empieza a sacudir, le salpica el pecho y no le interesa en lo absoluto porque Harry solo puedo verlo a él, solo puede pensar en tenerlo sobre sus caderas meciendose al compás del agua, con su cabello húmedo pegado al cuerpo, a sus cuerpos.

Harry gime con más fuerza al sentir la caricia del agua tibia envolverlo. Su miembro se siente sensible bajo el calor del agua y mientras más rápido se masturba, mientras más partes de su mente y su cuerpo se rompen, de sus labios entreabiertos sale el quejido bajo de su nombre.

Oh, por… Draco…

En el cubículo del baño, Draco salta y jura que lo atraparon. Mira en todas direcciones con el corazón desbocado intentando salir por su boca, pero el maldito y caliente sonido de Potter masturbándose vuelve a ser claro y Draco cae en la cuenta que no lo vio, solo sueña con él.

Con un quejido que amortigua con una mano libre empuja otro poco la puerta y vuelve a posar sus ojos en ese bastardo que se retuerce y se corre dejando que su eyaculación se esparza por la superficie.

Draco quisiera patear la puerta y meterse en esa bañera y darle una clara y puñetera idea de lo insultante que era esos pequeños ruidos ahogaditos que soltaba. Draco encantado le enseñarían cómo es que uno gime satisfecho, pero si libertad no estará asegurada hasta dentro de cinco meses y Draco antes muerto que joder su futuro por un polvo. 

Sí, puede ser que lleve una buena cantidad de meses deseando a ese cabrón cuatro ojos, pero no tiene muchas oportunidades para hacerlo bien y no le caben dudas de que muchos llegarían a la mala conclusión de que su movimiento con Potter estaba relacionado a esto. 

—¡¿Qué?! ¡Vamos! —se quejó el maldito enderezandose en la bañera y Draco sintió que se quería aparecer allí con él al ver cómo su maldito y jodido elegido miembro salía del agua duro y listo para más.

«Bueno... bueno, Potter, esto es una agradable sorpresa» pensó Draco sintiendo que su propia polla se endurecía ligeramente. 

—¡¿Cuántas veces tengo que tocarme para que ésto deje de pasar?!

Draco pensó que no las suficientes, porque cuando esa vez el maldito se sentó en el filo de la tina y con las piernas gloriosamente separadas volvió a rodearse su miembro gimiendo más alto su nombre —como si es que esto pudiera hacer alguna diferencia en su estado— y él no pudo contenerse. 

Técnicamente se estaba masturbando pensando en él, él bien podía y tenía el derecho de hacerlo viéndolo. 

Draco se recargo contra la puerta de su cubículo y sin quitarle un ojo de encima empujó la mano dentro de sus pantalones imitándolo. Gracias a que ese grosero bueno para nada no dejaba de hacer ruidos cada vez más altos y salvajes, Draco no necesito morderse la lengua y pudo gemir ligeramente cuando el chorro de semen se derramó en su mano. 

Esa vez Harry gruñó de forma brusca y más animal, mientras que Draco solo abrió la boca y se encorvó ligeramente. 

Myrtle amaba espiar en esos baños. Todos los chicos del colegio iban a hacer sus cochinadas allí. Ella que siempre estaba triste, que siempre tenía que soportar como los demás fantasmas se reían de ella, encontraba cierto placer en poder pescarlos y vengarse de sus bromas crueles y despiadadas. De su falta completa de consideración en hacer eso frente a ella que no podía tocarlos y que no la habían querido. 

—¿Oh… no son muy románticos? —gimió de golpe saliendo de dentro de la tubería donde se escondió cuando vio que Harry Potter entraba antes de que Draco pudiera salir— Uno pensando en el otro —canturreó haciendo que la puerta de Draco se abriera y que ambos se quedarán petrificados con la mirada en el otro— ¡CONSIGANSE UN CUARTO Y DEJEN EN PAZ MIS BAÑOS! —les gritó rabiosa y llena de celos. 




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