Es hoy

CAPITULO 16

Va amaneciendo, bostezo y tallo mis ojos intentando quitarme la ensoñación que aún tengo. Me daba miedo dormir y despertar de nuevo en mi torre, que todo lo que sucedió ayer fuese un simple sueño más, pero al parecer todo ha sido real. Eso significa que entonces es real el hecho de que debemos salir de esta simulación de vida lo antes posible.

El sol ya ha salido, aunque no lo suficiente como para decir que ya es tarde, puede que sean las seis o siete de la mañana. Volteo a mi lado y veo que ahí están los mellizos dormidos, tan tranquilos y en paz, esta es una de las únicas veces en las que no los he visto discutir.

Todos -incluso algunas hadas- nos fuimos a dormir con la mente algo irritada después de la discusión entre aquellos dos la noche anterior. Sé gracias a ella que aún hay cosas que ellos me ocultan, sin embargo, creo que mi cabeza tiene al menos un poco más de tranquilidad sabiendo que mis papás no me abandonaron en una torre, solo…me enceraron. Vaya, sigue siendo igual de deprimente.

Quisiera salir de este lugar un rato y despejar mi mente antes de seguir con el trayecto que nos espera. Me muevo con lentitud y cuidado de no despertarlos, me dirijo hacia el marco de flores que asemejan una puerta y tomo la perilla para salir de la cúpula. En el instante en el que salgo me recibe aire frío y húmedo del amanecer, a pesar de lo helado que se comienza a poner mi cuerpo, lo siento como un ambiente reconfortante. Mis manos, nariz y orejas comienzan a ceder su calor al frío, camino un poco sin alejarme mucho del lugar, para hablar conmigo misma como solía hacerlo dentro de la torre.

A pesar de haber un ambiente algo sombrío aquí, se siente bien, mi mente deja de darle vueltas a todo esto y es agradable. Al menos hasta que escucho gritos provenientes de Marco y Lizeth, ya están discutiendo de nuevo.

- ¡Lo ves!, ¡ella no pudo con la presión! ¡se ha de haber impactado tanto que huyó y nos dejó solos! -le grita Liz a Marco, y justo cuando yo pienso salir de entre las sombras para que dejen de discutir, Marco habla:

-Confía en ella por última vez al menos. Después de todo ella no es como tú, jamás nos traicionaría. -Esto último lo dijo con un tono más apagado. Con dolor.

Un silencio abrasador los inundaba. Su mirada reflejaba rencor puro hacia ella. Camino hacia ellos como si no hubiera escuchado nada y hablo.

-Escuché gritos, ¿está todo bien?

Ambos me miran asustados y asienten con la cabeza esperando a que alguien más les rompa el momento tan incómodo. Lizeth me mira atentamente y no logro saber cuáles son sus sentimientos, pero sé que algo no está bien con ella, entra a la cúpula y nos dice que nos apresuremos para irnos de inmediato.

Paso por la pared de plantas sin chocar, por unos segundos todo es negro, sigo avanzando y me encuentro en un sitio que no reconozco, es una habitación con paredes amarillas, pero un amarillo suave y lindo, una cama grande y hermosa, burós, repisas, libros, todo sumamente limpio y acomodado, no sé dónde estoy, pero me siento muy cómoda y segura en este lugar. Sobre la cama se encuentra una caja, la abro y ahí esta la capa que utilizaré, tal y como lo dijeron los mellizos.

Me visto con la capa, me pongo el paño para tapar la mitad de mi rostro y me observo en el espejo. Creo que este día será el único en el que me vista completamente de negro. Estoy muy nerviosa, pero siento adrenalina fluyendo rápidamente por mis venas.

Todo estará bien Lucía. Conocerás el mundo real, quizá recuperes tus recuerdos y…verás a tus padres.

Maldita sea, esto me pone más ansiosa de lo que esperaba.

Es momento de seguir.