'Echar de menos
a quien te echa de más.'
Maldito.
Tú.
Pero sobre todo,
qué ingenua.
Yo.
Por abrirme a ti,
aún sabiendo que serías capaz
de arrancarme el corazón,
sin importarte lor rotos
y los agujeros sin coser
que me dejarías al irte.
Que tengo heridas
que son más tuyas que mías.
Qué desde que
te di motivos para quedarte
y tú,
sin permiso
cojiste las alas y las ganas de volar
y te fuiste,
después de tanto tiempo,
alfin lo he comprendido.
Qué desde ese día
en aquel banco,
en el que me abandonaste a sabiendas
de que tú ida me hundiría hasta el fondo,
haciendo que perdiera la poca razón que me quedaba,
alfin lo he comprendido.
Alfin te entiendo.
Pero no te perdono.
Éramos un desastre,
pero
joder,
qué desastre más bonito.
Ahora me doy cuenta.
Y es que yo también me habría ido;
estabamos demasiado rotos.